Catalina Hoffmann se ha ganado por méritos propios el honor de ser considerada una gurú del neurofitness. Ella misma ha acuñado este término para explicar cómo se puede entrenar al cerebro humano con el objetivo de ser más feliz, eficaz y autoconsciente. En su libro Neurofitness: descubre lo que tu cerebro puede hacer por ti (Alienta Editorial) la autora explica el funcionamiento real del cerebro, desmonta mitos como que la edad es un impedimento para aprender y propone trucos y consejos para mejorar la salud mental y nuestro rendimiento vital.
Todas estas mejoras pasan por el entrenamiento de nuestro órgano más importante: el cerebro, lo cual requiere constancia y disciplina. Por eso Hoffmann, terapeuta ocupacional especialista en estimulación cognitiva y experta en entrenamiento cerebral, ha creado una comunidad de seguidores que reciben todos los días un ejercicio preparado por ella y su equipo y ha complementado estos avances con este libro ágil, accesible y sencillo de leer que además propone numerosos ejercicios.
Acostumbrar al cerebro a una nueva rutina que le saque de su zona de confort es la única manera de despertar esas zonas más perezosas que nos retienen en las malas costumbres. ¿A quién no le cuesta ir al gimnasio, ponerse a escribir o empezar una dieta?
"Nosotros somos los arquitectos de nuestro propio cerebro", afirma Hoffmann llevando a su propio terreno el "somos escultores" de Santiago Ramón y Cajal. "El cerebro es muy vago: siempre va a buscar aquello a lo que ya está habituado. Automatizamos prácticamente todo porque es lo que requiere menos energía. Si tú no has entrenado tu cerebro, te va a costar tomar las riendas", explica.
Usted ha popularizado el neurofitness. ¿Cómo describiría su esencia?
Cuando al principio hablaba de entrenamiento cerebral nadie me hacía ni caso. Ahora que digo neurofitness la gente está fascinada. ¡Cómo es nuestro cerebrito! (Risas). El neurofitness es la capacidad que tiene nuestro cebrero de estar en constante mejora, de aprender herramientas sencillas para que, no importa la edad que tengas, puedas tener la posibilidad de tener siempre un plan B.
¿En qué consiste ese 'Plan B'?
Nuestro cerebro tiene 86.000 millones de neuronas y no las utilizamos todas, sólo usamos las áreas a las que estamos acostumbrados. Los humanos tendemos a ir a lo fácil y el cerebro es un órgano perezoso. Cuántas veces ocurre que vas corriendo, te levantas y preguntas: ¿Ya me he tomado el café? ¿Me he vestido? Vas a la cocina y piensas, ¿qué tenía que hacer? Si consigues que tu cerebro conozca que existen otras áreas que no has utilizado nunca y que pueden aprender a activarse, que son las zonas neuronales sanas, o como yo las llamo, las 'neuronas Netflix', su agilidad para responder va a ser mayor. El cerebro siempre puede mejorar y eso es algo que nunca nos lo enseñan. Nos dicen que cuando cumplimos años es normal que tengamos despites, o que si estamos estresados no podemos prestar atención. Pero eso no es así.
¿Qué cambios percibe en su día a día la persona que empieza a practicar neurofitness?
Una de las grandes ventajas del neurofitness es que notas el cambio muy rápido. Hay personas que en semanas ya perciben una transformación. ¿Beneficios? El primero: encuentras que tu cerebro tiene la respuesta que necesitas. ¿Cuántas veces padeces una fatiga mental, estás saturado de información o notas como que vas más lento de lo normal? Cuando tú entrenas tu cerebro con las pautas básicas éste hace una mejora en lo que se conoce como 'tiempo de respuesta'.
"El cerebro no necesita cantidad, sino calidad"
La segunda parte: enseñamos al cerebro a descansar. El 'silencio neuronal' es una de las cosas más importantes que se trabajan en neurofitness. Es la capacidad que tiene el cerebro de entender que hay momentos que en los que puede parar y recarga la energía. Pero para eso necesita entrenamiento neuronal. Ten en cuenta que las sinapsis gastan energía que extraen del cuerpo. Cuando intelectualmente estás muy activo, físicamente estás muy cansado. Si tu ayudas al cerebro a tener un equilibrio, te vas a sentir muchísimo mejor.
¿Cuál es el tercer pilar?
El 'pensamiento vertical'. Nosotros no acostumbramos a escucharnos, sino que estamos ocupados y preocupados por todo el mundo y nos dejamos a nosotros mismos para el final, cuando debería ser al revés. ¡Para poder ocuparte de todo el mundo tienes que empezar ocupándote y cuidándote tú! Hay una parte muy importante del cerebro que se llama la corteza somatosensorial asociativa. Es la parte que conecta el cerebro con el cuerpo. Las células nerviosas de tu cerebro conectan con las células nerviosa del corazón y el intestino, donde ya sabemos que existen, y esa armonía entre cerebro, corazón e intenstino es lo que se conoce como pensamiento vertical.
Muchas veces cuesta arrancar. Es como empezar una dieta o el gimnasio. ¿Qué recomendaría para paliar la pereza?
Esto es muy importante. A diferencia del ejercicio físico, que requiere de tiempo, el cerebro no necesita cantidad, sino calidad. Con que dediques cinco o diez minutos de tu día a entrenar y cuidar tu cerebro vas a notar un cambio espectacular. ¿Cómo lo puedes hacer? Dándote cuenta de que el factor tiempo no es algo que te vaya a mermar. No vale la típica respuesta de: 'Uf, no me da la vida, yo no tengo tiempo para esto, así que lo haré cuando lo necesite'. Si tú me dices que no puedes sacar cinco o diez minutos de tu día tenemos un problema ¡Si eso no es nada! ¿Cuántas veces miras las redes sociales o te distraes y pierdes el tiempo con cosas de las que ni siquiera te das cuenta? Por ahí se empieza.
¿Algún consejo para los 'procrastinadores' profesionales?
Hay maneras amables de empezar con el neurofitness (Risas). He creado un club que es completamente gratuito. Quien se suscribe todos los días recibe un mail con un vídeo donde explico la parte del cerebro que se va a trabajar. Después hay un ejercicio que lo pone en práctica y que no lleva más de cinco o diez minutos. La filosofía de esta técnica es que cuando tú recibes todos los días un impacto, te cuesta menos llevarlo a cabo.
Otro consejo para la gente que no es tan tecnológica: se puede empezar a través de la música. Yo compongo música para el cerebro para ayudar a trabajar la atención a través de la corteza auditiva. El ejercicio consiste en escuchar una canción con los dos auriculares. Es una música binaural compuesta con unos herzios determinados para que tu cerebro se calme. Cierras los ojos y disfrutas. Eso creo que todos lo podemos hacer. Si te gusta más la meditación, creo meditaciones muy cortitas para potenciar el silencio neuronal. Existen numerosas formas y cada uno debe empezar por la que más le guste. La clave está en dar el primer paso.
¿Es la edad un impedimento para aprender?
Se suele decir que los años implican un deterioro, pero eso es completamente falso. La diferencia entre un niño de cuatro años y una persona de cien no está en el número de neuronas, sino en las conexiones neuronales que se hacen entre estas neuronas, y es algo que te lo da la experiencia. La píldora de la eterna juventud es la curiosidad. Puedes tener treinta años y ser una persona apática, no tener ganas de nada ni ilusión, pasión o curiosidad y tener un cerebro más envejecido que una persona de noventa que está constantemente activo y haciendo cosas.
"A todos nos pasa que la noche es como un el agujero negro que se hace cada vez más grande"
¿Qué otros falsos mitos sobre el cerebro deberíamos desmontar?
Otro falso mito es el de la muerte neuronal. Claro que las neuronas se mueren. Hasta por tomarte una copa, que matas un millón de neuronas... ¡Pero calma! (Risas) ¡Tenemos 86 mil millones de neuronas! La maravilla del cerebro es que tenemos un concepto súper importante del que hablamos poco: la neuroplasticidad. Es la capacidad que tiene el cerebro de estar en constante aprendizaje. Hay estudios y evidencia científica de que la capacidad de aprendizaje empieza a bajar un poco a partir de los... ¡100 años! Vamos, que si tú tienes menos de 100, no te vale la excusa de que tu cerebro no va a funcionar bien.
¿Qué pasa con la alimentación?
Es muy importante para el cerebro porque consume mucha energía, pero lo fundamental para este órgano es el oxígeno y el agua. ¡De eso no se habla! Tener un cerebro muy bien oxigenado pasa por potenciar la inspiración consciente, que es la forma en que tus carótidas chuten de sangre al cerebro, una sangre que lleva oxígeno y nutrientes. Y luego está el agua. El cerebro tiene una composición elevadísima de agua. Me he encontrado un montón de niños que no estudian, que no se concentran o que tienen un déficit de atención. Muchas veces lo que pasa es que, simplemente, no tienen una hidratación adecuada. ¿Tengo que comer muchísima fruta y verdura? Por supuesto que sí, pero también tienes que hidratarte.
¿Y las personas que tienen estrés y ansiedad? ¿Cómo afecta la noche a su cerebro?
Es una pregunta que me encanta porque yo trabajo mucho ese momento de antes de irte a dormir. Dentro del neurofitness hay una técnica que se llama 'las sesiones de soñar'. A todos nos pasa que la noche es como un el agujero negro que se hace cada vez más grande. Un pensamiento negativo es un problemón; muchos agobios generan una angustia vital. Todo se multiplica por veinte.
"Lo único que puede cambiar el cerebro es el momento presente"
Imagínate una piscina llena de flotadores en la que casi no hay espacio para nadar. Vale, pues eso es lo que le pasa al líquido cefalorraquídeo, que es el que el que arrastra todas las impurezas. Si yo no tengo una piscina limpia, a mi cerebro, que trabaja más mientras dormimos que cuando estamos despiertos, le va a costar muchísimo hacer limpieza por la noche. Entonces hay que entrenarlo antes de dormir a través de la música binaural, con meditaciones específicas para dormir o siguiendo una técnica de escritura previa a acostarse. Hay muchas técnicas que te ayudan a que tu cerebro no deje por ahí flotando esos pensamientos, sino que los elimine para que tú puedas dormir mejor.
¿Qué hábitos perniciosos para nuestra salud practicamos en el día a día?
Uno de ellos es siempre estamos pensando en lo que va a pasar en un futuro. Además, el 90% de las veces son cosas tremendas, fatales, horribles. Pero el pasado ya pasó, para el cerebro no existe y el futuro todavía no ha ocurrido. Por tanto, ¿para qué voy a estar hablando todo el día del futuro o de todas las desgracias que he vivido en el pasado?
Lo único que puede cambiar el cerebro es el momento presente. Ese es el poder del ahora, ese momento en que estamos tú y yo, ahora mismo. De repente yo puedo volverme una imbécil y decirte borderías o ser encantadora y simplemente trasladarte la pasión que tengo. Estamos todo el día agarrados a lo que va a pasar en el futuro y a lo que ha ocurrido en el pasado, pero nunca valoramos las cosas que tenemos en el momento presente. Y eso es algo que lo hacemos el 99% de las personas. No conozco a nadie que diga: 'Estoy disfrutando de este momento'.
¿Los malos hábitos pueden provocar enfermedades a largo plazo?
La inactividad siempre es sinónimo de deterioro. ¿Qué es lo que está pasando ahora? Que estamos muy acostumbrados a que nos lo den todo hecho. O a la respuesta inmediata: me enfado si no me responden al momento en WhatsApp o estoy acostumbrado a ver un vídeo súper cortito. Estamos dejando de aprender a pensar. Muchas veces ni siquiera sabes lo que es hablarte a ti mismo.
Para el cerebro la autoexigencia es el estrés. No tener muchas cosas que hacer, sino lo que tú te exiges a ti mismo. No somos conscientes de lo mal que nos hablamos. Entonces, evidentemente, cuanto menos haces, menos vas a ayudar a tu cerebro a estar mejor, y cuanto más inactivo estás, más vago se vuelve. Porque el cerebro de base es muy vago. El cerebro para lo que está es para mantenerte vivo y para saber si estás en un momento de urgencia o emergencia y, si es así, ayudarte como loco, disparándote el cortisol o la adrenalina, pero para poco más.
Entonces, cuando de repente le damos herramientas para aprender a cuidarse, para conectar, para tener un plan B, para tener esos útiles que te van a hacer sentir mejor, para forzarte una sonrisa, para cambiarte el humor, de repente te das cuenta de que eso es verdad y funciona, percibir que hablarte bonito es mucho más importante de lo que piensas... eso te motiva y hace que quieras aprender y descubrir más.
Una persona que empieza a practicar neurofitness... ¿Cuándo notará los resultados?
Hay gente que en días. Yo he tratado a personas que me dicen: 'Madre mía, cómo me noto de distinto'. Pero lo que seguro vas a notar cambios es en tres meses, porque tres meses es lo que el cerebro necesita para crear y generar nuevas rutas neuronales, para que tú puedas crear la arquitectura, es decir, las conexiones neuronales que tu cerebro necesita. Hay una frase maravillosa de don Santiago Ramón y Cajal: somos los escultores de nuestro propio cerebro... si queremos. Yo lo he complementado con la base de mi investigación: no sólo somos los escultores, sino que somos los arquitectos.
Nuestro cerebro es como una casa. De repente quieres ampliar el salón y tirar paredes, montar un baño o incluiso derruirla y volverla a construir. Eso lo podemos hacer. El poder lo tenemos nosotros mismos. Siempre pensamos que no somos capaces de aprender a cuidarnos, pero yo he demostrado tras estos veinte años de trabajo y estudio que no es así, que sí que puedes. La ciencia lo respalda. No es magia. Muchas veces te sorprende cuando te sientes tan bien. Yo tengo un caso de una persona que llevaba 32 años sin dormir bie. Desde que la entreno duerme como un bebé. Esto no es Lourdes, sino que enseñamos al cerebro a cómo tener herramientas para, en los momentos de más necesidad, poder tener una respuesta.