Desde fuera, el planeta Tierra no es más que una pequeña canica azul que gira sin parar sobre sí misma. Es una gran roca en la que pasan muchas cosas y a la que se le llama hogar, y como en toda casa hay retos, problemas y soluciones, y para llegar a ellas, lo primero es observar y analizar. Eso es lo que hace Aleix Megías (Barcelona, 1990), cofundador de Open Cosmos, con sus satélites. 

Megías estudió ingeniería aeroespacial y su primer trabajo fue en la Agencia Espacial Europea. Después con solo 25 años fundó su empresa, una start up en Reino Unido dedicada a la fabricación y operación de nanosatélites. Hoy es una compañía líder en el sector espacial

Él decía en una entrevista con ENCLAVE ODS | EL ESPAÑOL durante el lanzamiento de este vertical que su sueño era conseguir una infraestructura espacial que recopilara suficientes datos para que "organizaciones, empresas e incluso individuos puedan utilizarlas en su día a día". 

En parte eso ya se ha conseguido, gracias al internet que lleva todo el mundo en el bolsillo. Pero hay un paso más en las aplicaciones que proporciona esa conectividad. La más obvia es el GPS del móvil, pero también son los datos e imágenes que se usan en agricultura, en las ciencias climáticas que analizan patrones de temperaturas o la extensión de los vertidos en el mar.

"Desde el primer día quisimos buscar soluciones a lo que hacemos en nuestra rutina diaria. Lo que realmente empuja nuestra misión es conseguir un impacto a través de la tecnología espacial", dice Megías desde su web. Según él, Open Cosmos es "un vehículo para contribuir en un bien colectivo para la sociedad".

Los satélites recopilan datos para los modelos climáticos iStock

Han diseñado unos nanosatélites capaces de recabar tanta información como hacían hace algunos años los satélites más grandes. En la empresa también se comprometen a construirlo, lanzarlo y operarlos satélites de principio a fin para recabar la información que las empresas o instituciones necesiten. Tienen 5 modelos y aseguran que solo en meses pueden tener los dispositivos operando en órbita.

La empresa, además, permite compartir datos en su red de satélites y ofrece una aplicación impulsada por Inteligencia Artificial que registran todo tipo de medidas. Usan mapas espaciales precargados de redes anteriores como SpaceWill, GeoSat o LandSat, los satélites que empezó a lanzar la NASA en el 72.

Modelos matemáticos

Para Megías, la infraestructura espacial es fundamental para conseguir otros muchos retos a los que se enfrenta la humanidad. "Las imágenes que tomamos desde nuestros satélites de observación terrestre se están utilizando hoy en día para solucionar algunos de ellos", asegura este ingeniero.

Los modelos climáticos que analizan los sistemas planetarios y en los que se basan los científicos son modelos matemáticos que se alimentan de todo tipo de fuentes, entre ellas estos satélites. Por eso estos nanosatélites están recopilando datos todo el rato. Además, desde Open Cosmos dicen que pueden ayudar también a las pequeñas empresas a que "puedan ser más sostenibles, adoptando tecnologías que puedan mejorar sus procesos y utilizando recursos más limpios".

El objetivo de Open Cosmos, aclara en una entrevista con ENCLAVE, es la "democratización del espacio", pero para eso recuerda se necesita inversión de I+D. Ellos empezaron su start up en una incubadora del Reino Unido en 2015, y de ahí han saltado de vuelta a España en 2017.

La investigación y el desarrollo tecnológico son algo que da frutos a largo plazo, pero al final ayuda a posicionar al país a la cabeza en sectores con gran potencial. El capital que necesita la infraestructura aeroespacial es elevada, pero a la vez reportan grandes beneficios, aunque a veces no se vean tan claro con los pies en la tierra y los ojos en las estrellas.   

En una entrevista con Talento a bordo decía que lo que él veía cuando miraba el cielo eran oportunidades. El espacio puede ser un lugar donde haya muchas preguntas, pero también desde donde se pueden encontrar las respuestas adecuadas si se sabe dónde y qué mirar.