El futuro es hoy. El planeta no puede esperar y los ciudadanos tampoco. Del mismo modo que la empresa ni puede ni quiere esperar sabedora de su responsabilidad y de que es parte de la fórmula de un futuro sostenible. Esta nueva conciencia es fruto de una reflexión estratégica del tejido empresarial.
Hoy nos marca el paso un nuevo contrato social; un nuevo vínculo entre la empresa y la ciudadanía. Lazos entre marcas y consumidores o clientes, basados en la confianza. Por fortuna, el ciudadano empieza a reconocer nuestro compromiso con las personas y con el entorno.
Por tanto, la empresa española del siglo XXI, la de una tierra próspera e innovadora, debe ser muy consciente del nuevo paradigma social y económico en el que se desarrolla su actividad.
Operamos hoy con la evaluación constante de los públicos; de los grupos de interés. Es la economía de los stakeholders, muy ligada a la economía de los intangibles y a la gestión de la reputación empresarial.
Todo ello desemboca en una idea: ya no se concibe -no concebimos- la generación de riqueza y empleo, el desarrollo de la actividad económica en cualquier sector, a cualquier precio.
Un proyecto empresarial será respetuoso con las personas, con su dignidad; con el entorno medioambiental y el desarrollo de los municipios, o no será. El equilibrio y la sostenibilidad son el nuevo driver de negocio. La condición sine qua non para la economía. Es inexcusable. Indispensable.
¿De qué forma velamos desde la patronal andaluza por esta sostenibilidad? ¿Cómo capitalizamos en el tejido empresarial andaluz este nuevo credo empresarial? En este sentido, tenemos una guía clara que nos marca el camino: Naciones Unidas y la Agenda 2030.
Nuestra referencia son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Tal es el espejo en el que nos miramos para cada iniciativa. Por ello, celebro con profunda satisfacción el estreno de esta sección de EL ESPAÑOL con los ODS como protagonistas, pues está llamada a ser un espacio de referencia para la reflexión de empresarios y lectores en general.
Con toda humildad les comparto nuestro orgullo por liderar desde la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) la implementación de los ODS en la región con nuestro Observatorio Empresarial para la Consecución de la Agenda 2030 (OECA).
La innovación es esencial para aportar valor en el proceso de creación de nuestro producto o servicio
En OECA no estamos solos. Como marca la propia Agenda 2030, las alianzas son claves en la construcción de un futuro sostenible. En este caso, nuestro aliado es Unicaja Banco. Juntos hemos creado este think tank para analizar cómo cada sector productivo puede alinearse con los ODS.
¿Es la sostenibilidad un nuevo mantra? ¿Es una invocación o se apalanca con hechos? Sin duda, lo segundo. ¿Cómo intentamos ser sostenibles en nuestro día a día las empresas andaluzas?
La sostenibilidad no es un compartimento estanco, sino una dimensión global. Es transversal en las organizaciones y debe marcar el ritmo de todos los departamentos, del mismo modo que está marcando ya al regulador: a los Estados y a las leyes.
Subrayo esto porque la economía circular es una prioridad ya para la Unión Europea y para el conjunto de las administraciones nacionales y autonómicas. Al menos, en sus declaraciones de intenciones y en sus postulados.
Por tanto, no puede ser menos prioritaria para las empresas como herramienta para el desarrollo económico y social de los territorios. Debemos acompasarnos e ir de la mano de la Administración, del legislador.
Nuevos aprendizajes
Es un tiempo de nuevos aprendizajes. Green Deal, directivas marco de Energía y Clima de la UE a 2030, proyecto de ley de cambio climático y transición energética, Plan de Contratación Pública Ecológica y normativa de residuos… Todas ellas son nuevos deberes. Nuevas lecturas obligadas y de estudio para las empresas.
Desde CEA, y de cara al Anteproyecto de Ley de Economía Circular de Andalucía, y para la transición hacia un nuevo modelo energético en nuestra comunidad en concreto, se ha constituido un grupo de trabajo intersectorial para contribuir a esta norma y establecer posiciones comunes del tejido empresarial andaluz.
La crisis de la covid-19 entraña, al margen de la devastación social y económica sufrida, una oportunidad para repensarnos
Sabemos, como nos indica el Ecobarómetro de Andalucía, instrumento de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, que el 82% de los andaluces declara una alta preocupación por el medio ambiente y, en concreto, por la gestión eficaz de los residuos.
Y eso nos da datos claros -meridianos- sobre qué esperan los andaluces de las empresas y a qué compromisos de las marcas fían ellos elegirlas o no.
La innovación, como sabemos, es esencial para aportar valor en el proceso de creación de nuestro producto o servicio. Es ese plus diferencial que debe encajar con las preocupaciones o prioridades de los consumidores.
Nosotros queremos innovar de un modo responsable, optimizando recursos y dejando una huella lo más amable posible y constructiva en los entornos. Ahora bien, ¿cómo ayuda la Administración Pública -y los gobernantes- a los empresarios en este empeño?
Pongamos también sobre la mesa el coste de la sostenibilidad. El gasto añadido que, para una ganancia a largo plazo, -ganancia no sólo económica, sino en responsabilidad social- exige la sostenibilidad. Alinearse con la economía circular, con un futuro verde, exige inversiones.
Y siendo la sostenibilidad que promueve Naciones Unidas un factor transversal en todas las esferas de la vida, quisiera que estos últimos renglones fuesen para la igualdad entre hombres y mujeres, entendida como equilibrio en los hogares y en las empresas.
Alinearse con la economía circular, con un futuro verde, exige inversiones
La igualdad es sinónimo de salud y de bienestar en las familias. El ODS 5 (igualdad de género) es otro pilar de acción para CEA. En nuestro Consejo de Igualdad contamos con la reciente adhesión a la Red Andaluza de Entidades Conciliadoras (RAEC) del Instituto Andaluz de la Mujer. Seguimos avanzando.
La crisis de la covid-19 entraña, al margen de la devastación social y económica sufrida, una oportunidad para repensarnos. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, enunciaba hace ahora un año su deseo de una nueva Bauhaus, con la que renacer tras la pandemia: una Europa más sostenible. Para ello tenemos la voluntad y confío en que esta nos marque el camino.
*** Javier González de Lara es presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA).