María Leal, experta en mayores: "No todos tenemos hijos, pero sí que todos tenemos padres"
La especialista defiende que la Administración ya debería de dar soluciones sobre conciliación y dependencia de los mayores.
29 abril, 2023 02:32El 25% de las familias españolas tiene en su núcleo una persona mayor dependiente de la que hay que cuidar, un acto que recae especialmente en los hijos. La falta de conciliación para trabajar y, a la vez, cuidar de los padres provoca frustración, estrés y ansiedad.
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María Leal, CEO fundadora de Plennio y conocedora experta de esta problemática, explica que, "para empezar, hay que decir que el 80% de esas personas que cuidan son mujeres".
Y es que, en general, "las mujeres tienen dos parones en su vida profesional. Cuando están trabajando y tienen hijos; y en una segunda etapa, vuelven a estar trabajando de una manera intensa y llega el momento de cuidar a los padres y esto conlleva la necesidad de reducciones de jornada".
"Hasta un 30% de mujeres piden reducciones de jornada o llegan a abandonar el empleo por el cuidado de mayores”, asegura la experta en los mayores.
Y continúa: “Además, en la primera etapa, la relacionada con la crianza de los hijos, sabes cuándo vas a volver más o menos cuando los pequeños comienzan el colegio, pero en el caso de los mayores no sabes cuánto tiempo te van a necesitar".
"Por tanto, se deja de trabajar de una manera indefinida. Y después, cuando quieren volver al mercado laboral, ya no son aceptadas, y ese es un gran problema”, afirma. “También afecta al estrés y a la salud mental".
¿Ocuparse significa querer?
Yo siempre digo que atender a tus padres no es querer a tus padres. Los hijos tenemos que ocuparnos de nuestros padres y hay una parte emocional, que yo llamo de besos y abrazos, que es irreemplazable. Pero hay otras partes, que son puramente logísticas, que puedes delegar en una persona, para que cuando vayas a ver a tus padres, realmente estés con ellos y no tengas que ordenar armarios.
Esto les pasa, sobre todo, a mujeres de más de 40 años.
Suele ocurrir alrededor de los 35 o 40 años, porque es cuando tus padres te empiezan a necesitar. A partir de los 70 es donde empieza a haber más casos de dependencia. Después se incrementa hasta llegar a los 80 años, donde hay un 90% de dependientes. Pero esto en el futuro cambiará porque estamos teniendo los hijos muy tarde.
En vista de esto, fundó la empresa Plennio, ¿cómo surgió la idea?
En mi entorno con mis amigas, mis compañeras de trabajo, mis vecinas, oía constantemente el problema terrible que tenían con sus padres porque no podían ocuparse de ellos como querían y esto provocaba además, un montón de conflictos familiares.
Además, en muchas ocasiones estaban todavía en el 'sándwich familiar', tenían todavía hijos a su cargo, y entonces pensé que tenía que buscar alguna manera de poder ayudar a estas mujeres y a su vez ayudar también a sus padres. Entonces empecé a bichear y a ver qué había en otros países. Y en ese sentido, pues en Estados Unidos hay servicios parecidos. Yo lo adapté un poco a nuestra cultura y a nuestra forma de ser.
Comencé a hacer pilotos, teniendo en cuenta la pirámide poblacional, porque sabemos que ahora mayores de 65 hay 9 millones de habitantes en España, pero en cinco años vamos a ser casi 12 millones, por el tema del baby boom. Entonces cada vez va a haber más personas mayores.
Afortunadamente, cada vez vivimos más, cada vez nos va a tocar trabajar más tiempo eso de que vamos a jubilarnos a los 65, yo creo que ya todo el mundo tiene claro que esto no va a ser así. Entonces necesitamos tener recursos, porque la Administración da muy pocos recursos.
¿Qué haría falta?
La Administración tiene la Ley de Dependencia que se desarrolla según cada Comunidad Autónoma, pero es que va muy lento, desde que lo pides hasta que te lo conceden, puede tardar más de un año de media y cuando te llega la ayuda de la prestación tu familiar ya ha fallecido.
Otra cosa que también insisto mucho es que en la retribución flexible tú puedes descontar la guardería de tu hijo y no pagas IRPF por ello, pero en la retribución flexible no puedo meter el servicio de atención domiciliaria de mi padre, ni la del centro de día, ni la residencia, no se contempla. Y es lo mismo, pero para mayores.
Las empresas que están empezando a entender que tienen que ayudar a sus empleados más mayores para que este tipo de medidas puedan ayudar a conciliar, no tienen ningún tipo de beneficio fiscal.
¿Personalmente ha tenido que hacer esta labor de acompañamiento a algún familiar?
Sí, por supuesto. Somos cuatro hermanas vivimos en Madrid y afortunadamente, mis padres están bastante bien, pero ya no quieren ir solos. Cuando tienen que ir al médico les da miedo ir solos. ¿Y qué ocurre? Pues que al final tienes que cogerte media mañana, o cogerte el día para poder hacer esa labor de acompañarle, que es un tema de seguridad porque se sienten vulnerables.
¿Cuál es el trabajo que se desarrolla en Plennio?
Tenemos dos vertientes. Por un lado, trabajamos para las empresas ofreciendo medidas de conciliación de mayores para los empleados, con un servicio de asesoramiento telefónico para cualquier tipo de necesidad que puedan tener los empleados relacionados con mayores. Información de residencias, de centros de día, seleccionamos cuidadoras para las empresas, les tramitamos la dependencia, tramitamos el botón rojo, buscamos material ortopédico… Y luego, la figura del responsable de familia que nosotros ponemos tanto para las empresas, que están empezando a financiar esta figura, igual que se financian las escuelas infantiles, como para los hogares.
Entonces hacemos una hoja de ruta para cada familia, con los hijos de manera presencial para ver qué necesidades tienen y qué quieren que hagamos. Acudimos dos horas, cuatro o seis a la semana para llevar a cabo esa hoja de ruta, que puede llevar desde una primera visita, donde hacemos una valoración de la seguridad del hogar (alfombras, barandillas, luces…), porque los mayores se caen muy a menudo y desgraciadamente, esta es una de las causas de mayor mortalidad.
Seleccionamos y formamos a la cuidadora, la supervisamos, vamos a encargarnos de revisar seguros, facturas, movimientos bancarios, recados y compras, y medicamentos cuando hace falta.
¿Cómo se forma a este responsable de familia?
Contratamos a mujeres por encima de 45 años. Reinsertamos en el mercado a mujeres que en ocasiones han dejado de trabajar porque se han ocupado de su casa. Les proporcionamos una formación específica relacionada con los cuidados de mayores y cómo deben de ser esos cuidados. Por supuesto, tiene que tener una gran empatía y una gran flexibilidad.
¿Cuál es el precio?
Depende de lo que se necesite. Tenemos servicios desde dos horas a la semana desde 280 € al mes. Los responsables de familia no limpian la casa, ni duchan a las personas mayores. Entonces se necesita a otra persona que sea una cuidadora, que es quien se encargará de la higiene de la persona y de la higiene del hogar. Nosotros lo que hacemos es que complementamos eso. Se requiere previamente tener una cuidadora.
¿Cuál es el panorama actual de las empresas españolas en cuanto a la conciliación para el cuidado de los mayores?
Pues terriblemente malo. Estamos haciendo un estudio analizando las 36 empresas del IBEX para ver en sus planes de igualdad cuántas medidas hay para mayores, y aún no tenemos los datos, pero prácticamente no hay. Igual que para niños sí que hay.
Lo único que de momento me he encontrado, es la reducción de jornada y las residencias y en algún caso te dan algún permiso retribuido, pero poco más. Es un debate que tiene que empezar porque que hemos tenido el foco en la maternidad, y no hay que perder ese foco, pero hay que ponerlo también en los mayores, porque no todos tenemos hijos, pero sí que todos tenemos padres.
Otra opción sería una residencia de mayores.
La residencia de mayores es otra opción sabiendo que el 85% de nosotros queremos vivir en nuestra casa porque desgraciadamente la supervivencia en una residencia es de dos años y pico. Evidentemente, hay residencias maravillosas, pero de momento y en general, la residencia no deja de ser un montón de gente y al final es que la personalización es complicada y son muy caras.
Las residencias públicas hay muy pocas y con escasas plazas, y con la pensión media de un español no puedes pagar dos residencias de padre y madre. Sin embargo, si contratas una cuidadora y una responsable de familia, te cuesta lo que una residencia media, pero tus padres están en su casa, donde además se ha demostrado que a nivel psicológico, las personas quieren continuar en su entorno, en su barrio. Hay ocasiones en las que no hay más remedio por existencia de enfermedad y tienen que estar más controlados.
La Administración tiene que avanzar en temas de dependencia, y tiene que dar unos cheques servicio.