La segunda jornada de 28ª Conferencia de las Partes (COP28) de Naciones Unidas sobre el cambio climático transcurrió con sus luces y sus sombras. El día dio comienzo con un desfile de presidentes, primeros ministros y monarcas de (prácticamente) todo el planeta.
A pesar de que las ausencias de Joe Biden o Xi Jinping han sido notorias, otros altos mandatarios se han hecho vez. Ese es el caso de Pedro Sánchez, Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron, Giorgia Meloni, Mark Rutte, Luiz Inácio Lula da Silva o el rey Carlos de Inglaterra, entre otros.
Los líderes mundiales dieron comienzo su reunión de alto nivel de la cumbre del clima con menciones a Palestina y las islas del pacífico. Fue el rey de Jordania, Abdullah II bin Al-Hussein, el que unió emergencia climática y la catástrofe humanitaria de Gaza.
“Mientras hablamos, el pueblo palestino sufren una amenaza inmediata a sus vidas y bienestar; hay decenas de miles de víctimas en una región que ya está en primera línea del cambio climático: la destrucción hace más severa la escasez de agua y la inseguridad alimentaria”, dijo.
Por su parte, fue el rey de Tonga, Tupou VI, el que puso de relieve la realidad de los pequeños Estados insulares: “Es doloroso que la COP28 no vaya a ser el momento histórico que todos esperábamos”. Lamentó, además, que todos los años se oigan súplicas de las pequeñas islas que están “literalmente hundiéndose” y, sin embargo, “se les ignore repetidamente”.
Y es que, insistió Tupou, todos los años más de 50.000 personas de las islas del Pacífico se ven forzadas a abandonar sus hogares por culpa del cambio climático, mientras los países ricos siguen dependiendo de los combustibles fósiles.
Más dinero para pérdidas y daños
Precisamente para que los países más vulnerables a los efectos del cambio climático puedan subsistir y adaptarse, durante la primera jornada de la COP28, el jueves 30 de noviembre, se anunciaba un nuevo fondo de pérdidas y daños.
A este, contribuirá la Unión Europea, tal y como anunció Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española del Cambio Climático, con 225 millones de euros. A estos, desde el viernes 1 de diciembre, se añaden 20 millones extra que aportará España.
Por su parte, Emiratos Árabes Unidos, país anfitrión de la cumbre, anunció una inversión de 100 millones de dólares (más de 90 millones de euros). Reino Unido aseguró que aportará al fondo 40 millones de libras (más de 46 millones de euros) y otros 20 millones para otros acuerdos. Japón aportará 10 millones de dólares (más de 9 millones de euros) y Estados Unidos, 17,5 millones de dólares (poco más de 16 millones de euros).
[Sánchez anuncia una inversión de 20 millones de euros para el fondo de pérdidas y daños de la COP28]
Por su parte, Mohamed bin Rashid Al Maktum, el presidente de Emiratos Árabes Unidos anunció que destinará 30.000 millones de dólares a la creación de un fondo para soluciones climáticas. Está invitando, además, a invertir a otras entidades privadas. Eso sí, no está claro hasta qué punto puede cubrir el déficit de financiación.
No es de extrañar, por tanto, que los líderes de los pequeños Estados insulares siguen sin mostrarse del todo convencidos. El año pasado, durante la COP27 de Egipto, se anunciaban ya modestas contribuciones a las pérdidas y daños que se quedaron sin mayor repercusión.
Por ejemplo, Escocia anunció en noviembre del 2022 en la COP27 una aportación de 5 millones de libras, Alemania prometió 170 millones de euros y Bélgica, 2,5 millones.
Pero según estimaciones de un informe realizado por 55 países vulnerables, sus pérdidas combinadas por los efectos del cambio climático ascendieron a 525.000 millones de dólares durante las últimas dos décadas. Otros estudios señalan que esa cifra podría ascender anualmente para 2030.
De ahí que el rey Carlos de Inglaterra haya sido tajante frente a los delegados de la cumbre del clima: “Rezo con todo mi corazón para que la COP28 se convierta en un punto de inflexión crítico que desemboque en acción para una transformación genuina”.
Porque “nuestra propia supervivencia está en juego si no restauramos la economía de la naturaleza”, zanjó el monarca británico.
Una declaración agrícola
La gran noticia del segundo día de la COP28 ha sido la declaración sobre agricultura sostenible, sistemas alimentarios resilientes y acción climática respaldada por 134 países. Este es el primer compromiso destinado a adaptar y transformar los sistemas alimentarios dentro de la estrategia de acción climática.
El problema está, como suele ocurrir con este tipo de acuerdos, en que no es jurídicamente vinculante. Sin embargo, de llevarse a cabo, cubriría el 75% de todos los gases de efecto invernadero procedentes de los sistemas alimentarios. Y es que representa a 500 millones de agricultores de todo el mundo.
El texto compromete a los Gobiernos a incluir, por primera vez, la alimentación y la agricultura en los planes climáticos nacionales. De esta manera, la sostenibilidad de los cultivos pasa a ser un tema clave de la agenda de la cumbre del clima.
La corbata de la controversia
La segunda jornada de la COP28 también fue el día de las controversias y algún que otro escándalo. Por ejemplo, Carlos de Inglaterra se presentó en la cumbre de Dubái con una corbata con los colores de la bandera de Grecia.
Este simple gesto, explican en Reuters, hizo que alguna que otra ceja se levantase. Y es que pocos días antes el primer ministro británico, Rishi Sunak, y su homólogo griego, Kyriakos Mitsotakis, se enzarzaron en una discusión diplomática por las esculturas del Partenón que continúan en Reino Unido.
El rey británico llevó puesta esa corbata durante su reunión informal con su primer ministro y también durante un discurso durante el evento. Y es que, por parte de padre, el monarca tiene linaje griego.
Según Reuters, fuentes de la casa real británica confirmaron que el rey utilizó esa misma corbata la semana anterior a la disputa entre los dos países.
Las incoherencias de Brasil
Otra de las controversias del día fue la incoherencia de Brasil. Durante su intervención en el segmento de alto nivel de la COP28, el presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, reivindicó la importancia de la lucha contra la crisis climática.
“Vivimos el peor momento que podría vivir la humanidad”, dijo. Y añadió: “Sin embargo, estamos cada vez más divididos y en guerra en vez de unidos”. Da Silva insistió en que las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (o NDC, por sus siglas en inglés) no se están aplicando “con el ritmo que necesitamos”. Y acabó: “Aunque se hiciese de manera rápida, no conseguiríamos que la temperatura se mantuviese por debajo de esos 1,5 °C”.
Sin embargo, de manera paralela, Brasil anunciaba que se unirá al grupo de países productores de petróleo OPEP+ a partir de enero y no limitará su producción de petróleo como los demás miembros.