Rosario Porto y Alfonso Basterra drogaron a su hija Asunta, la transportaron hasta la casa de campo de la familia y allí la asesinaron. Eso es lo que consideran probado los nueve miembros del jurado popular que leyeron este viernes su veredicto en A Coruña. Para los ciudadanos que lo componen, Basterra y Porto actuaron "repetidamente" y "de común acuerdo" para terminar con la vida de su hija.
Sin embargo, el caso no ha terminado. Al menos no de forma definitiva. Ahora, el juez tiene 20 días para dictar sentencia en base a los hechos que el jurado considera probado. La pareja de acusados se enfrenta a una pena de 20 años de prisión por el asesinato de su hija, que según el veredicto leído hoy martes, falleció sin posibilidad de defensa.
Sin embargo, sus abogados todavía tienen vías abiertas. Tras la sentencia condenatoria, Basterra y Porto pueden apelar al TSJ de Galicia y recurrir después en casación al Supremo. Mientras, permanecerán en la prisión de Teixeiro, donde cumplen como preventivos tras la muerte de su hija. Tras el veredicto de ayer, estos son los principales argumentos que sus defensas analizan para intentar librarlos de prisión:
1.- Juntos y en colaboración
En la mayoría de sus preguntas, los nueve miembros del jurado popular destacan que tanto el padre como la madre de la menor actuaron de acuerdo a un plan prefijado por ambos. Basterra y Porto actuaron de forma coordinada para terminar con la vida de su hija. Sin embargo, aunque la lógica haga pensar que así fue, no hubo testimonio alguno en el juicio que probara la coordinación de ese plan, ni mensajes ni correos electrónicos donde apareciera mención alguna a que el asesinato de la niña fue un plan preparado por ambos.
El jurado popular dice textualmente que "Alfonso Basterra y Rosario Porto, de cómun acuerdo, suministraron repetidamente, desde al menos tres meses antes de su fallecimiento un medicamento que contenía lorazepan". En este apartado, el jurado da valor por unanimidad al hecho de que la profesora de francés avisara a los padres de que la niña había llegado sedada a clase sin que el anuncio tuviera consecuencias.
2.- La presencia de Basterra cuando muere la niña
Ni siquiera la Fiscalía había ido tan lejos, al situar a Alfonso Basterra en la casa de Teo la tarde en la que Asunta falleció. El jurado popular da por bueno el testimonio de una compañera de clase de la niña. Una chica que confirma haber visto a Basterra con Asunta a las 18:20 de esa misma tarde camino del coche. El veredicto del jurado considera probado con esto que el padre se movió de su casa y acompañó a Rosario Porto en el momento del asesinato.
No hay cámaras de seguridad u otros testimonios que vieran a Basterra fuera de su casa esa tarde. Esa ha sido hasta el momento la principal baza de la defensa del padre de Asunta. Sin embargo, el jurado popular afirma en su argumentario que Basterra podría ir en el asiento de atrás del coche, y por esos no es captado por las cámaras de vigilancia.
Según varios juristas consultados por El Español, la vinculación de Basterra con el lugar del crímen no era necesaria para declararle coautor del mismo. De hecho, el propio fiscal recordó en su alegato final que "Tan asesino es" quien compra una pistola "como quien la utiliza". Fue Alfonso Basterra quien compró presuntamente los orfidales que sirvieron para sedar a la niña y facilitar su muerte. Y eso hubiera sido suficiente.
3.- La asfixia de Asunta
Es una de las preguntas más importantes de todo el caso, y posiblemente una de las que el jurado popular ha contestado de forma más parca. En el apartado 9 y 10, el jurado popular considera que "en un momento comprendido entre las 18:33 y las 20.00 horas, en la casa de Motouto, la acusada Rosario Porto, en ejecución del plan preconcebido y acordado por ambos, asfixió a su hija Asunta por la compresión que le aplicó sobre la boca y la nariz".
En el sumario del caso, los peritos forenses de la Guardia Civil confirmaron que la menor había fallecido por asfixia mecánica, pero no pudieron confirmar quién fue el responsable de presionar la boca y la nariz de la pequeña hasta la muerte. Sin embargo, las cámaras de vigilancia y la triangulación de los teléfonos móviles colocan sin duda a la madre en la casa de campo en ese momento.
4.- La salida de Basterra de la casa
El hecho probado número 12 refleja que "los acusados doña Rosario Porto y don Alfonso Basterra Camporro" ataron a su hija por los brazos y los tobillos por medio de unas cuerdas plásticas de color naranja". El jurado considera probado el episodio gracias a la declaración de los peritos de la Guardia Civil y del testimonio de los agentes que vieron correr a la madre de Asunta en el primer registro. Según su declaración judicial, Rosario Porto subió corriendo las escaleras para intentar tomar el contenido de una de las papeleras.
En el apartado 9, el jurado considera que Basterra tuvo que volver a su vivienda antes de que lo hiciera su mujer. Argumenta su decisión por la actividad "frenética" que desde ese momento empieza a tener su teléfono móvil, que según la triangulación de antenas, estuvo en su casa toda la tarde. Sin embargo, el jurado no explica el medio de transporte que utilizó Basterra para acceder de nuevo a su vivienda. Tampoco hay rastro de ese punto en las cámaras de seguridad consultadas por la Guardia Civil, que si registraron punto por punto el trayecto realizado por Rosario Porto.