La industria cosmética se encuentra en una encrucijada. No es un secreto que el modelo tradicional de belleza, centrado en la producción masiva y desmedida, ha quedado obsoleto y ya no es compatible con un planeta que aclama por un cambio.
La sostenibilidad, las certificaciones y la innovación trascienden las palabras de moda; son los pilares sobre los cuales debemos construir el futuro de una cosmética ética y responsable.
Avril, marca francesa de cosmética bio se creó en 2012 para desafiar el status quo de la industria: hacer que la cosmética bio sea accesible para todos, sin comprometer la calidad ni en compromiso ambiental.
Con más de 60 tiendas en Francia y la primera tienda en Madrid recién inaugurada en la calle Conde Peñalver, la misión de Avril sigue siendo clara desde el primer día: democratizar la belleza sostenible y liderar el cambio hacia un futuro más responsable.
Lo primero que debemos entender es que la sostenibilidad no es un lujo o un departamento aparte; es una obligación. Cada paso en la cadena de producción y distribución debe ser analizado para minimizar el impacto ambiental. La realidad es cruda: el cambio climático exige una acción radical.
En Avril, están comprometidos a liderar con el ejemplo. En 2024, lanzaron sus pastillas a diluir, una alternativa revolucionaria que reduce el uso de plástico en un 90%. Con cada pastilla de gel de ducha, se evita el transporte de 45 toneladas de agua al año, lo que implica una reducción de 2,5 toneladas de emisiones de CO2.
Este avance demuestra que podemos reducir nuestra huella ecológica y brindar a los consumidores una herramienta concreta para impulsar el cambio real que exige el planeta.
Estas acciones reflejan el compromiso y envían un mensaje claro: la sostenibilidad es posible, rentable y necesaria.
En un mercado saturado de productos que se autodenominan "naturales", las certificaciones son esenciales para proporcionar una garantía tangible para el consumidor, una claridad que contrarreste el greenwashing y las promesas vacías.
El problema es evidente: sin regulaciones claras, el mercado está plagado de términos ambiguos y afirmaciones sin fundamento. Palabras como "natural", "verde" o "eco-friendly" suenan bien, pero a menudo carecen de sustancia real. El consumidor se encuentra desorientado, sin saber en quién confiar.
En Avril, los productos están certificados Ecocert según los estandares Cosmos Organic, asegurando que los ingredientes y procesos cumplen con las más rigurosas normas de sostenibilidad y ética.
Las marcas deben ser honestas y transparentes. Adoptar certificaciones es crucial: garantiza sus productos y educa al consumidor sobre lo que significa sostenibilidad auténtica. En Avril, la certificación no es una simple etiqueta. Es la promesa de calidad. Es el compromiso con la ética.
Este compromiso con la ética y la transparencia nos lleva a repensar cómo y por qué hacemos cada cosa. Innovar no significa lanzar productos sin fin; significa repensar cómo y por qué hacemos las cosas. Han desarrollado soluciones innovadoras como las paletas de maquillaje recargables, que permiten ahorrar 10 toneladas de plástico al año.
En lugar de seguir un modelo de "usar y tirar", se debe apostar por opciones recargables, reduciendo residuos y empoderando al consumidor a hacer elecciones sostenibles.
El famoso menos, es más, tiene todo su sentido. Hay que apostar por fórmulas que se caractericen por su pureza y transparencia: libres de colorantes y conservantes sintéticos y respaldadas por ingredientes naturales como el aloe vera, la manteca de karité y aceites vegetales.
Esta búsqueda de autenticidad responde a una demanda real: un estudio reciente de Euromonitor muestra que el 64% de los consumidores jóvenes buscan marcas que se alineen con prácticas sostenibles y valores éticos. En este contexto, la cosmética natural certificada bio se convierte en algo más que un producto; es una declaración de principios y un medio para impulsar un cambio social.
Pero para que este cambio sea realmente inclusivo, la sostenibilidad debe ser accesible.
En Avril, han demostrado que es posible ofrecer productos naturales certificados bio de alta calidad a precios justos, rompiendo con la idea de que el consumo responsable debe ser exclusivo y es por fin democrático.
Es clave optar por materiales reciclados y packaging minimalista, sin sobre embalaje lo que reduce costes sin sacrificar la calidad ni el compromiso con el medio ambiente. Sin periodos de rebajar ni ofertas, con precios redondos (sin el famoso X,99€ y justos para todos).
La sostenibilidad debe ser inclusiva y al alcance de todos. Este compromiso es esencial para democratizar la cosmética y fomentar una comunidad de consumidores informados y responsables.
La sostenibilidad también implica una responsabilidad social: escuchar a la comunidad, ser receptivos y adaptar nuestros procesos. Cada opinión y sugerencia es una oportunidad para crecer y ofrecer productos que cumplan con estándares éticos, y sean accesibles y relevantes para todos.
¡Es hora de actuar de verdad! La cosmética del futuro debe ser verde, transparente e inclusiva. No podemos permitirnos seguir en un modelo que explote los recursos de manera indiscriminada. Por nuestra parte, estamos decididos a liderar esta transformación y demostrar que sostenibilidad e innovación pueden ir de la mano para crear una industria que cuide tanto de sus consumidores como del planeta. Es el único camino a seguir para asegurar un futuro viable.
Esta es una invitación para todos: consumidores, marcas e industria. Actuar es urgente. Juntos tenemos que crear una diferencia real, tangible y duradera para proteger lo que más importa: nuestra salud, nuestro entorno y nuestro compromiso colectivo con un planeta que necesita acciones reales.
En Avril lo conseguimos y continuaremos avanzando con pasión, dedicación y el compromiso de crear una cosmética natural certificada bio y accesible. Como prueba de ello, prevemos abrir 25 tiendas en España y Portugal en los próximos cinco años.
***Alexis Dhellemmes, Fundador y CEO de Avril Cosmétique Bio