Tras 35 años de guerra hay que desminar Karabaj, en Azerbaiyán. Porque en todas las guerras, las minas antipersona provocan cada año más de 20.000 víctimas (o lo que es lo mismo, una víctima cada 20 minutos), principalmente civiles.
"Visitar hoy la región del Karabaj es enfrentarse a un paisaje desolador", explica el periodista Gervasio Sánchez, especializado durante 40 años en las consecuencias de las guerras. Recientemente, ha presentado su nuevo trabajo para visibilizar esta zona oscurecida por el dolor de la guerra.
"Desde 1991 hasta el 2 de mayo de 2024, el número de víctimas por minas antipersonas se acerca a las 3.500. Entre los afectados hay 358 niños y 38 mujeres. Sólo en los últimos tres años y medio 359 personas, la mitad civiles, pisaron una mina; 67 murieron. El resto quedó gravemente herido con amputaciones múltiples en muchos casos", explica el periodista.
Sánchez no es nuevo en esto de las minas antipersona. En 1997 publicó Vidas Minadas; en 2002, Vidas Minadas, 5 años; en 2007, Vidas Minadas, 10 años; y el año pasado, Vidas Minadas, 25 años. En ellos, cuenta, muestra "la profundidad de las consecuencias de una mina: quedarte ciego o sin manos y piernas toda la vida…".
En palabras de Sánchez: "Este trabajo, realizado en la región de Karabaj mediante entrevistas y fotografías, narra historias personales en lugares destruidos por la guerra y sirve de claro ejemplo de lo que será el fin de la guerra en Ucrania: incidentes de minas que explosionan afectando a personas que vuelven a sus hogares tras vivir desplazados".
Y continúa: "Se están dedicando grandes esfuerzos y recursos al desminado, involucrando a elevados efectivos —3 regimientos (2281 artificieros), 151 perros especializados en detección de minas y 70 máquinas de desminado mecánico—". Todos, dice, han desactivado ya más de 500.00 minas y unos 620.00 proyectiles.
Sin embargo, según la Agencia Nacional para el Desminado (ANAMA), en Azerbaiyán solo se han eliminado el 3,3% de las minas existentes y limpiado total o parcialmente el 12% del territorio.
"Limpiar de minas antipersona un territorio lleva mucho tiempo: si mináramos en un día el Bernabéu, se necesitarían 3 o 4 meses para limpiarlo", desvela Sánchez. Y añade: "Queda mucho trabajo por hacer. Cuando hablo con los mutilados, siempre me dicen que las minas están en lugares donde nadie sabía que se encontraban, por tener ubicaciones inhabituales, por estar muy escondidas o porque se habían desplazado por las lluvias".
Es muy fácil minar. Pues cada explosivo de este tipo cuesta 1,8 euros. Desactivarla, en cambio, puede ascender hasta los 718 euros por unidad.
Mujeres desminadoras
En Karabaj existe una unidad femenina, que pertenece al Fondo Internacional de Prensa Euroasiática, y tiene programas de desminado financiados por la Unión Europea. "Me sorprendió muchísimo que hubiera una unidad de mujeres desminadoras en Azerbaiyán, un trabajo, que, según mi experiencia, es desempeñado siempre por hombres", comenta Sánchez.
Y añade: "Se tratan de mujeres que han estudiado, incluso carreras universitarias, y que, como sus propios jefes dicen, son mucho más eficaces, porque la paciencia es muy importante cuando se recogen minas: primero, para no dejar ningún territorio sin limpiar; y segundo, para que no sufras un accidente".