"Mi padre era pescador y mi madre, amante de la naturaleza". De ahí, de la más tierna infancia, le viene al aventurero y presentador Jesús Calleja (Fresno de la Vega, 1965) su pasión por explorar tierras extrañas y ecosistemas salvajes.
"Desde pequeño, recuerdo que nunca jamás nos quedábamos en la ciudad; toda mi vida ha estado en torno a la naturaleza", asegura, al otro lado del teléfono, este leonés. No es de extrañar, por tanto, que acabase dedicando su vida a mostrar a los demás lo divertido y mágico que puede ser nuestro entorno natural.
Porque, como dice, es importante conseguir que la naturaleza siga sorprendiéndonos. Y es que, asegura, "cuando algo se convierte en rutina es peligroso porque deja de tener relevancia".
Pregunta: Algunos dicen que eso ha ocurrido con la palabra sostenibilidad.
Respuesta: Empleamos la palabra sostenibilidad o cuidar el medio ambiente, y ya muchas veces no nos fijamos en ella porque se convierte, como digo, en algo rutinario. Pero hay que tener muy claro lo que significa la sostenibilidad. Si yo te pregunto a ti qué es, ¿qué dirías?
P.: Es un concepto que engloba demasiadas cosas.
R.: por eso la pedagogía reside en explicar siempre estos conceptos que se creen sabidos. A veces queda muy snob, pero no sabemos a qué nos referimos y es muy simple: es la naturaleza. Vivimos de ella y obtenemos los recursos de ella. La sostenibilidad es tan simple como reponer todo aquello que nos llevamos de la naturaleza.
Calleja, que también es embajador de la colección Outdoor de Springfield, pone un ejemplo para entender a qué se refiere cuando habla de sostenibilidad: "Si utilizamos tal cantidad de árboles para nuestra madera, para el papel, para la decoración, para las calefacciones, debemos reponer todo aquello que nos llevamos".
Y lo justifica: "Porque si no agotamos el recurso y sometemos a la naturaleza a una presión para la que no tiene capacidad de regeneración".
Este leonés, que está ayudando a dar un nuevo impulso al Bosque Springfield, recuerda que "si alteramos los ecosistemas, si nos llevamos por delante, por ejemplo los bosques, al final, evidentemente va a influir en el entorno local". Porque, asegura, "un bosque es agua, retiene humedad, produce vaporización, produce las precipitaciones locales".
Por eso, zanja, si modificamos un ecosistema, como un bosque, "alteramos por completo todo lo que ocurre alrededor". Y añade: "La cubierta vegetal, los animales que viven e incluso las personas se ven afectados si no reponemos aquello que nos llevamos".
Más allá del 'greenwashing'
En el mundo en el que vivimos, para Calleja cobra especial importancia, cuenta, que la sostenibilidad no se convierta en una palabra cuyo significado desconocemos "o en un greenwashing que está muy de moda".
Es verdad que cada vez más empresas hablan de sostenibilidad. Sin embargo, admite, que él se ha "topado de frente" con consejeros delegados de empresas "supuestamente sostenibles" a los que "les hablas de esto y no saben ni siquiera describir qué es".
P.: ¿Por eso elige con cuidado los proyectos a los que se une?
R.: Cuando me junto con alguien para desarrollar un proyecto como el del Bosque de Springfield, tengo que ir a verlo in situ. Es decir, que me digan exactamente qué estás haciendo tú por ese equilibrio de sostenibilidad. Voy a los bosques quemados que ellos plantan de forma sostenible, de la mano de obra local del entorno para generar un impacto económico positivo y ves que se quemaron tantos árboles, pero van a reponer más.
P.: ¿Lo importante es, entonces, predicar con el ejemplo?
R.: Lo que me gusta de las empresas que hablan de verdad de sostenibilidad es que predica con el ejemplo. Y se nota cuando ves que está en su ADN, y en el de las personas que trabajan en ellas, desde el consejero delegado hasta los empleados al uso, pasando por los directores. Todos saben exactamente qué están haciendo.
P.: ¿Eso es lo que ocurrió con el proyecto del bosque de Springfield?
R.: Es que desgranando su relato de la sostenibilidad, no es que lo cumplan a la perfección, sino por encima de lo que hubiera esperado. Por ejemplo, por cada prenda Outdoor que venden, una parte va destinada a los bosques que están replantando en Burgos y en Galicia, que es en los que yo estuve.
Incluso propuse que por qué no hacíamos una selección arbitraria de empleados que que trabajan en Springfield, a ver si conocían los bosques de Springfield, y fue sorprendente ver como sí que está incrustado en el ADN de todos los empleados de cualquier sección de la empresa.
P.: Pero ¿cuáles son las claves para diferenciar el greenwashing de la sostenibilidad real?
R.: Pues mira, yo creo que todas las empresas, en definitiva, han de subirse a la sostenibilidad. Porque si no lo haces, te quedas por debajo y ya no interesa desde un ángulo de marketing. La cuestión es determinar quién lo hace de verdad o quién lo hace solamente como pura estrategia de marketing.
Y eso es muy fácil de ver: cuando ves que alguien realmente destina un dinero de cada prenda para generar un bosque, cuando detectas que desde el empleado que está en el almacén hasta el consejero delegado lo tienen interiorizado… ahí la empresa lo lleva en su ADN. Yo he estado con máximos ejecutivos de Springfield y su modo de vida está en consonancia con la naturaleza. Tiene que haber una pedagogía real, porque más allá de las palabras y los conceptos, hay que vivirlo.
Eso sí, remarca que "más allá de preservar la naturaleza o de que se hagan propuestas como la de reponer un bosque que ha sido quemado, cada uno de nosotros tenemos muchos pequeños gestos que podemos hacer".
Pone ejemplos: "Cuando me lavo los dientes cierro grifo; si me voy a la ducha, no me voy a quedar media hora debajo del agua; llenar una bañera de agua para tomar un baño es algo que ya sobra; cambiar las bombillas por otras de bajo consumo; si vives en un pueblo o en una casa individual, puedes ponerte placas solares. Hay cantidad de cosas que no debemos de hacer y otras tantas con las que contribuir".
Yo en mi casa casa soy casi absolutamente sostenible, es decir, toda la energía que se produce para encender la lavadora, para regar el jardín, para cargar mi coche eléctrico… todo lo hago con placas solares.