Si el lunes el drama tuvo lugar en Barcelona, el martes la acción se ha trasladado al Madrid postpuente de La Almudena. El guión estaba escrito de antemano, pero la maquinaria del Estado se ha hecho visible este martes.
Aunque parece que los acontecimientos se producen a cámara lenta, la desembocadura es también previsible. Será otra viñeta, y empezará a visualizarse más tarde, tras la impugnación gubernamental de este miércoles y la decisión del Tribunal Constitucional de este jueves. Será entonces cuando el Estado pueda señalar personalmente a los que incumplan la ley y comenzarán las imputaciones penales, tan pronto como en dos semanas, según los expertos constitucionalistas consultados. Finalmente, en el horizonte se perfilan la Ley Orgánica de Seguridad Nacional aprobada esta legislatura y el inédito artículo 155.
Apenas hay precedentes en la historia de la democracia de la situación que se está viviendo estos días: el plan Ibarretxe en 2005 y el 23-F en 1981. Juan Fernando López Aguilar, ex ministro de Justicia del Gobierno de Zapatero, recuerda que el Plan Ibarretxe fue desactivado en el Parlamento nacional “y ya nadie se acuerda de él a pesar de las críticas inmisericordes del PP, que quería que lo pararamos en el parlamento vasco”.
Para Luis Sánchez-Merlo, secretario general de Moncloa bajo el Gobierno de Calvo-Sotelo, carece de sentido comparar el órdago secesionista actual con el golpe de Estado de 1981. “Hay que respetar el tiempo y el espacio”, señala Sánchez-Merlo, para el que el “tratamiento litúrgico” que la jefatura del Estado debe de dar a este órdago tiene que ser “menor, sin dar más envergadura a una situación que no la tiene”.
En la viñeta de este martes, trece días después del inicio del órdago, ha tenido lugar un gesto que no estaba previsto en el ordenamiento constitucional: la imagen del encuentro semanal del Rey con el presidente del Gobierno, que es la respuesta de “mínima intensidad” que la Jefatura del Estado ha querido escenificar, según los constitucionalistas consultados.
Zarzuela ha destacado que ha sido un despacho “monográfico” centrado en el órdago de una parte del Parlamento catalán a España. Esos despachos suelen tener lugar los lunes, no figuran en la agenda del líder del Ejecutivo y no se informa sobre ellos. Desde primera hora de la mañana, Zarzuela ha dejado bien claro que el encuentro iba a tener lugar con foto incluida.
1. La Reina y la bandera
“Estoy aquí para entregar una bandera, la nuestra”, ha dicho la reina Letizia en la Escuela Nacional de Policía de Avila, donde ha materializado un real decreto aprobado exactamente un mes antes por el Gobierno y que permite a la Policía Nacional hecho especial hincapié en “la nuestra”. Ha estado flanqueada por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y por el director general de la Policía, Ignacio Cosidó.
2. La Fiscalía moviliza a la Policía
Javier Zaragoza, el máximo responsable de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, ha pedido a la Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil que le informen de manera urgente de cualquier acto de sedición o rebelión de autoridades y funcionarios catalanes tras la aprobación en la Cámara autonómica de la declaración que da inicio al proceso secesionista catalán.
3. El Consejo de Estado, en acción
Siete hombres y una mujer- la ex vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega- se han reunido bajo la presidencia del octogenario José Manuel Romay Beccaría, ex ministro del Gobierno de Aznar se han reunido en un histórico palacio del centro de Madrid: ha sido la Comisión Permanente del Consejo de Estado, con viejos conocidos como Landelino Lavilla, Miguel Herrero de Miñón o Alberto Aza, antiguo jefe de la Casa del Rey.
Han elaborado un informe preceptivo pero no vinculante en el que han considerado que existen “fundamentos jurídicos suficientes” para establecer que la resolución del Parlament "implica la vulneración evidente del núcleo esencial de la Constitución española" y "su declarada insumisión a las instituciones del Estado".
4. Soraya reúne a los subsecretarios
Por la tarde, en La Moncloa, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha reunido a los subsecretarios para dar luz verde a este informe preceptivo que será la lanzadera que permitirá al Consejo de Ministros extraordinario pulsar el botón que iniciará la implacable maquinaria del Estado destinada a aplastar el desafío catalán.
5. Pedro Sánchez en La Moncloa
Al mismo tiempo, el líder de la oposición, Pedro Sánchez, ha vuelto a La Moncloa invitado por el presidente Mariano Rajoy como lo hizo hace 13 días pero con un regalo adicional: ha ofrecido una rueda de prensa como lo hicieron Albert Rivera y Pablo Iglesias.
6. El Rey, despacho con foto
El Jefe del Estado tiene las funciones tasadas y bien limitadas en la Constitución española de 1978. Apenas el artículo 56 determina su condición de “símbolo” de la “unidad y permanencia” del Estado que “arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones”.
Bajo la cobertura de ese artículo se puede pretender que ejerza un papel persuasivo mayor, que hable por teléfono, que reúna a determinados dirigentes políticos en Zarzuela e incluso que se fotografíe con ellos. Poco más. Ese papel poco claro del Jefe del Estado en situaciones como la actual hizo que este martes corrieran rumores sobre su posible protagonismo en el Consejo de Ministros de hoy.
Los rumores, infundados, surgieron a partir de una cancelación de la dos audiencias que tenía este miércoles por la mañana (una con la junta directiva de la Asociación Profesional de los Cuerpos Superiores de Sistemas y Tecnologías de la Información de las Administraciones Públicas (ASTIC) y otra con el arquitecto Juan Navarro Baldeweg).
Según Zarzuela, el Rey permanecerá “en su despacho” pero en ningún presidirá el Consejo de Ministros extraordinario en el que Ejecutivo pulsará el botón de inicio.
Según fuentes del Gobierno, todo este guión que ha tenido lugar este martes ejemplifica la “normalidad institucional” que “lidera” el presidente Rajoy.