El 59,5% de los españoles manifiesta interés en productos textiles y calzado reciclados y un 54,5% ya utiliza ropa de segunda mano (comprada o regalada). Así lo ha constatado un estudio lanzado hoy, 9 de abril, y elaborado por la Asociación para la Gestión del Residuo Textil junto a 40db, donde se analizan las tendencias e intenciones de consumo de los españoles. Con motivo del lanzamiento del estudio se han juntado diversos expertos y representantes de empresas en la sala triangular del Colegio de Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) para esbozar un horizonte sobre la circularidad de la industria textil.
Los usuarios ya están concienciados y tienen en cuenta factores más allá del precio en sus compras. Los datos del estudio Usos, costumbres y nuevos desafíos en la industria textil no hacen más que reafirmar lo que ya se sospechaba. En su intervención, Mercedes Fernández, directora de 40db, ha señalado que se ha gestado "un gran consenso social". La responsable de esta agencia de investigación argumenta que uno de los elementos especiales dentro de la circularidad en la industria es el punto textil.
Para facilitar su acceso, a colofón del "tsunami regulatorio" de los residuos, varios líderes de la industria textil —Decathlon, El Corte Inglés, H&M, IKEA, Inditex, KIABI, Mango, Sprinter y Tendam— han creado una asociación para la gestión conjunta de los residuos que pretende aglutinar al mayor número de partners (empresas, oenegés y entidades públicas) para afianzar un modelo SCRAP eficiente del sector de la moda en España.
En palabras de Íñigo García Fernández, representante de la asociación y Zone Sustainability Director for Western Europe en Decathlon, "el mayor reto al que nos enfrentamos también en conjunto, es el de crear una industria de la circularidad que sea tan competitiva que la industria actual lineal de la extracción de materias primas". Todo ello con el propósito de "reducir el impacto medioambiental". La gestación de esta agrupación de empresas responde a una triple voluntad: de apertura, de integración y de colaboración.
Un contenedor único
García ha comentado una de las líneas en las que está encaminada la asociación a la que representa: una red única de recolección de residuos que agrupe a todos los productores de textiles y calzado. "Esta es la clave; disponer de un contenedor que sea común en todo el país y prescindir de los diferentes sistemas de recolección más o menos eficientes".
"El consumidor ya está concienciado [sobre el reciclaje]", afirma Fernández. Una consigna que ha sido defendida por el resto de ponentes del coloquio. En un estudio elaborado por 40db publicado recientemente, se preguntó a los encuestados cuál era la razón principal que les impedía reciclar: la más citada era fue no tener contenedores de reciclaje cerca.
Un dato que salta a la vista es que un 83,4%% de los españoles comparten la importancia de que el textil y el calzado tengan una segunda vida y creen que debería existir un sistema nacional de recuperación de textiles y calzado. Además, el 59,5% admite que le gustaría comprar textiles y/o calzado fabricados con materiales reciclados.
El mismo espíritu circular se puede constatar con los hábitos de consumo de moda: 2 de cada 3 ciudadanos han dado una segunda vida a más de 5 prendas de ropa en el último año. Y prácticamente la misma proporción afirma que solo compra lo que necesita. Durabilidad y reciclabilidad son dos de los principios que guían las decisiones de compra de ropa y otros productos textiles.
En la misma línea que Fernández, la experta en estrategias ASG, sourcing ético y trazabilidad de cadena de suministro, Pilar Prior Fernández, enfatizó, desafiando uno de los tópicos que están detrás de que "el consumidor no necesita reeducación; necesita información". De acuerdo con la experta, es vital que se dé información veraz sobre todos los procesos del producto, desde el primer momento de la cadena de valor hasta su procesamiento y reciclado.
Hacia un pasaporte digital
Para ganar en transparencia, Prior Fernández recuerda una herramienta que muchas empresas están implementando en sus productos: los pasaportes digitales. "Todavía se está valorando cómo hacerlo", sostiene. Hasta el momento se han explorado diferentes formas de implementar los identificadores: códigos QR, etiquetas Rfid o chips NFC o bluetooth.
A través de este práctico método, el comprador podría escanear la etiqueta del producto para conocer toda la información del artículo, desde sus materiales hasta el precio de venta sugerido por el fabricante, pasando por su país de origen. "Las compañías de moda, a través de sus proveedores y a través de esa transparencia, pueden dar muchísimos datos que van a ser fundamentales", explica Prior Fernández.
En primer lugar, señala, facilitaría la tarea de gestión de los residuos, fomentando "una mejor clasificación. Y también sería un aliciente para desarrollar la escalabilidad de los materiales: "Si sabemos qué contiene y de dónde sea, de dónde provienen y como se han producido, va a ser mucho más fácil reciclarlos y remanufacturarlos".
"Cuando hablamos de economía circular parece como que siempre hablamos de reciclar. Y yo siempre digo que el reciclado es una falta de éxito, de un montón de cosas que se tienen que hacer antes. Evidentemente, todo va a terminar; todo tiene un fin. Y ese fin de vida tiene que ser gestionado", sentencia Prior Fernández.