Las claves de la experta en ESG Fabiana Cumia para descarbonizar el streaming: "Necesita mucha energía"
- Como consecuencia del impacto de los centros de datos, entre alguna cuestión más, la industria de internet es una de las más contaminantes del mundo.
- Más información: Las redes sociales que utilizas contaminan y mucho: estas son las emisiones de tus clicks
Parece que si no vemos humo saliendo de la chimenea de una fábrica o litros y litros de agua desperdiciados o contaminados, la industria no tiene impacto en el medioambiente. Sin embargo, hay muchos sectores en los que su actividad no se ve y parece no existir, pero nada más lejos de la realidad.
Este es el caso de internet, porque sí, aunque para muchos pueda parecer extraño, todo lo relacionado con la conexión a través de la red deja un rastro en el ecosistema. Ya lo adelantábamos en este mismo vertical unos meses atrás, cuando exponíamos el I Estudio ING Bienestar Digital. En él se decía que, de ser un país, internet podría ser el cuarto más contaminante del mundo.
Y es que, asegura Fabiana Cumia, directora de Comunicaciones, RRPP y ESG de Rakuten TV, "la gente piensa que por ser una actividad digital no contamina y al revés, es una de las industrias más contaminantes del mundo".
Pero, ¿cómo es posible que su impacto sea tan relevante? El motivo es mucho más sencillo de lo que se podría pensar. Todos esos datos que no vemos, esos correos electrónicos que enviamos o esas descargas de películas y fotografías se almacenan en algún lugar y ese sitio son los centros de datos.
Esta actividad consume grandes cantidades de energía para su funcionamiento y refrigeración. En donde, como bien explicábamos en aquella publicación de septiembre, reproducir cuatro vídeos equivale a la contaminación de un coche recorriendo 50 kilómetros o donde cada giga descargado se traduce en un consumo de 200 litros de agua para no sobrecalentar los servidores.
Industria desconocida
Por ese motivo, como explica Cumia a ENCLAVE ODS, se necesita "gran cantidad de energía para los data centers, además de para la transmisión de la señal y para la propia utilización del producto". En su caso, es decir, el de Rakuten, cuenta que han calculado que el 99,67% de sus emisiones vienen de estos centros de almacenamiento y el 0,3% restante "de la utilización de nuestra plataforma y, obviamente, la mayoría de las Smart TV".
Estos datos, acompañados de un 2024 repleto de temperaturas récords, llegando a superar los 1,5 °C respecto a la era preindustrial, tal como indicaba Copernicus a principios de noviembre, ha llevado a que la compañía, centrada en la reproducción en streaming, se plantee su impacto medioambiental. Con este objetivo, el pasado 2 de diciembre presentaban su primer Informe de Sostenibilidad en sus oficinas de Barcelona.
Pese a que no están acostumbrados "a compartir tantos datos", como decía Cédric Dufour, CEO de Rakuten TV, durante el lanzamiento del reporte, esto se trata de "un ejercicio importante", ya que esta plataforma está disponible en "más de 150 millones de hogares en Europa". Porque, aseguraba, Rakuten "no es solo para entretener, sino para sensibilizar sobre sostenibilidad, inclusión y medioambiente".
Razón por la que ahora su principal intención es crecer como empresa, pero hacerlo con la sostenibilidad como pilar fundamental. Para ello, han tenido que entender dónde estaban y a dónde podían o querían llegar, con el propósito de, en palabras de Cumia, "utilizar el contenido para crear una sociedad más equitativa".
Acción en descarbonización
En este proceso de puesta en marcha del plan de sostenibilidad han logrado disminuir en un 69,4% sus emisiones, con respecto a los datos obtenidos en 2022. Pero aquí no acaba su lucha contra la contaminación de este sector. Por eso, cuenta la directora de ESG de la compañía, están estableciendo KPI (también conocidos como indicadores de rendimiento) para concretar sus metas.
Lo hacen a través de la SBTi (Science Based Targets initiative), es decir, aquellos puntos basados en la ciencia, que dividen entre emisiones directas (scoop uno y dos) e indirectas (scoop tres). En este caso, las primeras las calculan como cero, porque no producen directamente nada, y es el scoop tres donde se encuentra la contaminación, porque, explica Cumia, "nosotros consumimos energía", además de comprar vapor y electricidad.
Por ese motivo, quieren poner el foco en este tercer punto para "calcular y fijar objetivos", lo que dice que es especialmente "difícil" porque hay 15 categorías. Y explica su estrategia: "Cuando muchas empresas declaran datos de descarbonización, a lo mejor no se sabe qué es lo que han dejado fuera. En nuestro caso, una de las cosas que hará el cambio es un cálculo más específico".
Porque pese a que hay apartados en los que no se esperan grandes emisiones dado su "business", es necesaria "una regulación completa que incluya todas las categorías". Una labor que identifica como "un problema para todas las empresas" y de ahí que defienda la importancia de obtener la mayor información posible: "Cuanto más calculas, más acertado es el dato".
Sostenibilidad global
Para Cumia es fundamental que esta problemática se entienda a partir de "una visión muy holística, donde no se divida la sostenibilidad medioambiental de la social". Porque, recordando palabras del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), "no puede existir un mundo de paz y prosperidad sin justicia medioambiental y social a la vez".
Un ideal que se ha llevado a su terreno, ya que pese a que sí se habla de producciones sostenibles, esto solo se refiere los protocolos que limitan las emisiones medioambientales, dejando fuera "cómo una película impacta en la sociedad, cómo trae modelos de inclusión o exclusión social, cómo crea estigmas o cómo crea modelos sostenibles".
Por eso, asegura que aunque todavía "no estamos en un punto de madurez en el cual se sabe cómo de importante es el tema, lo primero es la conciencia y lo segundo crear una visión holística". En definitiva, crear un lugar donde "la limitación del impacto medioambiental y la producción de impacto social se miren y se perciban a la vez".
Y en una línea similar identifica la labor de los consumidores. Y lo explica: "Cuando estás eligiendo lo que quieres ver, leer o escuchar, estas haciendo una elección y la forma de elegir el modelo de tus patrones de consumo cada día son exactamente el anillo final de esta cadena, una cadena de producción y consumo".
Aunque esto, señala, "no tiene que decir que solo veamos películas sobre sostenibilidad, diversidad o inclusión, porque, sino la industria cultural no sería plural y no sería tan divertido". Pero sí enfatiza en la importancia de profundizar en cuestiones "para quien se quiera sentir representado de forma inclusiva". Porque, concluye Dufour, "queremos seguir haciendo cosas y estimular debate".