"El camino para limitar el calentamiento global a 1,5 °C se ha estrechado desde 2021", señaló Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en un comunicado en X. Estas declaraciones, que a priori parecen poco esperanzadoras, comentan los resultados de la actualización del Net Zero Emissions by 2050, la hoja de ruta de la organización para la transición energética hacia los objetivos climáticos globales publicada este martes por la mañana. No obstante, el texto reconoce el potencial de las energías renovables y una apuesta por la eficiencia energética para reducir la demanda de combustibles fósiles.
[La UE buscará un acuerdo para eliminar los combustibles fósiles en la próxima COP28]
La senda hacia el objetivo más optimista —perseguir esfuerzos para limitar el aumento a 1.5 °C—, marcado en los Acuerdos de París, está lejos de llegar a buen puerto. En 2022, las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO₂) procedentes del sector energético alcanzaron un récord de 37.000 millones de toneladas (Gt) y se prevé que alcancen su nivel máximo esta década. A pesar de los preocupantes resultados que arroja el informe, Birol permanece optimista.
"El asombroso crecimiento de las tecnologías de energías limpias, como la solar y los vehículos eléctricos, la mantiene abierta", prosigue en su hilo de tuits. Mayores esfuerzos y un aumento vertiginoso de la inversión en tecnologías de energías limpias, como los paneles solares o los vehículos eléctricos, son las principales recomendaciones que se enumeran en el documento.
En la nueva senda cero, el gasto mundial en energía limpia aumenta de 1,8 billones de dólares en 2023 a 4,5 billones de dólares anuales a principios de la década de 2030. La apuesta por energías limpias y otras medidas políticas se traducirían conjuntamente en una reducción del 35% de las emisiones de CO₂ del sector energético en 2030 con respecto a 2022.
"No se necesitan nuevos proyectos de exploración y producción de petróleo y gas de larga duración, ni tampoco nuevas minas de carbón, ampliaciones de minas o nuevas centrales de carbón sin explotar", recalca el informe. Pero, con una previsión de aumento de la demanda de combustibles fósiles, argumenta que "es necesario seguir invirtiendo en algunos activos de petróleo y gas existentes y en proyectos ya aprobados".
La transición debe ser secuenciada, insisten en el texto. "Es vital secuenciar el aumento de la inversión en energías limpias y el descenso de la inversión en el suministro de combustibles fósiles si se quieren evitar picos de precios perjudiciales o excesos de oferta".
Una transición a diferentes velocidades
La hoja de ruta reconoce que la transición energética se desarrolla a diferentes niveles dependiendo de lo avanzada que esté una economía. Por eso subraya que es importante "fomentar una transición equitativa que tenga en cuenta las distintas circunstancias nacionales".
Y destaca que las economías avanzadas, que ya han puesto en marcha políticas favorables al despliegue de renovables, "alcanzarán antes el objetivo de cero emisiones". Lo que permitirá que las economías emergentes y en desarrollo "tengan más tiempo". Para Alemania, el año clave es 2045 y para Austria e Islandia lo es 2040. Mientras que para muchos países considerados en desarrollo son algo más tarde, en 2060 en el caso de China y 2070 en el de la India.
No obstante, el esfuerzo debe ser global: "Es fundamental acelerar la concesión de permisos, ampliar y modernizar las redes eléctricas, resolver los cuellos de botella de la cadena de suministro e integrar de forma segura las energías renovables variables", apunta el informe. Para llegar a los objetivos climáticos marcados, estiman que para 2035, las emisiones tienen que disminuir un 80% en las economías avanzadas y un 60% en las economías de mercado emergentes y en desarrollo con respecto a los niveles de 2022.
"Tenemos un mensaje muy claro", afirma Birol. Y apeló, tal como asimismo se expresa en el informe, a una cooperación internacional más sólida. Este sería el principal obstáculo para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales."Los gobiernos deben separar el clima de la geopolítica, dada la magnitud del reto que tenemos entre manos".
"Eliminar carbono es muy costoso"
Además de las tecnologías de generación de energía limpia, se están desarrollando nuevas soluciones para mitigar la ingente cantidad de CO₂ que se emite a la atmósfera. La más controvertida es la que promete capturar el carbono directamente. Esta, por el momento, continúa siendo una opción muy costosa. "Eliminar carbono de la atmósfera es muy costoso", reconoce Birol.
Por eso, prosigue, "debemos hacer todo lo posible para dejar de ponerlo ahí en primer lugar". Y reiteró una vez más que hay que impulsar los objetivos globales para expandir la capacidad renovable y mejorar la eficiencia energética para disminuir la demanda de combustibles fósiles. Y apuntó a la próxima COP28 en Dubái como escenario para escalar las ambiciones y el compromiso de los países.
Esta misma mañana, en una rueda de prensa, Birol ha enunciado un axioma que todavía no se ha encajado en el discurso de los organizadores de la cita por el clima, pero que es evidente. "Si queremos reducir las emisiones de los combustibles fósiles, tenemos que reducir su uso". Y ha reconocido que "es una tarea hercúlea, somos conscientes de ello".