De la impresionante nacra a la medusa 'huevo frito': este es Javier Murcia, el fotógrafo del Mar Menor
- Tras 20 años bajo el mar y más de 100 a sus espaldas, es uno de los mejores captadores de imágenes subacuáticas de España… y del mundo.
- Más información: La fotógrafa del mar captura la belleza que esconden los moluscos
Javier Murcia convive bajo el agua con la fauna endémica del Mediterráneo desde hace más de veinte años. Se le considera el fotógrafo más especializado en el Mar Menor, con más de diez libros publicados, cien premios y momentos tan únicos como el alumbramiento de doscientos caballitos de mar en estas aguas.
Su aportación a través del estudio del comportamiento de las especies endémicas del Mediterráneo humaniza el fondo subacuático para su preservación, un activismo atractivo de momentos únicos que le convierten en el primer fotógrafo español representado en Times Square (Nueva York) con su cámara subacuática en mano al lado de uno de sus caballitos captado en el Mar Menor, trabajo por el que ha sido premiado.
Buceamos con Murcia para descubrir las nacras de esta laguna murciana, el mayor molusco del Mediterráneo y segundo en tamaño del planeta, que también es la especie en mayor peligro de extinción, por encima del lince ibérico. Y nos habla de su nuevo libro de fotografía, La costa de los tesoros.
"No todos pueden ver qué hay en el fondo del mar, por eso trato de mostrar fotografías atractivas con mucho detalle para cautivar esos momentos únicos que humanizan el ecosistema marino y sus especies", cuenta Muria. Y asegura que es "una forma de activismo que puede llegar a la gente más joven y así contagiar el interés por su cuidado".
Él está muy concienciado con el medio ambiente. Y por eso añade: "Una foto vale más que mil palabras. Tan solo con el hecho de ver a un caballito de mar pariendo, el cerebro asimila que hay que conservar el mar. También me gusta mucho el fotoperiodismo: tengo una foto de un cormorán que se había ahogado por culpa del plástico de las latas de refrescos, una imagen que impactaba para hacer reflexionar. Si yo consigo mejorar algo con mis fotos, me doy por satisfecho".
¿Cómo se consigue fotografiar momentos tan únicos como el alumbramiento de caballitos de mar?
He llegado a llevar a mis hijos al colegio con el neopreno puesto para no perder un minuto. Cada año me centro en tres o cuatro especies, a las que dedico entre dos y cuatro meses: puede parecer mucho tiempo, pero el secreto para ver nacer más de 200 crías de caballitos de mar es pasar muchas horas debajo del agua.
Por ejemplo, para fotografiar al pez posidonia (Opeatogenis gracili), el pez más pequeño del Mediterráneo, necesité más de ochenta inmersiones. Se trata de un portento de la microingeniería evolutiva, que es el vertebrado más pequeño de Europa, del que poco se sabía y al que después de capturar me he permitido bautizar como pez posidonia.
No tenía nombre común y se puede decir que gracias a mis fotografías se ha podido conocer más de esta este animal que vive exclusivamente en las hojas de posidonia y cambia de color según los epifitos.
¿Qué encontramos en su libro La costa de los tesoros?
Mucha gente habla de Canarias, pero el Mediterráneo es mucho más rico en endemismo y biodiversidad. La costa de los tesoros recoge todas las especies, desde la Azohía a cabo de Palos, y pone en valor esta zona tan especial del Mediterráneo.
El objetivo de este libro es que la gente vea la biodiversidad que tenemos y sepan que es una riqueza única en el mundo. Aquí he podido fotografiar, por ejemplo, al tiburón cerdo o al tiburón negrito, un tiburón de aguas profundas que no se había conseguido fotografiar hasta ahora y que recojo en el libro.
Soy de la Azohía, aquí empecé a bucear con tan solo 5 años y soy un enamorado de la vida submarina de esta franja costera, que incluye dos reservas marinas: Cabo de Palos y Cabo Tiñoso”.
¿Por qué es tan especial para ti el Mar Menor?
Es uno de los ecosistemas más espectaculares que tenemos en la península ibérica. Se trata de la mayor laguna salada de toda Europa, una perla por su orografía: cuenta con islas, afloramientos volcánicos, una costa rica en biodiversidad y fondos arenosos y rocosos que crean un contraste muy especial. Y ello a pesar de que muchas especies han sido dañadas por procesos de anoxia, falta de oxígeno en el agua.
Afortunadamente, el Mar Menor se está recuperando y encontramos especies tan emblemáticas como los signátidos, una familia de peces que incluye al caballito de mar, la aguja mula o la aguja de río, esta última con una población bastante importante.
Hay que recordar que este mágico lugar era uno de los mejores del mundo para observar especies como los caballitos de mar, el fartet (Aphanius iberus) —un pez endémico del sureste ibérico— o el gobio de Miller, una de las especies más raras del Mediterráneo.
También encontramos a la medusa huevo frito (Cotylorhiza tuberculata), una joya endémica de este mar y que solo cuando se ve dentro del agua puedes admirar en toda su belleza: se trata de una medusa que hace la fotosíntesis porque tiene algas simbióticas en el tejido, por eso siempre están en superficie para que el sol favorezca el proceso de fotosíntesis.
¿El Mar Menor aún alberga nacras?
Ver esta especie emblemática que llega a superar casi el metro de longitud y que ha desaparecido en un 99%, es algo insólito. Hablamos de que está en más peligro de extinción que el lince ibérico y que solo podemos encontrarla aquí, en el Mar Menor, en la desembocadura del delta del Ebro y en otros puntos aislados de Mediterráneo.
Gracias a los esfuerzos de la Universidad de Murcia, la Consejería y el acuario de Murcia, el Mar Menor es de los pocos lugares en el mundo donde se ha observado presencia de nacras juveniles después de su mortandad masiva debida a un parásito que ataca su sistema digestivo. También les afecta la pesca de arrastre, el fondeo de embarcaciones, la contaminación de las aguas o también la práctica de submarinismo poco sostenible, actividades que degradan su hábitat.
Su importancia se debe a que son animales filtradores que mantienen la transparencia de las aguas. Además, por su forma estructurante, generan nuevos hábitats donde muchos organismos pueden vivir adheridos a sus valvas: ascidias, algas, briozoos, esponjas, anémonas… Lo que aumentan la biodiversidad del ecosistema.
Solo podemos amar lo que conocemos y las fotografías de Javier Murcia, llenas de luz y detalle, muestran especies únicas, amables y atractivos para su protección.