La adolescencia es un momento de cambios, un periodo bastante complicado para muchos. Sin embargo, para algunos es más dura que para otros. "Un día te das cuenta de que ya no es que seas mujer y por ello tengas que luchar contra un montón de limitaciones, es que también eres una gorda", confiesa la modelo curvy Noa Sánchez.
Porque, asegura, a la hora de construir tu identidad en esa época, el peso importa: "Supone que quieras esconderte". Aunque, claro, ante eso, añade, "tienes dos opciones, o dejas que te hagan pequeñita, o te levantas y dices 'que se preparen que viene la gorda'". Ella, sin duda, eligió la segunda.
Y para revelarse optó por crear una comunidad de armas tomar. "Hay que elegir bien quién te rodea", insiste, y explica que ella terminó rodeándose de "mujeres gordas espectaculares". Ese fue su secreto: "Fui haciéndome cada vez más fuerte, hasta el punto de que al final tengo un castillo, porque con tantas piedras que me tiraron, yo me hice un castillo", confiesa.
Con su pelo rosa, una sonrisa que ilumina todo a su paso y unas curvas de infarto, esta madrileña, que se convierte en La Muñeka para actuar, llega al estudio de grabación de EL ESPAÑOL. La siguen, como prácticamente a todas partes, dos de sus hijos, a los que no quita ojo en toda la entrevista.
"Tengo cuatro hijos, el pequeño tiene 11 años y el mayor va a cumplir 21, así que no pego como una madre normativa tampoco y eso es más cruel que ser una gorda", confiesa mientras hablamos.
La presión de ser madre
Pregunta: ¿Le juzgan más por qué tipo de madre es que por su cuerpo?
Respuesta: A mí, si por gorda me atacan en redes, los bloqueo y, mira, Timoteo, no te veo. Ya está. Pero al ser una gorda que sale en bragas en redes sociales, la gente ya saca el tema de los niños, y del colegio, servicios sociales, vecinos quejándose, familia de tu entorno hablando, etc. Es un problema mucho mayor. Ser madre tiene mucha más presión que ser gorda.
Sánchez, que tiene más de 850.000 seguidores en TikTok y supera los 127.000 en Instagram, recuerda, sin borrar la sonrisa de su cara, que "cuando eres madre nunca nada es suficiente". Y asegura que si se presenta, porque a ella le "da la gana ir así", vestida como ha acudido a la entrevista a una reunión en el colegio de sus hijos, su "validez" desaparece. "Primero tengo que hacerme muy amiguita de la profe o de la directora, para que sepan lo buena madre que soy", lamenta.
P.: Y si no ers amiga de las profes, ¿qué pasa?
R.: Mira, hace tiempo mi hijo vio unos dibujos animados en los que que no se ponían calcetines cuando iban al colegio. En ese momento, mi tía los llevaba al colegio porque yo trabajaba, como todas las madres del mundo que quieran, que puedan, que tengan o que deban trabajar. Él, antes de llegar a clase, se quitaba los calcetines y se los metía en la mochila.
Un día, después de decirle en el cole a mi tía que el niño iba sin calcetines, me llega una notificación de servicios sociales. ¡El objetivo era quitarme al niño porque no llevaba calcetines! Una cosa muy rara. Pero cuando llego a ver qué pasa, lo primero con lo que me salen es que me ven en las redes sociales. 'Andas muy ocupada y a lo mejor no tienes tiempo para tus hijos', me dicen.
Sánchez gesticula para demostrar su frustración: "¿Quién crees que me graba? Mis hijos no se despegan de mí". Y asegura que decidió crear su propio negocio y trabajar desde casa precisamente para tenerlos siempre cerca. "Dónde va una madre soltera con cuatro hijos a buscar trabajo. A ningún lado", zanja.
P.: Pero le juzgan.
R.: Como tú estás expuesta en redes sociales, ellos se hacen una película, por lo que tú les transmites en las redes y por ahí van. A día de hoy me hacen más bullying en la puerta del colegio yendo a buscar al niño que cuando era pequeña. Me llaman bola de algodón. ¡Me hacen más bullying ahora de mayor, cuando voy a buscar a mis hijos, que cuando era pequeña! Así que sí, ser madre es mucho más duro que ser gorda.
P.: Al final, una cosa y la otra no está relacionadas, ¿no?
R.: Hay mucha gente que piensa 'cuando sea flaca seré feliz'. Yo siento decir que no, cuando tú seas flaco o flaca no vas a ser más feliz que siendo gordo, porque te vas a dar cuenta de que te faltan un montón de cosas que debiste valorar siendo gordo o gorda.
Sánchez confiesa que tiene amigas a las que les da miedo coger un avión por si "no entran" en el asiento. Su consejo siempre es el mismo: "Si no entramos, pues que se busquen la vida los del avión". Y acalara: "No es mi problema. Cuesta un montón, pero es que si no, no tienes vida y yo tengo unas ganas de vivir increíbles".
Referentes gordos
Su energía, su fuerza y su desparpajo la han convertido en todo un referente para las niñas. "Es lo que tienen las redes sociales", dice. Y asegura que todos los días recibe mensajes de chicas que le piden consejo porque en el colegio le hacen bullying.
Si mensaje para ellas es sencillo: "No dejes que te hagan pequeñita, porque tú sí vales". Algo que ella, como "niña problemática" que era, aprendió por las malas: "El que me buscaba, me encontraba", confiesa. Y admite que no había nada que le diese más rabia que ver a otras niñas y niños a los que "agredían y pegaban" por ser "diferentes" y que "se quedasen ahí, dejándose empequeñecer".
P.: ¿Cree que la experiencia vital de una niña o una adolescente gorda ahora comparada con los 90 o principios de los 2000 es diferente?
R.: Es muy diferente, más que nada porque no teníamos referentes. Ahora mismo están las redes sociales, los pódcasts, hay un montón de cosas que nosotras no teníamos y ¡hay referentes! Hay gordas empoderadas, hay mujeres gordas que están demostrando que una talla no te limita, que puedes conseguir un montón de cosas. Jope, ojalá fuera adolescente ahora.
Sánchez se crio en aquella España en la que las chicas, si querían ser cantantes, tenían que tener "la talla 32 o menos". Era la época de El juego de la oca en televisión y ella recuerda ver a esas modelos y decir: "Nunca voy a poder salir en la tele".
"Me vas a llenar la sala de gordas"
Mientras conversa con EL ESPAÑOL, Sánchez menciona una conversación que tuvo pocos días antes. "Dije que artistas muy top en España no hacen canciones en conjunto con gordas", cuenta. Sus palabras, como eran de esperar, no sentaron bien: "Empezaron a atacarme en redes, diciéndome que si no canto bien, que me fuese a casa, etc.".
Su respuesta fue clara: "Si no gusto, no pasa nada, pero hay gordas que cantan espectacularmente. Pero ¿quién me puede nombrar un artista top de España que haya cantando con una gorda?". La respuesta, confiesa, es siempre la misma Adele.
P.: Pero…
R.: Claro, Adele no es de España. Y ahora mismo está flaca.
P.: Imagino que, dedicándose al mundo del espectáculo, se habrá enfrentado a la gordofobia en el ámbito laboral.
R.: Sí que es verdad que a lo mejor me van a contratar en una discoteca y me dicen 'no, que me vas a llenar la sala de gordas'. O me pagan menos porque soy gorda, porque es como que me hacen un favor.
P.: Antes eso, ¿qué hace?
R.: Crear mi propia comunidad, mis propios eventos, mis propias cosas y decir 'si no me das el valor que me tienes que dar, porque lo valgo, porque lo tengo claro, pues ya me lo doy yo, pero no voy a dejar que me hagáis pequeña'.
P.: ¿Ha habido alguna experiencia en el trabajo que le haya dejado en shock o en la que haya dicho 'en serio está pasando esto'?
R.: Tengo un video de una actuación en YouTube y si entras a ver los comentarios… Los he dejado ahí porque dice más de la persona que lo escribe que de mí, pero hay cosas del tipo 'adelgaza que te vas a morir bailando', 'tapaos más, que dais vergüenza', 'hay niños'. Y sí, había niños, pero antes, cuando salió la flaca, también los había y nadie dijo nada. Los comentarios son por gorda.
P.: Eso afecta.
R.: Tengo bailarinas que dejaron de bailar porque no aguantaban los insultos, ya no de la gente de fuera, sino de su misma familia. Porque el círculo más cercano es el peor, porque te dice que 'qué vas a conseguir con esto', 'a dónde te crees que vas a llegar', '¿no te da vergüenza?', '¿qué va a opinar la gente?', 'tápate un poco'… Al final dejan de venir a actuar o de hacer un videoclip por lo que dirá el entorno.
Soy Gorda y Qué
Ante ese panorama, Sánchez decidió montar su propia agencia de modelos, su empresa de eventos y su marca de ropa. Así nació Soy Gorda y Qué, su marca personal y empresarial que, como dice, "es un grito para decir ya basta".
La modelo y cantante reconoce que, en realidad, lo de ponerse delante de la cámara llegó por inercia. Ella lo que realmente quería era ser locutora de radio. Pero "iba a las entrevistas y me decían que tenían que adelgazar un poquito, que no me falta tanto, 10 o 20 kilitos y ya", asegura. Y lamenta: "¡Joder, hasta para la radio!".
Llegó un momento, explica, en el que dijo "basta". Y así montón Soy Gorda y Qué como agencia de modelos curvy. Eso sí, dice, en aquel momento la gente le decía que no sabía lo que hacían. "Cuando decido montar la tienda solo para gordas, me decían que estaba haciendo discriminación. En redes, han llegado a atacarme influencers diciendo que si estaba haciendo un prostíbulo de gordas, como que si una foto de una gorda en ropa interior fuese vulgar".
Ahora, confiesa vivir en un mundo en el que no es "lo suficientemente gorda para alguna gente" y sí para otra. "Pero soy gorda", afirma, digan lo que digan. Y concluye: "Hay que demostrar que la gorda no tiene por qué ser activista, puede tener una vida como una flaca".