Un tema actual de debate a nivel mundial es la necesidad de replantear las estructuras, las inversiones y los recursos humanos de los sistemas de salud, así como las correspondientes revisiones de leyes y políticas sociosanitarias y dentro de éstas, la políticas farmacéuticas globales.
A nivel nacional, se están planteando temas tan básicos y necesarios como la importancia de recuperar las reservas estratégicas de medicamentos y productos sanitarias. La deslocalización de las plantas productoras de medicamentos, vacunas y productos sanitarios con la excusa de buscar zonas del mundo donde la rentabilidad de la producción fuera superior, ha demostrado, lamentablemente, no ser efectiva en momentos de crisis.
Tenemos evidencias recientes y las hemos vivido en estos últimos dos años: pandemias, desastres naturales meteorológicos (erupción de volcanes, sequías extremas, tormentas de nieve tipo Filomena) o terribles conflictos bélicos internacionales. Todos ellos son realidades que nos han llevado a situaciones que creíamos que el mundo no podía volver a sufrir.
Pues bien, a pesar de estar inmersos en tantas incertidumbres siguen latentes problemas crónicos que tenemos en la sanidad mundial y que debemos resolver entre todos. Les hablo de dos temas directamente relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de Naciones Unidas: el ODS 3, salud y bienestar, y el ODS 5, igualdad de género. En este último caso me refiero a una situación en la que viven todavía muchas partes del mundo, la mitad de la población.
Mujeres sanitarias que viven en zonas donde no se las valora ni como profesionales de la salud de primer nivel en los equipos ni como mujeres. Por ellas debemos recordar a gobernantes, políticos y gestores que tienen que revisar y mejorar las políticas sociales y sanitarias a nivel global. El objetivo es que permitan que esas profesionales sanitarias tengan un mayor y más relevante papel que el que poseen actualmente, se corresponda con sus conocimientos y se realicen dentro de las políticas sanitarias de sus respectivos países.
"Las mujeres nncesitan un refuerzo social, laboral y sanitario a nivel local, nacional y mundial a través de leyes y políticas de equidad y justicia"
También es necesario reivindicar un apoyo expreso al papel de la mujer como cuidadora no profesional de la salud de sus familias. Las mujeres son el pilar familiar y personal de la medicación y de los asuntos relacionados con la salud de su entorno más cercano. Ellas acuden a las farmacias, a los centros de salud y a los hospitales, pues de forma natural son las responsables de los asuntos de salud y del acceso y uso de la medicación de sus padres cuando enferman o se hacen mayores, de sus hijos y de ellas mismas.
Como sociedad debemos entender que las mujeres del mundo, independientemente de dónde hayan nacido y/o dónde vivan, deben crecer en libertad intelectual y económica para operar como pilares sólidos en materia de acceso seguro los medicamentos y demás servicios de salud que necesitan tanto ellas como sus familias.
Los recursos humanos de al menos la mitad de la fuerza laboral en el campo de la sanidad –las entregadas mujeres sanitarias–, así como las mujeres de la sociedad en su conjunto, necesitan un refuerzo social, laboral y sanitario a nivel local, nacional y mundial a través de leyes y políticas de equidad y justicia para que todo cambie a mejor. De lo contrario, poco servirán las estrategias y las revisiones de nuestros actuales sistemas de salud.
Todos podemos hacer algo para que esto mejore. Fuerza y ánimo.
*** Carmen Peña es consejera de Cofares y presidenta honoraria de la International Pharmaceutical Federation (FIP)