Celebramos estos días la séptima edición del 'Inspiring Women Leaders in the Digital Era' (Inspirando Mujeres Líderes en la Era Digital), un espacio de innovación y creación donde compartir conocimiento y hacer negocios entre corporaciones de siempre, pymes, Startups, empresas inversoras, academia, asociaciones…
¡Quién lo iba a decir! Ya han pasado 1000 ponentes de 22 países y hemos impactado 10.000 innovadoras en estos últimos 8 años. Todo un reto cumplido.
En aras de conseguir una mayor presencia de talento femenino en la industria del emprendimiento e intraemprendimiento tecnológico es imprescindible invitar a todo el talento y unirlo. Según el WEF (World Economic Forum), hablamos de una industria de 3 trillones de dólares con crecimiento exponencial.
Hemos realizado acuerdos nacionales e internacionales con universidades, parques tecnológicos, corporaciones y visibilizado a las pioneras de forma que dibujen caminos para inspirar a una siguiente generación, que ya emerge con fuerza según nuestro Observatorio de Startups Femeninas.
Es necesario activar muchas más vocaciones para conseguir un cambio cultural. Debemos realizarlo con las pioneras referentes y desde la infancia, y formar a la sociedad, familias y animar a profesores a emprender, con la formación y divulgación adecuada. Sería un gran avance crear más emprendimientos que hicieran de este camino algo popular y más respetado como camino profesional. También el talento concentrado en la abundante administración pública debería activarse en esta ola innovadora.
La amenaza de las tecnologías emergentes
Los mensajes que escucho últimamente en medios de comunicación, trasladan aspectos muy negativos que no hacen más que hacer sentir al humano amenazado por las tecnologías emergentes. Y esto no ayuda.
ChatGPT y lo que venga, viene para quedarse. Los gigantes piden demoras. “El mundo de los datos nos lleva al caos”. La Inteligencia Artificial es invisible y está ahí y no nos damos cuenta de que la usamos a todas horas: cada vez que hacemos una búsqueda en internet, o una transacción financiera. Y recordemos algo positivo. Gracias a ella tuvimos tan rápidamente una vacuna como la Moderna.
En la reunión del Executive Program de la semana pasada de Singularity, Palo Alto, enfatizaron en la parte ética, en crear una entidad supranacional que regule lo nuevo para el bien de la humanidad.
También se habló del muy emergente, ESG, el propósito, y la felicidad (la cátedra de happiness que ha creado Harvard Business School es la más demandada por sus alumnos). Pusieron de ejemplo a nuestro Congreso Internacional, InspiringWomenLeaders, nuestro moonshot, y el impacto que en el mundo estamos haciendo desde aquí. Nos llena de orgullo a todos los que participamos de esta misión desde hace casi una década para hacer de España un referente mundial.
La tecnología es una herramienta que nos hace más competitivos y eficientes en aquellas tareas mecanizables y automatizables. Debemos abrazarla y crear entes supranacionales que regulen su buen uso, ético por el bien de la humanidad.
Pensemos en los años 60, IBM lanzó su primer megaordenador, y las mujeres que hacían manualmente las operaciones matemáticas de la NASA se quedaban sin trabajo, su jefa se anticipó y las formó en cómo usar esa máquina (hay una peli maravillosa sobre esto). O las vacunas, otro avance tecnológico. También se pueden usar para el mal. Una guerra bacteriológica.
Seamos cautos y optimistas, y es cierto que se habla de un dominio de las máquinas sobre los humanos, el pope de esta visión es Ray Kurzweil en su libro La Singularidad está cerca (Lola Books, 2021). Aunque nunca llegaremos ahí. Para eso los humanos somos los que diseñamos y los que podemos corregir deficiencias.
Y en este marco, las mujeres y su limitada presencia producen desequilibrios. Desde 2018 los datos de Atómico Slush parecían desesperanzadores, por una presencia de tan solo el 7% de emprendimientos femeninos. Hasta el actual 17% hay espacio para el optimismo, aunque sea de contenido: debemos seguir siendo activistas para conseguir una mayor presencia de la mujer emprendedora, y así conseguir una mayor riqueza y desarrollo en nuestro país, pues la mitad del talento es femenino.
Hemos tenido países protagonistas en otras ediciones, Australia, Sudáfrica, EEUU, Israel, Perú, Ucrania. Este año es Suecia. Es un movimiento global.
Todos estamos de acuerdo en que esto es positivo para la sociedad, hagámoslo: una mayor presencia de la mujer crea riqueza y agranda la economía, y a la vez emerge un mundo más equilibrado y mejor, al expresarse los propósitos contenidos por muchos años, en forma de emprendimientos. Eso es emprender. Eso es ser lo que somos, humanos y por qué no, tecnológicos.
***Teresa Alarcos es consejera independiente y autora de ‘Emprendedoras’