Muchas de las amenazas que se ciernen sobre la humanidad y que antes se consideraban sucesos de alto impacto y baja probabilidad se están acercando a un punto de inflexión (tipping points). Según el informe Global Tipping Points publicado hoy, el mundo ya corre el riesgo de cruzar cinco umbrales naturales importantes y es muy probable que también se alcancen otros tres de aquí a 2030 si no se logra mantener el aumento de la temperatura en 1,5 grados centígrados.
El estudio, llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores compuesto por más de 200 científicos, es el más exhaustivo que se ha realizado hasta la fecha en este ámbito. Un punto de inflexión se produce cuando un pequeño cambio desencadena una transformación a menudo rápida e irreversible, y los efectos pueden ser tanto negativos como positivos.
Basándose en una diversidad de fuentes que incluyen registros paleoclimáticos, observaciones, teorías y avanzados modelos computacionales, los investigadores han logrado identificar y analizar pormenorizadamente 26 posibles puntos de inflexión negativos para nuestro planeta.
Los cinco puntos de inflexión en riesgo actual incluyen el colapso de grandes masas de hielo en Groenlandia y la Antártida Occidental, el deshielo generalizado del permafrost, la extinción de los arrecifes de coral en aguas cálidas y el colapso de la circulación atmosférica en el Atlántico Norte. Y los tres que podrían sumarse pronto a esta lista son la desaparición de los manglares, las praderas marinas y los bosques boreales.
Desencadenar estos cambios, afirma el informe, no sólo causa un impacto negativo inicial, sino que los efectos se propagarán en cascada por los sistemas sociales y económicos globalizados y podrían superar la capacidad de adaptación de algunos países. Por ejemplo, el colapso de la circulación de vuelco meridional del Atlántico (más conocido como AMOC por sus siglas en inglés), combinado con el calentamiento global, podría provocar la pérdida de la mitad de la superficie mundial de cultivo de trigo y maíz.
Una amenaza sin precedentes
Los puntos de inflexión, aseguran los investigadores, demuestran que la amenaza que supone la crisis climática y ecológica es mucho más grave de lo que se suele creer y de una magnitud nunca antes afrontada por la humanidad. “Los puntos de inflexión en el sistema terrestre plantean amenazas de una magnitud nunca antes afrontada por la humanidad”, afirmó Tim Lenton, autor principal del estudio y catedrático de Cambio Climático y Ciencias del Sistema Terrestre en la Universidad de Exeter (Reino Unido).
Y añadió: “Pueden desencadenar devastadores efectos dominó, como la pérdida de ecosistemas enteros y de la capacidad de cultivos básicos, con repercusiones sociales como desplazamientos masivos, inestabilidad política y colapso financiero”. Aunque, para el profesor, los puntos de inflexión también pueden convertirse en nuestra mejor esperanza: “Necesitamos priorizar y desencadenar puntos de inflexión positivos en nuestras sociedades y economías”.
Lenton puso como ejemplos positivos las energías renovables, los vehículos eléctricos, los movimientos sociales o las dietas basadas en plantas. “Ahora es el momento de desencadenar una cascada de puntos de inflexión positivos para garantizar un futuro seguro, justo y sostenible para la humanidad”, señaló.
Una llamada a la acción
Esta advertencia se produce mientras los líderes mundiales se reúnen en la cita anual sobre el cambio climático celebrada en Dubái —la COP28—. Así, los investigadores esperan que el informe pueda suponer un impulso para reforzar la adaptación y la gobernanza de pérdida y daños —el fondo para ayudar a los países menos desarrollados a afrontar la crisis climática—, ajustando los marcos existentes y aumentando los recursos para tener en cuenta las amenazas que generan los puntos de inflexión.
"Actualmente, nuestro sistema de gobernanza mundial es inadecuado para hacer frente a las amenazas que se avecinan y poner en práctica las soluciones que se necesitan urgentemente", explicó Manjana Milkoreit, de la Universidad de Oslo.
El informe incluyó seis recomendaciones clave:
- eliminar gradualmente los combustibles fósiles y las emisiones derivadas del uso de la tierra, deteniéndolas mucho antes de 2050;
- reforzar la adaptación y la gobernanza de ‘pérdidas y daños’, reconociendo la desigualdad entre y dentro de las naciones;
- incluir los puntos de inflexión en el Global Stocktake (el inventario climático mundial) y en las contribuciones determinadas nacionalmente (los esfuerzos de cada país para hacer frente al cambio climático);
- coordinar los esfuerzos políticos para desencadenar puntos de inflexión positivos;
- convocar una cumbre mundial urgente sobre los puntos de inflexión;
- profundizar en el conocimiento de los puntos de inflexión.
“El camino que elijamos ahora determinará el futuro de la humanidad”, concluyó Kelly Levin, jefa de Ciencia, Datos y Cambios de sistemas del Fondo Bezos para la Tierra. "Resolver las crisis del clima y de la naturaleza exigirá grandes transiciones en la mayoría de los sectores, desde el cambio de dieta hasta la restauración de los bosques y la eliminación progresiva del motor de combustión interna”.