Que el boom de la inteligencia artificial (IA) generativa de 2023 ha cambiado por completo muchos aspectos de nuestro día a día y a nivel global es un hecho. Nuestra forma de trabajar, de aprender, de comunicarnos… pero iría un paso más: vivimos en un mundo cada vez más tecnológicamente avanzado, donde la IA se está posicionando como un catalizador fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para el año 2030.
La salud y el bienestar, encapsulados en el ODS número 3, son quizás las áreas en las que la IA tiene un impacto más directo y palpable. Lo vemos a través de diagnósticos mejorados, tratamientos personalizados y optimización de recursos en centros sanitarios: la IA está sin duda redefiniendo lo que es posible en la medicina moderna.
En este contexto, tecnologías como el procesamiento de lenguaje natural y el aprendizaje automático están permitiendo no solo identificar patrones en vastos conjuntos de datos, antes imposibles o muy costosos de analizar, sino también prever enfermedades antes de que se manifiesten clínicamente.
Puede parecer algo muy teórico, pero realmente estaríamos hablando de tener en nuestra mano una herramienta que nos ayudara (siempre como un punto de apoyo extra a los profesionales) a salvar vidas.
Un ejemplo concreto de esta revolución tecnológica es el uso de algoritmos para el diagnóstico y tratamiento personalizado de enfermedades. Estos sistemas de IA, al analizar datos de salud de millones de pacientes, pueden adaptar los tratamientos a las características individuales de cada persona, aumentando significativamente la eficacia de los mismos. Este enfoque no solo mejora los resultados de salud, sino que también optimiza el uso de recursos médicos, un paso esencial hacia la consecución de la cobertura sanitaria universal.
La gestión de datos, uno de los pilares menos discutidos, pero más fundamentales de la atención sanitaria moderna, es también un gran beneficiado de la aplicación de la IA. Los sistemas de salud que implementan IA para el manejo eficiente de datos pueden ofrecer una atención más coordinada y a tiempo, crucial para enfermedades crónicas y manejo de emergencias.
Por ejemplo, la capacidad de la IA para analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real se convierte en un activo invaluable en situaciones de crisis, como la pandemia de Covid-19, donde sistemas de IA fueron utilizados para modelar la propagación del virus y optimizar las respuestas sanitarias.
Otra aplicación donde la IA está jugando un papel crucial es en la investigación y desarrollo de nuevos fármacos. Ya lo estamos viendo en proyectos como el de DeepMind, que logró predecir la estructura de proteínas con una precisión revolucionaria, y están acelerando significativamente el proceso de descubrimiento de medicamentos.
Este tipo de innovaciones no solo acelera la disponibilidad de tratamientos efectivos, sino que también promete abordar enfermedades que hasta ahora han sido muy difíciles de tratar.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo esta tecnología innovadora puede tener un impacto real en la salud global. Pero tenemos algo muy claro: "La IA no sustituye al médico, sino que lo complementa, ampliando sus capacidades y permitiéndole concentrarse en lo que mejor sabe hacer: cuidar al paciente."
Esta frase resume bien la esencia de cómo la IA está transformando la atención médica, haciendo énfasis en que la tecnología es una herramienta que, utilizada correctamente, potencia la humanidad de la profesión médica. Potencia lo que realmente nos hace humanos.
En Founderz, entendemos que la educación y la formación en estas tecnologías son clave para su adopción responsable y efectiva. No hablamos solo de saber utilizar las últimas herramientas de IA, sino saber utilizarlas bien.
Es por eso que, en colaboración con Microsoft y expertos de La Paz, ofrecemos un programa que no solo educa sobre las posibilidades de la IA en salud a profesionales del sector sanitario, sino que también promueve su implementación responsable. Estamos comprometidos con un futuro donde la tecnología sirva a las necesidades de la salud global, respetando siempre los valores éticos y la dignidad humana.
La implementación de la IA en el sector salud, como parte de los esfuerzos globales para alcanzar los ODS, no está exenta de desafíos. Es un largo camino que tendrá baches: desde cuestiones éticas hasta la necesidad de infraestructuras adecuadas, cada paso hacia adelante debe considerarse cuidadosamente.
No obstante, los avances que estamos presenciando hoy son prometedores y nos acercan cada vez más a un mundo donde la salud y el bienestar son accesibles a todas las personas, independientemente de su ubicación geográfica o situación económica.
El potencial de la inteligencia artificial para mejorar la atención sanitaria global es inmenso y, mientras nos dirigimos hacia 2030, es crucial que todos los actores, desde gobiernos hasta empresas privadas y la sociedad civil, colaboren para integrar estas tecnologías de manera que realmente fomenten el bienestar global. Así, no solo estaremos cumpliendo con los ODS, sino también redefiniendo el futuro de la salud para las próximas generaciones.
*** Pau García-Milà es CEO y cofundador de Founderz.