El ODS 5 —la igualdad de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad— es un asunto prioritario de justicia social. Pero también tiene un impacto económico que no debemos obviar. Alcanzar la igualdad podría suponer un incremento de 26 trillones de dólares estadounidenses en 2025, el 30 % del PIB mundial, según un informe de la consultora estratégica McKinsey.
Por ello, y aunque pueda resultar egoísta, una de las herramientas más importantes para alcanzar la igualdad es la potenciación de la mujer en los puestos ejecutivos de las organizaciones con su consiguiente impacto económico. Conseguirlo es un factor de arrastre clave en la promoción de la igualdad.
Y no sólo por su impacto en las economías de los países, sino porque estas mujeres ejecutivas ejercen un doble papel. Primero, como referentes tanto para las niñas y las nuevas generaciones de profesionales: ellas desmontan sesgos y creencias sociales que son los principales factores limitantes para alcanzar la igualdad de género. Y, segundo, como líderes del cambio social: desde sus posiciones de relevancia pueden y deben convertirse en la voz de la igualdad y las impulsoras del cambio social que tan necesario es.
Por ello, desarrollar iniciativas en las sociedades que fomenten la involucración de estas mujeres, con el compromiso decidido y activo de la empresa privada en identificar, desarrollar y potenciar el talento femenino allá donde se encuentre, se convierte en una de las mayores palancas de que dispone la sociedad para alcanzar el Objetivo 5 de la Agenda 2030.
Y si el impulso de la empresa privada es clave, no menos importante es el fomento de la colaboración entre países. Y cuando hablo de países no me refiero exclusivamente a los gobiernos, aludo principalmente a las sociedades en su sentido más amplio. En muchas ocasiones observamos cómo el movimiento feminista parece centrado en la problemática de cada país, y alejándose de las realidades de otras culturas y sociedades, sin ir más allá de meras declaraciones bien intencionadas pero carentes de hechos concretos.
Estoy firmemente convencida que las sociedades más avanzadas en los derechos de la mujer tenemos el deber moral de buscar, y encontrar, vías para cooperar con aquellas mujeres en sociedades donde, por diversas razones, ese derecho no está en el mismo nivel.
Y lo tenemos porque en un mundo globalizado, donde la tecnología nos permite llegar con nuestra voz y nuestras acciones a cualquier punto del mundo, no tenemos ninguna excusa para no hacerlo. Y porque estar en contacto, como he tenido la inmensa fortuna de estar, con mujeres de países que están luchando por derechos que nosotras en la sociedad occidental tenemos garantizados, nos recuerda donde estuvimos no hace mucho. Y es una cura de humildad al comprobar que, con valentía y fuerza, se enfrentan a situaciones por fortuna ya desconocidas para nosotras y debemos tener la humildad de aprender de su fuerza.
Con ambas convicciones en mente, alcanzar posiciones de liderazgo y la cooperación, fundamos a finales de 2022 Euthenia Community con el apoyo y el patrocinio de la Fundación Friedrich Naumann en Madrid. Somos una red de mujeres ejecutivas sénior, comprometidas a trabajar juntas para desarrollar un hub de colaboración a través del cual reflejar toda nuestra experiencia y conocimiento acumulado en carreras profesionales de éxito, a las nuevas generaciones de mujeres ejecutivas de los países del mediterráneo.
Actualmente, somos más de 40 con representación de 9 países de la cuenca del Mediterráneo. En nuestra red están algunas de las mujeres más brillantes en la actualidad y seguiremos creciendo; y seguimos haciéndolo.
En Euthenia Community identificamos el talento top femenino de los países MENA y proporcionamos formación avanzada tanto en habilidades blandas (soft skills) clave para ser ejecutivas (empoderamiento, liderazgo femenino, marca personal) y habilidades duras (hard skills) necesarias para conducir sus empresas (tecnología aplicada a los negocios, sostenibilidad, innovación y emprendimiento).
Las ejecutivas de la red nos implicamos con su desarrollo personal y profesional a través de un acompañamiento permanente en su camino, aportándolas todo lo que nosotras hemos aprendido. Y lo hacemos en colaboración con grandes empresas privadas comprometidas con el talento femenino y con intereses de negocio en los países del mediterráneo. Empresas que nos aportan conocimiento, experiencia y oportunidades de desarrollo profesional para nuestras “jóvenes Euthenia”.
Colaboramos con los organismos públicos y educativos de los países MENA que, alineados con nuestros objetivos, nos ayudan a identificar y potenciar ese talento femenino tan importante para el futuro. Estamos orgullosas del nivel de aceptación que hemos encontrado tanto en las empresas privadas como en los organismos oficiales. Ese entusiasmo por colaborar nos aporta la esperanza de que, efectivamente, entre todas podemos cambiar el mundo.
Y las diversas promociones de “jóvenes Euthenia” de todos los países se integrarán en la red de ejecutivas Euthenia. Una red plurinacional de mujeres líderes que traspasará las meras fronteras físicas y, estamos seguras, en un corto plazo se convertirán en las referentes del futuro. Juntas en la fuerza, cambiaremos nuestras sociedades y contribuiremos a que el ODS5 sea una realidad, al menos en nuestro ámbito geográfico del Mediterráneo.
***Eva Díaz es directora general de la Comunidad Euthenia.