El País Vasco contará próximamente con una Ley sobre Adicciones que regularizará los clubes de consumo de cannabis (marihuana) en la comunidad autónoma. El Parlamento ultima el texto legislativo pese a las advertencias del Gobierno de su posible inconstitucionalidad, expresadas en marzo a través de sendos escritos remitidos por los Ministerios de Justicia e Interior.
En el proyecto de Ley, que afronta ya el trámite de enmiendas, se acuerda regular a través de un Reglamento este tipo de “entidades”, que deben constituirse sin ánimo de lucro y estar legalmente registradas. No fija más condiciones, salvo el de la mayoría de edad para acceder a sus locales. Deja al desarrollo reglamentario posterior la determinación de los requisitos de admisión y las garantías para “un uso responsable e informado” del consumo de marihuana.
La mayoría de los grupos parlamentarios vascos defiende la actual redacción del artículo 83 del proyecto legislativo, cuya supresión solicita únicamente el PP. Los populares elevarán su petición a la ponencia que inicia este miércoles el debate de las enmiendas presentadas. El resto de los grupos, partidario de la regularización, no ha enmendado este punto por lo que su aprobación se da por segura.
En el País Vasco proliferan las agrupaciones de consumidores de cannabis y algunos de sus responsables han sido procesados por tráfico de drogas a instancias de la Fiscalía. Hace varios años que la discusión política sobre la regularización de este tipo de sociedades está encima de la mesa. En la legislatura pasada se constituyó una ponencia parlamentaria para abordar únicamente este extremo y sus conclusiones, tras meses de comparecencias de expertos y petición de informes, fueron asumidas por el Ejecutivo de Urkullu en el proyecto de Ley sobre Adicciones.
Despenalización "de facto"
Durante la tramitación parlamentaria de la iniciativa vasca el Gobierno de Mariano Rajoy ha hecho llegar sus objeciones al texto a través de sendos informes de los Ministerios de Justicia e Interior. Ambos coinciden en que la regulación de los clubes de consumidores de cannabis es una materia de competencia exclusiva del Estado, que vulnera el orden constitucional de reparto de atribuciones establecido entre el poder central y el autonómico.
Pero no sólo argumentan sobre la cuestión competencial. La Administración del Estado advierte de que el proyecto vasco colisiona con el Código Penal al legalizar “de hecho” el cultivo y el tráfico de cannabis. “El principal conflicto es que la sustancia que se pretende consumir tiene prohibido su cultivo, transformación y elaboración [salvo autorización terapéutica] , constituyendo estas actividades un delito”, asegura el Ministerio de Interior. En la práctica – mantiene sobre el artículo 83- se produce una “despenalización” de facto, “ya que si cultivar y traficar con cannabis es delito (…), ¿cómo , dónde y a través de quién o de quiénes van a comprar esta sustancia las entidades de personas consumidoras?”.
El Ministerio de Justicia también cuestiona, por ese mismo aspecto, la adecuación a la ley del proyecto legislativo. Incide además en que “promover, favorecer o facilitar el consumo ilegal “ de drogas tóxicas o estupefacientes, en cuya categoría se encuadra el cannabis, está penalizado en la legislación española con hasta seis años de prisión, y que el texto vasco “genera confusión” respecto al alcance penal de ciertas conductas.
En su escrito reconoce que la jurisprudencia admite “el autoconsumo plural entre consumidores” y que el legislador autonómico intenta cumplir algunos de los requisitos exigidos; aunque echa en falta dos. Por un lado, incide en que no se exige que los usuarios de los clubes sean habituales o “adictos”. Y por otro, repara en que la existencia de sedes o locales contradicen la idea de “consumo esporádico, de pocas personas, íntimo, sin trascendencia, inmediato y de cantidad insignificante”, amparado por los jueces. Cita sentencias del Tribunal Supremo de 2013, anteriores a la conocida recientemente en la que se clarifican las condiciones del autoconsumo compartido no delictivo.
La posición expresada por el Gobierno lleva implícita la previsible presentación un recurso de inconstitucionalidad, tras la aprobación de la ley, de igual modo al ya elevado ante el TC contra una normativa similar acordada en Navarra.
Más restricciones para el tabaco
La Ley vasca a debate aborda la política a seguir frente a las drogodependencias clásicas, pero entra en otro tipo de adicciones derivadas del juego e internet y hace especial hincapié en los vídeojuegos. Pivota sobre tres ejes: la promoción de la salud, la prevención y la reducción de la oferta, con una atención específica a los menores.
El proyecto va más allá de la Ley Antitabaco estatal y profundiza en las restricciones al consumo de alcohol y tabaco, con la implantación de medidas que originan mayor revuelo social que la regularización de los clubes de marihuana.
Así, amplía la prohibición de fumar a las sociedades gastronómicas – típica institución vasca- pese a su carácter privado, e impide asimismo consumir tabaco en instalaciones al aire libre, como campos de fútbol o plazas de toros. Y equipara a efectos de regulación el uso del cigarrillo electrónico con el convencional.
El veto de fumar tanto en lugares accesibles al público en general como en lugares de uso colectivo, al margen de que su titularidad sea pública o privada, provocaría una gran paradoja. En caso de prosperar esta regulación, en los clubes de cannabis podría consumirse marihuana pero no tabaco.
Prohíbe beber en la calle
En cuanto al alcohol, la ley prohíbe el consumo de alcohol por parte de menores y combate el “botellón”. La extensión del veto de beber en la calle a toda la ciudadanía es una de las propuestas más polémicas de la ley, al restringir el consumo al interior de los establecimientos hosteleros. La única salvedad es que los ayuntamientos lo autoricen y está pensada para eludir la ley en la celebración de fiestas patronales u otros eventos festivos que, como en otros lugares de España, van tradicionalmente unidos al suministro y consumo de bebidas alcohólicas. El ejemplo de la bajada de Celedón con la que se inician las fiestas de La Blanca en Vitoria es sólo uno de los más significativos en el País Vasco.
Se prohíbe también la venta de alcohol fuera de los bares (en gasolineras, comercios….) entre las diez de la noche y las siete de la mañana.
Finalmente, el régimen de sanciones distingue entre infracciones leves, graves y muy graves y castiga a quienes las cometen con multas de hasta 600 euros, 10.000 y 600.000 respectivamente.
Aunque la ley, respaldada por PNV y PSE-EE, cuenta de entrada con mayoría suficiente para salir adelante, es previsible que algunos de los aspectos referidos al alcohol y al tabaco se maticen ahora durante el trámite de enmiendas.