Mukhtar Babayev, ministro de Ecología y Recursos Naturales y antiguo ejecutivo de una compañía petrolera, ha sido nombrado esta tarde por el gobierno de Azerbaiyán como presidente de las conversaciones sobre el clima de Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) que se celebrará el próximo mes de noviembre en Bakú, la capital del país.
Antes de entrar en política en 2018, Babayev pasó 24 años en la empresa estatal de petróleo y gas de Azerbaiyán, Socar, como se detalla en su perfil de LinkedIn. Durante este periodo, también ocupó brevemente el cargo de vicepresidente de ecología dentro de la compañía.
Asimismo, un tuit de la presidencia de la COP28 también señaló que el viceministro de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, Yalchin Rafiyev, de 36 años, actuaría como negociador principal de la cumbre climática de este año.
El nombramiento de Babayev supone un varapalo para los expertos que siguen la actualidad de la COP, ya que ven ciertos paralelismos con el anterior presidente de la COP celebrada en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) el pasado mes de noviembre: Sultan Al Jaber, que trabajó como director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi.
Al igual que el anfitrión anterior, Azerbaiyán es un gran exportador de combustibles fósiles, especialmente de gas natural. El país tiene aproximadamente 2,5 billones de metros cúbicos de reservas de gas natural, según la Revisión Estadística de la Energía Mundial de BP de 2021 y su objetivo, informa Reuters, es duplicar sus exportaciones de gas a Europa para el año 2027.
Los escépticos, apuntan desde el diario británico The Guardian, ya están planteando dudas sobre el compromiso con la eliminación global de los combustibles fósiles en la cita de Azerbaiyán. Este país autocrático dependió del petróleo y del gas natural para el 92,5% de sus ingresos procedentes de exportaciones el año pasado, según datos de la Administración de Comercio Internacional del gobierno de los Estados Unidos.
El climatólogo de la Universidad de Pensilvania, Michael Mann, escribió esta tarde en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático no se había tomado en serio el llamado de los científicos el año pasado para que no se permitiera a los ejecutivos de la industria petrolera ejercer una gran influencia en estas cumbres y, mucho menos, liderar las negociaciones climáticas anuales.
Dubái, una cumbre polémica
Durante la COP28, ya hubo varias polémicas en torno a los combustibles fósiles. En unas declaraciones que salieron a la luz en el diario The Guardian, Al Jaber afirmaba que no existía evidencia científica que asegurase que el fin de la era de los combustibles fósiles fuera a garantizar limitar el calentamiento global, y que lo único que esto conseguiría es devolver el mundo “de vuelta a las cavernas”.
No obstante, al día siguiente el presidente de la COP28 se retractó y aseguró que sus palabras habían sido sacadas de contexto, haciendo un llamamiento para incluir el fin de los combustibles fósiles en el documento final de la cumbre.
Asimismo, Dubái fue la cita con más lobistas del petróleo de la historia. Según un análisis de la coalición Kick Big Polluters Out (KBPO), 2.456 lobistas han tenido acceso a las negociaciones climáticas de la COP28, una cifra que cuadruplica el número registrado para la COP27 en Sharm el-Sheij (Egipto).
Finalmente, el documento final de la COP de Dubái recogió el objetivo de dejar atrás los combustibles fósiles. Fue la primera vez que se utilizaba un lenguaje tan contundente en las conclusiones de una cumbre climática. Y a pesar de ser muy positivo, para muchos ecologistas el gran problema es la falta de obligatoriedad y de fondos para la financiación de soluciones sostenibles.