Natalia López, salud y bienestar: “Necesitamos vivir muchos años bien, llegar sanos a mayores”
ODS 3: La científica del Centro Integral de Neurociencias del Hospital Universitario HM Puerta del Sur espera, a través de la investigación, mejorar la vida de los enfermos de párkinson.
3 septiembre, 2021 02:18Natalia López (Madrid, 1991) es una brillante científica que, además de formar parte del programa de doctorado en Neurociencia de la Universidad Autónoma, coordina parte de la investigación del Centro Integral de Neurociencias del Hospital Universitario HM Puerta del Sur.
Allí estudia los factores de riesgo en las poblaciones más vulnerables a la enfermedad de Parkinson. Trabaja en un centro dedicado a trastornos del movimiento pionero en el mundo. López es excepcional, con una trayectoria excelente, especialmente para los demás (y la sociedad).
¿Cómo te defines?
A mí siempre me han dicho que soy muy curiosa.
La carrera científica es un sitio muy bueno para la gente curiosa, inquieta, que busca muchas cosas a la vez
¿La curiosidad es para ti la base de la ciencia?
La carrera científica es un sitio muy bueno para la gente curiosa, inquieta, que busca muchas cosas a lo mejor a la vez. Eso de “quien mucho abarca, poco consigue” no es verdad: hay que aspirar muy alto en el espectro y, luego, ya iremos reduciéndolo.
¿Y la creatividad?
Creo que también, pero como cualquier característica psicológica se puede trabajar. Normalmente, en el principio, como estudiante, entras con una línea más definida normalmente. Luego son más los directores los que te van llevando y durante todo el doctorado vas desarrollando esas habilidades.
¿La medicina es tu vocación?
[Se ríe] Siendo realista yo no tuve -y quizá ni siquiera ahora tengo- una vocación enorme comparada con otra gente que sabe lo que quiere hacer desde el minuto uno. Me encantaba la literatura, las matemáticas, la ingeniería, la medicina… y fui encontrando qué vía me permitía unir un poco todas esas inquietudes que yo tenía.
Si descubrimos la cura del párkinson, nos servirá para otras enfermedades neurodegenerativas
De hecho, en este centro he conseguido unir muchas cosas porque tengo esa parte de ingeniería -aunque sea lateral-, la parte más básica y más médica -que es la que más me gusta-, la lingüística -por los idiomas y los viajes- y la social por la interacción con gente distinta.
¿Una obsesión reciente?
El párkinson y su tratamiento.
¿Más concretamente?
La entrada de fármacos en el sistema nervioso central.
Y, ¿qué es el párkinson?
Ahora mismo es la enfermedad neurodegenerativa de trastorno de movimiento más abundante y, como la población va a envejecer y vivimos más años, se considera que va a aumentar drásticamente.
¿Por qué motivo dices que va a aumentar tanto en los próximos años?
Estas enfermedades son de aparición tardía: según la población envejezca, va a aparecer una mayor incidencia, va a haber muchos más casos. Además, es una enfermedad muy invalidante desde el punto de vista más básico.
En lo que a mí me atañe, se caracteriza sobre todo por la pérdida de unas neuronas que están en una región del cerebro que se llama la sustancia negra. Estas neuronas liberan un neurotransmisor, que es la dopamina, entre cuyas funciones está la coordinación de movimientos. De ahí que veamos pacientes que no pueden controlar su patrón de activación de movimiento o tienen otras alteraciones no motoras.
¿Es una enfermedad con mal pronóstico?
En definitiva es una enfermedad con gran impacto. Al paciente le invalida a largo plazo completamente, es muy dependiente de la medicación, y lo malo es que el paciente se hace dependiente y tolerante. Además, la enfermedad sigue su curso y, aunque enmascaramos sus síntomas, no la estamos parando. Si descubrimos su cura, nos servirá además para otras enfermedades neurodegenerativas.
¿Estamos menos sanos que hace unos años?
Estamos más bien dejando de lado estar sanos. El ser humano está acostumbrado a ser multitasking, a hacer tareas, a ser productivo. Primamos la productividad y otras cosas, y no cuidarnos. Y necesitamos vivir muchos años, pero bien, llegar sanos a ser mayores.
¿Se puede hablar de hábitos neurosaludables?
El eje cuerpo-mente-hábitos es superimportante para todo. El deporte, la alimentación, incluso el mindfulness deben estar presentes, y todas las cosas que están empezando a surgir ahora.
¿Cuáles son, entonces, los hábitos menos neurosaludable?
No hay algo que causa todo. Como en biología en general, muchas cosas se suman y causan algo. El consumo de sustancias o la privación de sueño son factores que se han estudiado desde siempre que alteran.
¿En qué consisten concretamente tu investigación sobre el párkinson?
Estudio poblaciones vulnerables en la enfermedad de Parkinson. Lo que hago es estudiar qué poblaciones presentan distintos marcadores o genes, que de alguna forma las hacen o más vulnerables o al revés, más resistentes a degenerar en enfermedades como esta.
¿Cómo investigas?
Con experimentos [sonríe], soy afortunada. Desde el punto de vista más básico trabajo con cultivos celulares, tejidos, muestras de pacientes, marcadores… lo que es la anatomía patológica.
La clave es saber filtrar información, como hemos visto en la pandemia
Desde el punto de vista psicológico, investigo más con tests de hábitos y paradigmas experimentales que permiten ver el fallo de una región determinada del cerebro en relación con determinada conducta. También con neuroimagen, positrones, resonancias magnéticas, etc. para ver qué áreas del cerebro se activan y están más implicadas con cierta conducta o enfermedad.
Y luego hay muchos, miles de paradigmas, la neurociencia lo que intenta es eso, sumar todos esos campos e intentar integrarlos en una experimentación que cubra todos los puntos de vista.
¿Apuestas por la investigación nacional o internacional?
Aquí tenemos centros muy buenos. Igual no nos damos tanto a conocer. Estados Unidos es el experto en marketing por excelencia, pero tenemos centros que son pioneros en líneas de investigación.
La ciencia es muy cooperativa, que te den puntos de vista distintos precisamente aumenta la creatividad. Pero no debemos despreciar los centros de España porque hay muchos y muy buenos.
¿A quién admiras profesionalmente?
Por ejemplo, Margarita Salas me parece pionera tanto como mujer como investigadora. Es un ejemplo de que se puede hacer carrera científica en España y muy buena, por parte de mujeres muy importantes y totalmente claves en la ciencia española.
Pero también mis mentores: la formación de este centro es gracias al doctor José Obeso. No es fácil encontrar una persona, sobre todo un médico, más dedicado a la parte clínica que quiera crear un centro que junte las dos cosas: la parte básica y experimental con la parte de ensayo clínico y aplicada directamente al paciente.
La ciencia es muy cooperativa: los puntos de vista distintos aumenta la creatividad
¿Sigue siendo más difícil ser mujer en la ciencia?
Esa diferencia de sexos no existe ya, yo creo. En mi carrera éramos la misma proporción de mujeres y hombres, y aquí de hecho somos más chicas que chicos. Al principio parece más vocacional en las mujeres y luego se va igualando. Hay mucho por hacer, pero se está mejorando muchísimo, al menos yo no lo he sentido como tal en mi experiencia personal.
¿La clave para los descubrimientos?
La paciencia, trabajando se consiguen las cosas. No hace falta irse muy lejos, es más fijarse en el camino, porque llegar ya llegarás, pero la cosa es ir trabajando y lo puedes conseguir.
¿Cuál es tu sueño (científico)?
A mí me encantaría mentalizar a la población para empezar a cuidarse uno mismo en todos los aspectos -cuerpo, mente, incluso formación-. La educación, formarse bien, entender, saber filtrar información -algo tan importante en la pandemia, ¿verdad?-, cuidarse en salud, saber que lo que uno hace afecta al siguiente, ser un poco más cooperativos en general, no quedarse tanto en la burbuja de cada uno, sino ser más interdisciplinar en todos los aspectos.
Natalia sostiene el ODS número 3 (salud y bienestar). Su biografía podría resumirse, y así lo hace ella misma, fácilmente con las palabras biología -estudió Biología en la Universidad Autónoma de Madrid-, Selva Negra -explica que se fue de Erasmus a la Universidad de Friburgo de la neurociencia y allí cursó neuroanatomía-, y alpaca.
Esta última hace referencia a su estancia en Chile, donde buscaba los anticuerpos que producen solo dos tipos de animales en el mundo: los tiburones y las alpacas.