El Comité de los Derechos del Niño de la ONU, encargado de vigilar que se respeten los derechos de la infancia en el mundo, propone, por primera vez, que los países están obligados a proteger a los menores de los daños climáticos y medioambientales provocados por las actividades económicas. Los niños y niñas tienen el derecho a "un medioambiente limpio, sano y sostenible".
Publicada como Observación General nº 26 sobre los derechos del niño y el medioambiente, con especial atención al cambio climático, esta directiva aborda explícitamente la emergencia climática, el colapso de la biodiversidad y la contaminación generalizada. Y, además, enumera una serie de recomendaciones para proteger la vida y las perspectivas vitales de los niños. Esta clase de documento —la Observación General— proporciona orientación jurídica sobre lo que implican estos derechos para un tema o ámbito legislativo específico.
Este nuevo documento, en palabras de David Boyd, relator especial de la ONU sobre Derechos Humanos y Medio Ambiente, "supone un avance vital en el reconocimiento de que todos los niños de la Tierra tienen derecho a vivir en un medioambiente limpio, sano y sostenible". Para salvaguardar este derecho, recomienda el experto de la ONU, "los gobiernos deben tomar ahora medidas urgentes para hacer frente a la crisis medioambiental mundial".
En uno de sus párrafos, esta opinión jurídica especifica que los Estados son responsables no sólo de proteger los derechos del niño frente a daños inmediatos, sino también frente a violaciones previsibles de sus derechos en el futuro debido a los actos —o la inacción— de los Estados en el presente.
Además, la directiva reconoce que el daño medioambiental y la emergencia climática son fenómenos globales. Así, los Estados no serían solamente responsables del daño que se produce a los ecosistemas dentro de su territorio, sino también de las repercusiones perjudiciales de los daños medioambientales y del cambio climático más allá de sus fronteras.
"Respetar, proteger y cumplir..."
Uno de los miembros del comité de expertos, el psicólogo y profesor universitario suizo Philip Jaffé, reconoce el papel de los niños en la lucha contra el cambio climático: "los niños de todo el mundo han liderado la lucha contra el cambio climático, pidiendo a sus gobiernos y empresas que tomen medidas para proteger el planeta y su futuro".
El espíritu del activismo medioambiental se refleja en rostros tan conocidos como la sueca Greta Thunberg, la estadounidense Sophia Kianni, el colombiano Francisco Vera, o la española Olivia Mandle.
Además, muchos jóvenes activistas han llevado a los poderes públicos a los tribunales para rendir cuentas por no garantizar un "medioambiente limpio y saludable" al promover el uso de combustibles fósiles. El juicio más sonado fue el de Montana, pero en Europa, seis jóvenes activistas portugueses denunciaron en septiembre de 2020 ante en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) a 32 países europeos por su inacción para frenar el cambio climático. Se espera que el juicio tenga lugar en septiembre.
"Con su Observación General nº 26, el Comité de los Derechos del Niño no sólo se hace eco y amplifica las voces de los niños, sino que también define claramente los derechos de los niños en relación con el medioambiente que los Estados Partes deben respetar, proteger y cumplir... ¡colectiva y urgentemente!", sentencia Jaffé.
El documento también reconoce que si no se salvaguarda el medioambiente se complica la tarea de garantizar muchos de los derechos que 196 países se han comprometido legalmente a respetar a través de la Convención sobre los Derechos del Niño. El derecho a la vida, a la salud, a un nivel adecuado de vida o a la educación son solo algunos de estos.
Mecanismos accesibles
"Se deben tomar medidas inmediatas cuando los niños sean identificados como víctimas y así prevenir más daño a su salud y desarrollo, y reparar el daño hecho", señala la instancia de Naciones Unidas.
A menudo, los reclamos de la infancia se desoyen. Por eso, desde algunas instituciones internacionales como las Naciones Unidas, se intenta promover la equidad y justicia intergeneracional. Este mismo mensaje es el que se ha trasladado en el documento. Los expertos del comité reconocen que los niños encuentran obstáculos para reclamar sus derechos. Y recomienda a los gobiernos que creen canales para que los menores puedan acceder a la justicia cuando sufren un daño medioambiental.
Esos canales deben constituir mecanismos a los que pueda acceder cualquier niño, con independencia de sus condiciones sociales o económicas. Para la formulación de la directiva, el comité aseguró haber recibido más de 16.000 contribuciones de niños de 121 países que compartieron y denunciaron los efectos negativos del cambio climático y de la degradación del entorno natural donde habitan.