¿Es el cambio de economía la solución a parte de los problemas de la sociedad? La economía circular y su filosofía está presentando un nuevo paradigma en diferentes ámbitos, convirtiéndose en una herramienta que impulsa al cambio. Luis Lehmann habla precisamente de ello en su libro Cómo hacer click hacia una nueva economía (Caligrama, 2021).
Presenta este nuevo escenario como "una revolución circular con el ser humano en el centro". Pues según cuenta, su propósito es hacer entender cómo ha surgido esta nueva economía a través de un lenguaje sencillo. Y aunque la economía circular puede parecer un reto todavía latente, Lehmann considera que "es la herramienta que permite lograr la sostenibilidad, no solamente la ambiental, también la social y económica".
¿Por qué ahora este cambio de economía?
Está habiendo avances y cambios de mentalidad que hacen ver que las cosas se pueden hacer mejor. El capitalismo es el único sistema que ha quedado, obviamente, hay muchas formas de hacer capitalismo y creo que por lo menos en esta etapa la economía circular puede hacer un aporte muy relevante. Pueden empezar a tomar mayor peso otras direcciones que, tal vez, no estuvieron tan presentes, como la parte social o la ambiental.
Si hoy una empresa no tiene en consideración estas dimensiones, probablemente pueda hacer un negocio en el corto plazo, pero en el mediano o largo plazo, la única manera de hacer economía va a ser teniendo en cuenta también la dimensión social y ambiental. Siempre digo que cualquier negocio nuevo que nazca si no tiene en cuenta los principios de la economía circular no va a tener la posibilidad de desarrollarse por mucho tiempo.
"La pandemia no trajo una ruptura o un cambio de sistema, más bien una rápida evolución de estas tendencias que se veían antes"
No hay sólo un único camino, por eso, la economía circular es más bien un paraguas o un marco que contiene a un conjunto de herramientas. Tampoco está cerrada. No está escrita en piedra, por esto mismo es tan actual y hay tantas personas que están hablando, investigando y escribiendo. Todavía tiene un trecho bastante importante para ir desarrollándose, y los primeros resultados son buenos.
En el libro explicas que los Gobiernos tienen potencial para facilitar la impantación de nuevos modelos de negocio, ¿cómo deberían actuar ante este nuevo desafío las políticas públicas?
Su papel es fundamental. Tiene que ver con ese rol activo, dinámico y emprendedor. En este sentido, me hago eco de las palabras de Mariana Mazzucato, economista italoestadounidense que propone ver el cambio en la economía como una misión. Tenemos que tener un Estado emprendedor, con mejor legislación y siendo más veloz. Con una capacidad de hacer programas más pequeños pero implementarlos más rápido. También aquello que tiene que ver con la gestión pública, donde toman relevancia los actores locales, que están más cerca de la ciudadanía.
¿Qué tendencias está acelerando la transformación hacia un sistema circular?
En estos últimos dos años nos hemos vuelto bastante expertos. Creo que el conjunto de la sociedad se ha dado cuenta de que la pandemia no trajo una ruptura o un cambio de sistema, sino más bien una rápida evolución de estas tendencias que se veían previas a la covid-19.
Por otro lado, estamos viviendo transformaciones muy grandes, pero como estamos inmersos en esos procesos de cambio, tal vez, no alcanzamos a tomar total conciencia de la profundidad.
En esto soy bastante optimista, veo que se está cambiando mucho en dirección a un futuro más sostenible, hacia la posibilidad de cambiar el modelo de producción y consumo. Si uno lo evalúa día a día parece una fuente de ansiedad, en cambio, cuando uno echa la vista un par de años atrás, pienso que ha habido avances gigantescos en términos de normativa, de conocimiento, de tecnología o de mecanismos de financiamiento.
La economía circular ha tomado fuerza en los últimos años y ahora es más realizable gracias a la tecnología
Haciendo referencia al concepto de "nueva empresa" sobre el que hablas en el libro, ¿qué modelos alternativos proporciona la economía circular a estos organismos?
En principio, aporta todo lo que tiene que ver con las plataformas compartidas. Luego lo que se denomina servilización, haciendo referencia a ver el producto como un servicio, que es facilitado por la tecnología. En este punto es importante mencionar que la economía circular como teoría no es nueva, ha tomado fuerza en los últimos años y ahora es mucho más realizable gracias a la digitalización y gracias a la tecnología.
Otro de los modelos de negocio que proporciona es la utilización de los residuos como recurso o como nutriente para otros procesos. Los suministros circulares que reincorporan residuos dentro de los ciclos productivos y al mismo prolongan su vida útil, vuelven a poner sobre el tapete técnicas que habían quedado un poco de lado.
¿Al igual que está quedando un poco de lado el Homo económicus y dando paso, en este nuevo mundo circular, al Homo circularis?
En el libro hablo de la necesidad, en cierta manera, de dejar de ser un poco menos Homo económicus, que hace referencia al ser humano como consumidor. Pero pasa a ser Homo circularis, mucho más consciente del impacto que produce en la naturaleza con su consumo, mucho más responsable y exigente. Lo es con las empresas para que pongan en el mercado productos más responsables, pero también con los Gobiernos, que deben generar normativa que acelere estos procesos, al tiempo que les piden ser más dinámicos y proactivos.
¿Cómo es la conciencia y el comportamiento de este nuevo ser humano?
Esta nueva especie, en cierta manera, es una evolución consciente a diferencia de lo que viene siendo la evolución del ser humano hasta este momento, que es esencialmente dada por la selección natural y por los impactos de su medio ambiente cercano. Creo que estamos en un punto donde por primera vez en la evolución, el cambio que podemos hacer, este click hacía una nueva economía, es un click consciente.
Esta consciencia tiene que ver con un consumidor mucho más responsable y exigente con las instituciones. Y este ser humano ya existe, está guiado principalmente por las nuevas generaciones. En este caso, obviamente, la generación Z, los nacidos a partir del año 1994, son los que le están dando mayor fuerza. Son mucho menos individualistas, más propensos a compartir y a colaborar. Esta generación apuesta más por el disfrute de las sensaciones que por la posición de los bienes. Están mucho más orientados a causas globales.
Pero también puede haber una excesiva preocupación por el futuro del planeta y la transformación sostenible, ¿está el Homo circularis sujeto a eso?
Sí, es mucho más consciente de cuáles son los problemas, entonces está más expuesto. Yo creo que a partir de la pandemia todos estamos mucho más expuestos, hemos tomado conciencia del concepto de incertidumbre. La generación Z al prestarle atención a causas que van más allá de sí, obviamente, toman el clima como una de sus principales preocupaciones, por ejemplo.
En tal caso, me parece que la respuesta a la ecoansiedad es la acción. Por eso, siempre promuevo que los jóvenes se manifiesten. El nuevo Homo circularis está fielmente representado por estas nuevas generaciones que demandan a las autoridades, a las empresas, que generen presión y eso es lo que va a generar cambios, ¿no?
¿Qué papel tiene la innovación o la tecnología en la economía circular?
Ambos conceptos que van prácticamente de la mano son muy importantes. En todo proceso de cambio la innovación ocupa un rol fundamental. Aunque hay una imagen de que la economía circular tiene que ser innovación y hay proyectos que son increíbles bastante alejados de las capacidades normales de la inventiva que tenemos los seres humanos. Son muy pocos los que pueden hacer esos avances.
Tal vez son las pequeñas innovaciones que se dan en el ámbito cotidiano las que pueden llegar a generar los resultados más importantes. La tecnología ha sido imprescindible para lograr que la economía circular y todas las demás puedan prosperar. La innovación y la tecnología son habilitadores, esas técnicas y habilidades que uno tiene que tener en cuenta cuando va a llevar adelante una determinada acción.
Indicas en el libro que "el sector financiero también debe aportar lo suyo, movilizando los fondos necesarios para invertir en medidas de mitigación del cambio climático y adaptación", ¿ha conseguido este sector transformarse?
Ha habido un cambio de toma de conciencia en el sector financiero que también es otro de los componentes que acelera este proceso. Hoy hay, prácticamente, más financiamiento para proyectos sostenibles que para proyectos convencionales. De hecho, me atrevería a decir, que estamos en el punto en el cual, hay más capital disponible que proyectos de calidad para que puedan recibir ese financiamiento.
La tecnología ha sido imprescindible para lograr que la economía circular y todas las demás puedan prosperar
¿Queda mucho para que las empresas puedan adaptar sus proyectos a un modelo más circular?
Por el cambio tan profundo que está habiendo todavía no se termina de adaptar ni el grueso de ellas. Veo que hay muchas más oferta educativa que la que había hace un año. Veo un montón de gente que estudia y hay proyectos más específicos y profundos.
Los cambios se vienen dando mucho más rápido que la capacidad de adaptación de los estamentos que son más resilientes o adaptativos, como el ámbito de la academia o el empresarial. Por eso, aunque pensemos que 2 años es un montón de tiempo no lo es para que estos cambios puedan ser incorporados.