Ashton Carter, secretario de Defensa de Estados Unidos, visitó España con el objetivo de reforzar los acuerdos en materia militar entre ambos países. Se trata de un viaje estratégico dentro de la apuesta geopolítica de la Casa Blanca ante las amenazas emergentes: principalmente, el avance del yihadismo radical en África y la tensión creciente en el este de Europa y Oriente Medio. Carter señaló a España como un aliado “muy valioso”, no sólo en “cuestiones bilaterales”, sino en la defensa de la “seguridad global”. Pero, ¿por qué nuestro país despierta tanto interés para Estados Unidos?
Solamente teniendo en cuenta las estadísticas, es fácil comprobar que el país norteamericano ha puesto sus ojos sobre España en los últimos años. Hace dos semanas, la base naval de Rota recibió al USS Carney, el último de los cuatro destructores que Estados Unidos ha desplegado en nuestro país. Este buque, junto con los USS Donald Cook, USS Ross y USS Porter, forman parte del escudo antimisiles que la OTAN ha desplegado en el sur de Europa. En esta base naval viven alrededor de 2.000 ciudadanos estadounidenses, entre personal civil, militar y familiares.
Además, la reciente firma del Convenio de Cooperación para la Defensa permite la instalación permanente de la base aérea de Morón de la Frontera por parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses, que podrán ampliar su capacidad hasta acoger a 2.200 militares, 500 empleados civiles del Departamento de Defensa de Estados Unidos y de 36 aeronaves.
Amenaza yihadista en África
Tal despliegue corresponde al interés geoestratégico que España despierta en Estados Unidos. La proximidad con África -escenario clave en la lucha contra el avance del yihadismo radical- ha llevado al Pentágono a instalar un contingente especial en Morón de la Frontera, bautizado como Fuerza de Tarea de Respuesta de Crisis de Marines Aire-Tierra con Propósito Especial (SP-MAGTF, por sus siglas en inglés).
El rápido avance que protagonizan grupos como Boko Haram -subordinada al Estado Islámico- o Al Shabaab -fiel a Al Qaeda- ha despertado la preocupación del Pentágono. Estados Unidos, tras el atentado del 11-S, se erigió como principal protagonista en la lucha contra el terrorismo internacional. Sus acciones militares, tanto en el marco individual como dentro de la OTAN, se concentran, en buena medida, en contrarrestar esta situación. África se presenta como un escenario clave dentro de esta tendencia y el Pentágono, tras la cesión permanente de Morón de la Frontera a Estados Unidos, ha trasladado allí su base de mando para responder ante posibles crisis en el continente.
Rusia y el este de Europa
El secretario de Defensa de Estados Unidos y el ministro de Defensa español, Pedro Morenés, coincidieron, en la rueda de prensa que ofrecieron en la sede ministerial, en la “necesidad” de enfrentar la raíz de los problemas para tratar de minimizar las consecuencias de los conflictos. En este sentido, y refiriéndose a la crisis de Crimea y el este de Ucrania, Ashton Carter aseguró que la OTAN tomará “todas las medidas necesarias para disuadir a Rusia de seguir desestabilizando la región”. Morenés, por su parte, incidió en que España, como miembro de la organización internacional, cumpliría con las decisiones acordadas desde el organismo.
El conflicto de Ucrania ha elevado un grado la tensión diplomática entre Estados Unidos y Rusia. El Pentágono asume los movimientos de Putin como una demostración de fuerza y, en respuesta, ha redoblado su interés en la instalación de un escudo antimisiles en Europa -donde España adquiere un protagonismo destacado-. Este proyecto, planteado por la administración Bush, nació con el objeto de contrarrestar un posible ataque con misiles por parte de Irán o Corea del Norte. Ahora, responde a las “nuevas amenazas” -tal y como el propio Barack Obama las ha definido en varias ocasiones-: entre ellas, la creciente presencia militar rusa en el este de Europa.
“Estados Unidos seguirá siendo fiel en su respaldo a Ucrania”, anunció Barack Obama a su homónimo ucraniano, Petro Poroshenko, el 24 de agosto de 2015, en la víspera del vigésimo cuarto aniversario de la independencia de Ucrania. En su alocución, el presidente estadounidense se refirió, además, a “la agresión rusa en el este [del país] y la ocupación de Crimea”.
En este sentido, la posición geopolítica de España también responde a los intereses de Estados Unidos para ofrecer una respuesta militar a la crisis ucraniana.
Siria y Oriente Medio
Aunque España sea uno de los países europeos más distantes al escenario sirio, el ministro Morenés recordó al secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, el compromiso que nuestro país mantiene con la OTAN. Ambos mantuvieron una conversación en la que abordaron problemas comunes en escenarios como Afganistán o Irak, donde los dos países tienen a sus efectivos desplegados.
Sobre la creciente inestabilidad en Siria, Ashton Carter acusó a Rusia de “echar gasolina al fuego” y apostó por una derrota del Estado Islámico acompañada de una transición política que acabe con el régimen de Bashar Al Assad. Mariano Rajoy, por el contrario, señaló recientemente en una entrevista emitida en Antena 3, que el verdadero enemigo al que hay que combatir es el DAESH. Sobre Bashar Al Assad, por el contrario, consideró que “en un primer momento, hay que contar con él”: “Hay personas a las que más adelante habrá que apartar, pero ahora mismo hay que golpear duro al Estado Islámico”.