Los últimos avances en la digitalización de la atención sanitaria han dibujado un panorama fascinante en el ámbito de la salud. Un progreso propiciado por los retos sustanciales a los que se enfrentan en la actualidad los sistemas sanitarios alrededor del mundo, como la adaptación e incorporación de una tecnología en constante evolución, la necesidad de garantizar la seguridad y la privacidad de los datos de los pacientes, la integración eficiente de sistemas interoperables, la gestión de una creciente carga de enfermedades crónicas y, de manera muy significativa, las complejidades asociadas al envejecimiento de la población.
Los pacientes, ahora con mayor control y conocimiento sobre sus opciones de tratamiento, demandan soluciones que sean tanto accesibles como personalizadas, lo que ha conducido a una mayor necesidad de enfoques centrados en el paciente y programas educativos en salud digital. Así es como han cobrado protagonismo las denominadas terapias digitales o DTx, una categoría innovadora de soluciones que utiliza aplicaciones basadas en software para ofrecer intervenciones terapéuticas fundamentadas en la evidencia y orientadas hacia el manejo y tratamiento de enfermedades y trastornos médicos.
Las terapias digitales proporcionan una nueva dimensión para el cuidado de pacientes mediante tratamientos personalizados basados en datos. Así se persigue el objetivo de conseguir un sistema sanitario sostenible que cuente con una mejora de atención y monitorización, nuevos modelos de asistencia y capacitación, un servicio asistencial para la independencia del paciente, nuevas herramientas para los profesionales, comunicaciones seguras, ágiles y flexibles, así como soluciones de negocio para la mejora de la eficiencia.
El aumento de la calidad de la atención sanitaria se puede traducir en una ampliación de las prestaciones de atención sanitaria, en la reducción del número de visitas médicas y del tiempo de espera y hospitalizaciones, y en la optimización del tratamiento farmacológico. La implementación de herramientas para los profesionales facilita la monitorización de pacientes crónicos e intervención temprana, la supervisión en tiempo real y la mejora de los canales de comunicación. Y, por su parte, la mejora del coste-efectividad implica la reducción de las principales partidas de gasto sanitario.
Así, la integración de este tipo de terapias en los sistemas de salud pública presenta una oportunidad única para reestructurar y optimizar la asignación de recursos limitados en el sector sanitario. Y es que estos novedosos procesos permiten transformar los procedimientos de atención médica y la interacción con sistemas tradicionales de información sanitaria, como los registros médicos electrónicos, tanto a nivel individual como colectivo y comunitario, o los tratamientos personalizados y optimizados. Un desarrollo que avanza en paralelo con la evolución de los pacientes hacia un papel más activo y empoderado en la gestión de su tratamiento.
Un negocio rentable de aplicación desigual
A nivel global, las DTx han emergido como una fuerza tan significativa que en 2022: el mercado mundial de este tipo de tecnologías alcanzó la considerable cifra de 6.500 millones de euros, con nuevas empresas asegurando una financiación de 1.500 millones en este sector en expansión.
Para la industria de la salud, las DTx ofrecen oportunidades para innovar y expandir sus mercados. Sin embargo, esto también conlleva la responsabilidad de garantizar que estas innovaciones sean seguras, efectivas y accesibles. La colaboración con reguladores, profesionales de la salud y pacientes es vital para desarrollar productos que no solo cumplan con los estándares regulatorios, sino que también satisfagan las necesidades reales de los usuarios.
Además, la industria debe considerar modelos de negocio sostenibles que permitan la inversión continua en investigación y desarrollo, al tiempo que hacen que las DTx sean asequibles y accesibles para una amplia gama de usuarios.
Naciones como Estados Unidos, Alemania, Francia y Bélgica, por ejemplo, han avanzado significativamente en la implementación de estas terapias, demostrando su eficacia en la mejora de la atención al paciente, la optimización de recursos sanitarios con un avance notable en sus sistemas de salud nacional. Además, estos países no solo han adoptado las DTx, sino que también han establecido marcos regulatorios robustos que aseguran la calidad y la seguridad de estas intervenciones digitales.
En contraste, España, a pesar de contar con un sólido sistema de salud y una infraestructura sanitaria digital avanzada que incluye historias clínicas compartidas y recetas electrónicas en algunas Comunidades Autónomas, aún navega en una etapa inicial de adopción de las DTx. El gran desafío es contar con normativas específicas y marcos de evaluación estandarizados que puedan integrar estas soluciones en su Sistema Nacional de Salud (SNS).
No obstante, la tecnología sí que está adquiriendo protagonismo en el sector de la salud y ya se están desarrollando en nuestro país proyectos pioneros impulsados por la tecnología. Por ejemplo, en 2019 el Hospital Clinic de Barcelona se convirtió en el primer hospital 5G del país gracias al acercamiento de esta tecnología a uno de sus quirófanos, con el objetivo de poder registrar en formato audiovisual y desde todos los ángulos, la actividad que tenga lugar dentro de él y poder enviar información en tiempo real.
Los profesionales de la salud destacan desde hace tiempo la necesidad de integrar las TDx en sus prácticas diarias de manera efectiva y ética, pero se enfrentan al enorme reto de hacerlo en un marco clínico ya complejo de por sí. Esto requiere no solo una comprensión profunda de las tecnologías, sino también la capacidad de evaluar su aplicabilidad y efectividad en diferentes contextos clínicos. Además, la formación y la capacitación continua son esenciales para asegurar que los profesionales puedan adaptar su práctica clínica a estas nuevas herramientas y aplicarlas de manera efectiva y segura.
Por parte de los pacientes, es necesario incorporar su voz en el desarrollo de las DTx para garantizar que estas soluciones sean efectivas y centradas en ellos. La voz del usuario es un elemento crítico que garantiza que las soluciones no sean únicas y técnicamente viables, sino que también estén alineadas con las necesidades y expectativas de los usuarios.
También es fundamental desarrollar estrategias que promuevan la inclusión digital y aseguren que las DTx sean accesibles para todos, independientemente de su ubicación geográfica, nivel de ingresos o educación. Esto incluye la implementación de tecnologías asequibles, interfaces de usuario intuitivas y programas de educación que capaciten a los usuarios en el manejo eficaz de estas herramientas.
Por último, su integración exitosa y sostenible en el sistema de salud requiere un enfoque colaborativo y multidisciplinario que aborde aspectos técnicos, clínicos, éticos, sociales y económicos. La clave para su éxito radica en la capacidad de equilibrar la innovación con la accesibilidad, la efectividad clínica con la experiencia del usuario y las aspiraciones comerciales con las necesidades de salud pública.
Al abordar estos desafíos de manera integral, las DTx podrán no solo de revolucionar el cuidado de la salud, sino también de mejorar de manera significativa y equitativa la calidad de vida y el bienestar de las personas en todo el mundo.
***Estela Díaz Jordá es Innovation Manager en Vodafone Business.