Sonia Pacheco lidera la estrategia de comunicación y marketing para la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África) de una de las empresas más poderosas e influyentes de ingeniería de software y tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de Latinoamérica: Globant. Considerada una organización "unicornio", es decir, una empresa con un valor superior al de los mil millones de dólares, en 20 años Globant ha pasado de ser una prometedora start up argentina a una de las compañías de referencia en su sector.
Pacheco lidera la estrategia territorial de la compañía en áreas como la comunicación, las relaciones con las agencias y la coordinación, planificación y gestión comunicativa, así como el marketing corporativo. También ejerce su liderazgo sobre un equipo humano transversal y multidisciplinar. Todo ello forma parte de una rutina diaria que ella califica de "emocionante". En su día a día pone en valor las virtudes de ser una líder y mira al futuro con la esperanza de quien sabe que las tecnologías son parte indispensable de la sostenibilidad de nuestro planeta.
Hace unos meses afirmaba que sólo 2 de cada 10 especialistas en el ámbito de las TIC son mujeres en España. ¿Por qué seguimos así a estas alturas del partido?
Creo que es muy difícil transmitir el poder de la tecnología, como sector transformador, y despertar vocaciones. La tecnología es una disciplina muy desconocida. Todo el mundo hace uso de ella, pero si tú te vas a hablar con los jóvenes te das cuenta de que pocos saben que tras TikTok o Instagram hay toda una industria operante que hace que funcionen. Las carreras STEM son muy importantes, pero a veces parecen invisibles. Debemos acercarnos a los jóvenes para que puedan comprender esta realidad.
Entiendo que existe una carencia de referentes en el sector tecnológico.
En mi niñez buscábamos y nos fijábamos en los referentes tangibles de nuestro día a día: queríamos ser policías, doctoras, inventoras, abogadas, pintoras, profesoras o notarias. Lo que pasa con las profesiones de la industria tecnológica es que no permean a esas edades. Ningún niño te dice: "quiero ser un UX Designer" o "de mayor quiero ser diseñador gráfico". Despertar vocaciones es importante, pero hay una falta de tangibilización en estas disciplinas. Por eso los referentes son fundamentales.
¿Dónde cree que está la solución para hacer más atractivo e inclusivo este sector?
Primero, creo que es importante educar a los niños en la igualdad de oportunidades. Recordar que las niñas no son peores en matemáticas ni en física; no son menos listas ni son más o menos emocionales. Puede ser que los niños vivieran reprimiendo sus emociones durante muchos siglos porque no les hayamos permitido expresarse de otra manera, pero el talento, en realidad, no tiene género. Dejemos que los niños y las niñas se desarrollen en lo que quieran ser.
"En mi casa yo era la que desarmaba juguetes y aparatos eléctricos para ver qué había dentro"
Segundo, considero que hay que dar a conocer el sector y las posibilidades que encierra. También creo que es importante que, para despertar estas vocaciones STEM, se produzca esa tangibilización, es decir, dar a conocer a edades tempranas estas profesiones que son difíciles de percibir en su entorno pero esenciales en el día a día. Los datos dicen que a las mujeres les cuesta acabar trabajando en el sector, no sólo en España sino en todo el mundo.
¿Qué le movió, personalmente, para dedicarse a esto?
Este sector me apasiona. Siempre he sido muy curiosa e inquieta y quise ser ingeniero, aunque al final, como ves, no fue así. En casa éramos muchos hermanos y teníamos juguetes de todo tipo. Jugábamos todos con todo, pero yo era la que inventaba y desarmaba juguetes y a veces incluso aparatos eléctricos para ver qué había dentro, para disgusto de mis padres (risas). Mi hermano mayor, ingeniero de telecomunicaciones, me explicaba y me enseñaba los tipos de resistencias y la circuitería y yo me sentía muy atraída por la técnica. Me sabía al dedillo los libros de la enciclopedia Argos, como el Dime cómo funciona. Después, ya más mayor, y rodeada de libros de física, química y matemáticas de mis hermanos, sentía que era lo que quería aprender.
Luego había otra parte de mí: la versión exploradora y narradora. Me apasionaba escribir, comunicar, hablar bien y soñaba con viajar por el mundo y contarlo a los demás. En EGB yo tenía un profesor que me enseñó la importancia de la escritura, de expresarte y de poder comunicarte adecuadamente, y eso siempre lo he tenido muy presente en mi vida. Toda la rigurosidad y la importancia del poder de la lectura, de la narrativa que él ponía en sus clases, consiguió que me entusiasmara por el mundo de la comunicación.
Está describiendo casi a una persona con vocación periodística.
Yo creo que hubiera podido ser periodista. Admiro mucho la profesión. Como dijo Alma Guillermoprieto, “cómo vamos a conocer el mundo sin reporteros; sin los medios viviríamos en el siglo XI, todos igual de ignorantes”.
¿Percibe que existen cada vez más liderazgos femeninos?
Creo que sí. Estamos avanzando mucho porque, entre otras cosas, existe un consenso global a la hora de intentar cambiar las cosas. Participan en este cambio instituciones civiles, empresas privadas y todo tipo de organismos de diferentes sectores. Todos sabemos que las cosas deben cambiar. Las mujeres siempre hemos trabajado, pero no hemos gozado del reconocimiento de nuestro trabajo. Nuestras opciones de formar parte de los centros de decisión ha sido anecdótica. Tener poder de decisión te permite influir y mover el mundo.
Hoy en día, afortunadamente, estamos empezando a ver este tipo de liderazgos. En España, por ejemplo, hubo un momento en el que las líderes de las empresas tecnológicas fueron, al unísono, profesionales mujeres de las cuales hemos conocido sus nombres y apellidos: estaba Pilar López en Microsoft, Fuencisla Clemares en Google, Irene Cano en Meta/Facebook o Nathalie Picquot en Twitter. Estas cosas cambian porque existe una conciencia.
¿Y aplicado a Globant? ¿Tienen también programas de captación de talento femenino?
Sin duda. En Globant tenemos un firme compromiso con la diversidad de género. Lideramos muchas iniciativas en las diferentes geografías donde nos encontramos, como por ejemplo el programa Back in the Game, un proyecto para reconvertir mujeres a la industria de la tecnología y dotar de nuevas capacidades a las que quedan fuera del mercado para que puedan retornar e insertarse en puestos de relevancia.
También está nuestro programa She Leads, donde desarrollamos, desde el sponsorship de los líderes de más impacto en la organización, a más de 70 mujeres en posiciones clave. Las apoyamos para que desarrollen su network, proporcionando mentoring y talleres de storytelling para desarrollar sus habilidades y poner voz a sus propios logros.
"El metaverso es un lugar en el que se mezcla lo físico con lo real, una nueva dimensión [...] en la que cada uno puede ser quien quiera
El sector tecnológico es extremadamente cambiante. ¿Qué principales innovaciones destacaría que nos vayan a cambiar la vida en los próximos años?
Sin duda, el metaverso en una de ellas, pero también el blockchain y la Inteligencia Artificial. Las tecnológicas apuntaban hacia todo ello desde hacía mucho tiempo. Ahora parece que todo está cristalizando. Estos nuevos entornos, que tradicionalmente estaban asociados al gaming, ya no son tan cerrados: la gente no va a jugar, sino a entretenerse y a socializar. Es un nuevo universo en el que muchísimas compañías van a querer estar presentes y desarrollarse profesionalmente. ¿En qué acabará? No lo sabemos porque todo está en una fase incipiente.
¿Cómo explicaría al resto de los mortales qué es el metaverso?
(Risas) Es un universo donde se mezcla lo físico con lo digital, una nueva dimensión en la que se te permite hacer esa fusión y donde está todo por crear y por construir, donde uno puede ser quien quiera y dar rienda suelta a su creatividad. Imagínate cuando te preguntaban qué era Internet y tú pensabas que se trataba de un nuevo espacio que trascendía lo físico y que te permitía la interconexión entre personas y máquinas. En Internet interactúas pero no estás dentro en realidad, pero el metaverso es un lugar donde, además de poder interactuar con todo y con todos, puedes unir también la parte física. Muchas de las cosas que pasen ahí las vas a poder sentir a través de sensores. Al final fusionaremos espacio físico con realidad.
¿No corremos el riesgo de deshumanizarnos?
La tecnología ya está embebida en nuestras vidas. Cuando conducimos, vamos en un avión, usamos un móvil o escuchamos música, ahí estamos utilizando la tecnología. Ésta tiene multitud de caras y nos ayuda en el día a día. Todo depende del buen o mal uso que se haga de ella. En Globant estamos muy concienciados precisamente con este asunto y buscamos contribuir a combatir su mala utilización. Por eso hemos creador el fondo Globant Be KindTech Fund, en el que hemos invertido 10 millones de dólares. Queremos invertir en start ups que precisamente contribuyan a miigar este lado 'oscuro' de la tecnología.
"Tenemos como meta la conquista del espacio, la llegada a Marte y los planes de vuelta a la Luna en 2024"
¿Cómo pueden ayudar el Big Data, el metaverso y los nuevos desarrollos en Inteligencia Artificial al desarrollo sostenible?
La tecnología es una aliada fundamental para poder acometer los objetivos de sostenibilidad a los que todos aspiramos. Nos va a ayudar a construir herramientas que nos permitan mejorar la toma de decisiones. La Inteligencia Artificial y el Big Data son aliados muy importantes, sobre todo en temas de relevancia como la sostenibilidad. Nosotros en Globant, desde el Sustainable Studio liderado por Elena Morettini, estamos trabajando precisamente en ello, liderando programas y construyendo muchas herramientas GreenIT, que presentamos precisamente en la pasada COP26.
¿Qué empresas cree que están haciendo avances significativos en materias de emprendimiento digital que puedan llegar a cambiar el mundo a nivel tecnológico?
Ahora mismo hay muchas en multitud de sectores: logístico, financiero, químico, eléctrico, movilidad, automoción, energía y travel. La tecnología es muy transversal, y muchísimas compañías están trabajando en grandes proyectos de innovación. Pero, sin duda, el sector de la salud y todo lo relacionado con la mejora de la condición humana es el que mayor impacto puede llegar a producir a la sociedad en su conjunto.
¿Cuáles cree que son los principales retos del futuro a los que deberíamos prestar atención e incidir en ellos desde la tecnología?
De nuevo, la salud. Por razones obvias: la tecnología es fundamental para poder ayudar a que las personas tengan una mejor calidad de vida. En todos los aspectos: envejecimiento, enfermedades crónicas y hoy en día incurables; servicios de personas que tienen cierta dependencia; alimentación; bienestar; prevención, etcétera. Y, además, la tecnología nos puede ayudar definitivamente a implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente aquellos relacionados con la energía, la sostenibilidad y la educación. La tecnología es un aliado muy poderoso en este sentido.
Luego hay que mirar incluso más allá y trascender nuestras propias fronteras: ahí tenemos como meta la conquista del espacio, la llegada a Marte y los planes de vuelta a la Luna en 2024. El progreso espacial, estrechamente asociado a la tecnología, tradicionalmente ha tenido mucho impacto en nuestras vidas cotidianas, como ocurrió con el GPS.
Otro de los grandes escollos que tenemos que sortear es el auge de las fake news, auspiciadas por las redes sociales. ¿Que podemos hacer desde las TIC?
Qué buena pregunta. Es un tema que nos afecta a todos. Una de las claves, posiblemente, será crear sistemas y herramientas adecuadas y un marco operativo que permita entender la procedencia de la información y que ayude a los agentes implicados, antes de llegar al público, a averiguar su veracidad.
Por otro lado, debemos hacer un ejercicio de responsabilidad individual y de concienciación y elegir fuentes fidedignas. Debemos entender qué es lo que se nos está presentando ante nuestros ojos, saber de qué fuente mana la información y no prestarle atención, y mucho menos darle difusión, si sabemos que puede ser falso. El periodismo es fundamental en ese aspecto: cumple una función primordial y es un vehículo para llevar el rigor, el criterio y la información veraz a los lectores. Pero el universo de las fake news es complejo porque consigue que todo el mundo empiece a dudar un poco de todo. Y el software que promueve los deep fakes, que son cada vez más sofisticados, no lo va a poner fácil.