Rocío Mora, directora de APRAMP, comparece ante la Comisión de Igualdad.

Rocío Mora, directora de APRAMP, comparece ante la Comisión de Igualdad. Cedida

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APRAMP lleva la misoginia al Congreso: "Es el discurso de odio más normalizado, extendido y persistente"

Rocío Mora, directora de la asociación, ha compadecido durante la mañana del 28 de enero ante la Comisión de Igualdad.

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Tras días de lluvia en la capital, este 28 de enero ha amanecido con un sol que ya algunos echaban en falta. Y así, en esta jornada en la que la tormenta amainaba, Rocío Mora, directora de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), ha comparecido ante la Comisión de Igualdad con el objetivo de abordar los efectos de los discursos de odio misóginos en la vida de millones de mujeres y niñas

Durante su intervención en el Congreso de los Diputados, Mora describió la misoginia como una problemática profundamente arraigada para lo que se requieren respuestas contundentes y urgentes. Un acto en el que, además, se puso el foco en avanzar en el conocimiento de los discursos de odio en España y abordar las herramientas para combatirlos de manera eficaz. 

Y es que, afirmaba Mora, "la misoginia constituye la forma de discurso de odio más extendida, normalizada y persistente, con graves consecuencias sobre los derechos y la dignidad de las mujeres y las niñas".

Porque para la directora de APRAMP el "discurso misógino" no es solo un acto verbal, sino "una práctica sistemática que suspende derechos, niega y destruye la dignidad e igualdad de derechos de las mujeres y perpetúa una estructura social basada en la discriminación y la subordinación". 

Terror en las calles

Uno de los puntos centrales de la intervención de la Rocío Mora fueron los datos recientes sobre el aumento de delitos de odio contra las mujeres. Según las cifras del Ministerio del Interior, estos actos han crecido un 192,52% entre 2021 y 2023. Motivo por el que subrayaba la necesidad de registrar con precisión los casos relacionados con la misoginia para visibilizar su impacto real. 

"La penalización de estos discursos es necesaria en muchos casos, pero no es suficiente", comentaba. Considera que la solución pasa por "un cambio estructural y cultural" capaz de garantizar que "las futuras generaciones crezcan libres de misoginia y estereotipos sexistas". 

Rocío Mora en la comparecencia de APRAMP en el Congreso de los Diputados.

Rocío Mora en la comparecencia de APRAMP en el Congreso de los Diputados. Cedida

Para revertir este contexto, hizo hincapié en la importancia de que los poderes públicos establezcan "límites claros" a estos discursos dañinos, sin perder del frente los pilares de democracia. Instó, además, al cumplimiento del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, con el objetivo de "promover un tratamiento de la imagen de las mujeres libre de estereotipos"

Odio extendido

La directora de APRAMP, Rocío Mora, aprovechó su visita al Congreso de los Diputados para denunciar la proliferación de foros digitales que normalizan la violencia y la explotación sexual, los que describía como "espacios de dominación y desigualdad". 

Mencionó que "cualquier iniciativa dirigida a que plataformas audiovisuales y redes sociales implementen políticas efectivas contra el odio debe incluir específicamente la misoginia". Al mismo tiempo, indicaba que los sistemas de medición sobre el impacto de los discursos de odio deben analizar cómo la normalización de la prostitución incrementa en el aumento de esta tendencia

Para combatir esta situación señaló la importancia de que las estrategias se incluyan en la implantación de leyes dirigidas a frenar "la práctica prostitucional", lo que considera un factor clave en el sostenimiento de la misoginia".

Por ese motivo, añadía, es totalmente imprescindible que se reconozca la prostitución, la pronificación de la cultura y los estereotipos como elementos amplificadores de la misoginia. Porque, indica, son "el caldo de cultivo para la explotación sexual y la trata de personas, constituyendo al ser humano como una mercancía de desecho.