18 meses sin disculpas ni comunicados, hasta este lunes, es lo que ha tenido que esperar una familia para que Gymnastics Ireland reconociera el incidente racista ocurrido contra su hija en la ceremonia de premios de una competición infantil en Dublín. Las imágenes, virales desde hace días, muestran cómo una jueza entrega medallas a todas las niñas, a excepción de una menor negra, a quien pasa de largo mientras esta observa desconcertada.
La escena ha viajado desde Irlanda a las pantallas de todo el mundo, provocando la indignación de usuarios y personalidades del ámbito deportivo. Entre ellas, la gimnasta estadounidense Simone Biles, que ya cuando sucedió hace algo más de un año entró en contacto con sus padres para mandar a la joven atleta un vídeo ofreciéndole su apoyo.
Con el "corazón roto" por la escena, la profesional recordó que "no hay espacio para el racismo en el deporte", una reacción que ha sido comentada por más de mil personas en la red social X. Biles, además de ser la gimnasta olímpica más premiada en la historia de Estados Unidos, es conocida por su activismo en defensa de las atletas, la protección de la infancia y los derechos humanos, razones por las que no tardó en responder a la petición de un usuario de la plataforma de que opinase al respecto de las imágenes.
A pesar del tiempo transcurrido desde entonces, no ha sido hasta este 25 de septiembre cuando la federación de gimnasia irlandesa se ha pronunciado públicamente para disculparse por el comportamiento de los responsables del evento. "Lo que pasó ese día no debería haber ocurrido", explica el comunicado oficial, donde añade que "también lamentamos que lo sucedido desde esa fecha haya causado más malestar".
Gymnastics Ireland asegura haber emitido una disculpa por escrito a la gimnasia y a su familia, algo que, tal como lamentaron los padres de la menor en entrevistas a otros medios, llega tarde. "Ahora sabemos que necesitamos hacer más. A principios de este año, designamos a un experto independiente para que revisara nuestras políticas y procedimientos, y el resultado ha sido una serie de recomendaciones que estamos totalmente comprometidos a implementar para que esto no vuelva a suceder", han expresado desde la organización.
No es el primer escándalo
Sin embargo, los sucesos desafortunados, cuando se acumulan en cadena, se convierten en algo más que eso. Hace unos meses, la indignación por los comentarios vejatorios hacia el futbolista Vinícius Júnior abrió la veda para que otras personalidades del mundo del deporte denunciaran las escenas de racismo y xenofobia a las que se enfrentan a diario.
Similar al caso del delantero madridista es el que, en febrero de 2023, opacó el enfrentamiento de la Eurocup de baloncesto entre el partido del Joventut de Badalona y el Radiopharm alemán. En el partido, una aficionada fue captada en la retransmisión profiriendo insultos racistas contra Yago Mateus dos Santos. El Joventut Badalona trasladó a las autoridades los vídeos para que pusieran "en marcha las actuaciones necesarias".
No han sido los únicos deportistas en cargar con el peso del racismo, ni tampoco es este un fenómeno reciente. La propia Serena Williams tardó 14 años en volver a competir en el Indian Wells, un torneo que en la final de 2001 la puso a ella y a su familia en el punto de mira de un público cuyos insultos fueron más allá de la queja deportiva.
Pese a que estas conductas siguen a la orden del día en los estadios, canchas y pabellones, la justicia se muestra firme ante ellas. En España, tal como ya recogía hace unos meses este periódico, un tribunal sentará en un banquillo a los aficionados que en 2020 lanzaron gritos racistas contra Iñaki Williams, jugador del Athletic Club. En este sentido, esta será la primera causa que se abre en España durante un partido de fútbol por este tipo de insultos.
La lucha contra la discriminación racial en el ámbito deportivo es uno de los pilares sobre los que se asientan las recomendaciones de la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia. "Existen pruebas convincentes de que estas situaciones van más allá del comportamiento individual o colectivo de seguidores, o de casos aislados de gestos racistas realizados, por ejemplo, por atletas, entrenadores o directivos de los clubes (...) El racismo institucional también hace mella", reza su memorando, al respecto de una problemática que en 2023 sigue encabezando la lista de tareas pendientes para el deporte internacional.