Su lema es “las emisiones como el perreo, hasta el suelo”. Y con esta declaración de intenciones se presentan Belén Hinojar y Carmen Huidobro en su cuenta de Instagram. Más conocidas como Climabar, estas dos influencers y divulgadoras llevan desde mayo de 2020 arrasando en redes, caña o copa de vino en mano, analizando la actualidad climática.
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Su perfil nació con el regreso de los españoles a los bares después del confinamiento de la Covid-19. Y es que, es en ellos, donde los grupos de amigos hablan de esos temas importantes y generan ideas para, como se suele decir, resolver el mundo. De ahí que Hinojar y Huidobro eligieran alzar una copa para debatir sobre emergencia climática.
Su público, dicen, desde entonces “se ha abierto más”. Y ahora que su proyecto ha llegado al prime time televisivo con su participación en El intermedio, han conseguido llegar a aún más gente y, como aseguran, “la variedad ha aumentado”.
Porque, indican a ENCLAVE ODS, están consiguiendo su objetivo, que no es otro que “llegar más allá de la 'burbuja verde' de personas que ya estaban eco-concienciadas”. Eso, confiesan, les hace “muy felices”.
Huidobro e Hinojosa también indican que están seguras de que “hay más interés por todos estos problemas que antes”. O, al menos, “se escucha más”, pues palabras como sostenibilidad empiezan a ser “muy comunes en nuestro día a día, en muchos planes políticos, en la cultura dentro de las empresas…”. Eso sí, como de ingenuas no tienen ni un pelo, avisan: “Que nos hayamos familiarizado con la causa no quiere decir que se esté actuando sobre ella”.
Cuestión de “empatía”
Su labor divulgativa de la emergencia climática les ha llevado a recibir, el pasado diciembre, el Premio Especial #Ecólatras, concedido por Ecovidrio. No es de extrañar, pues son la voz climática de las generaciones zeta y milenial en España —sobre todo la primera—, aunque afirman: “A nosotras no nos tiene que escuchar todo el mundo, vale con unos pocos”. Y aclaran: “Lo que necesitamos es que muchas personas, desde distintas realidades y puntos de vista, hablen de este tema”.
La clave de su éxito, confiesan, está en que hablan con “los códigos” que creen que su público entiende. Porque, aseguran, la receta mágica solo tiene un ingrediente, la “empatía”. “Si eres capaz de ver qué le interesa a tu público, ellos te escucharán (o al menos hay más posibilidades de que lo hagan)”, explican las mujeres detrás de Climabar.
Para ellas, lo esencial es “hablar sobre la parte de la crisis climática que más afecta a cada persona, para que verdaderamente empaticen con la situación”. ¿Cómo se consigue? “Bajando las consecuencias de la crisis climática a la problemática del día a día de una persona normal”, cuentan.
Y lo explican: “Nos gusta vernos como esa primera capa de concienciación medioambiental con la que la gente se encuentra y hace que entiendan un pelín el tema. Y ya después entran todos nuestros compañeros y compañeras que divulgan más en profundidad, para informar del todo”.
Al final, explican Huidobro e Hinojar, lo que no se debe perder de foco es que “la crisis climática impacta absolutamente todo”. De ahí que la clave de su éxito radique en “unir aquello que le importa a la audiencia con la crisis climática para que empatice con el mensaje”.
Especialmente, dicen, son los “no convencidos” con los que hay que empatizar. “Hay gente a la que le importan los osos polares, y a otros que les importa más el vino o esquiar”, aseguran a ENCLAVE ODS.
Pregunta: Por cierto, ¿se consideran más influencers o divulgadoras?
Respuesta: El mundo de los creadores de contenido se ha ampliado tanto que ya hay definiciones que creemos que se quedan cortas. Las personas ya no son solo una cosa, son muchas. Piénsalo, por ejemplo, con Greta —no nos estamos comparando ahí ni mucho menos— ella es un tipo de influencer, activista y divulgadora que no se había visto nunca. ¿Dónde la meteríamos?
Rumbo a una nueva COP
En Climabar saben muy bien lo que es ponerse de una cámara —aunque sea del móvil— y analizar un tema tan complejo y ‘poco sexy’ como las Conferencias de las Partes sobre cambio climático de Naciones Unidas. Es decir, eso más conocido como COP o cumbre del clima. O que ellas denominan el "Eurovisión del clima".
Para ellas, la falta de atractivo de unos encuentros vitales para marcar el rumbo a seguir, en materia medioambiental, de la comunidad internacional tiene mucho que ver, también, con la falta de información. Algo, dicen, “de lo que se ocupan muy bien todos los lobbistas y desinformadores que acuden cada año”.
Y lo explica: “Lo que no se suele ver de las COP, y es muy injusto, es que, por ejemplo, son el único lugar en el que grupos indígenas y países vulnerables que se están comiendo las consecuencias más graves de la crisis climática pueden unirse, hablar, y hacer fuerza para avanzar la acción climática”. O, recuerdan, “que son el único momento del año donde todos los medios de comunicación ponen el foco en el cambio climático”.
Sin duda, reivindican, “aun siendo críticas con el sistema y luchando contra los lobbistas, se debería comunicar más lo bueno de las cumbres y por qué son tan importantes”. Porque, alertan, “desprestigiarlas solo favorece a quienes bloquean la acción”.