España ha brindado toda la colaboración posible a Francia, pero el presidente del Gobierno se resiste a que España participe en los bombardeos en Siria. El presidente francés, Francois Hollande, ha propuesto endurecer hasta límites desconocidos hasta el momento la batería legal, policial y militar para luchar contra los terroristas yihadistas y España se ha volcado intensamente desde el viernes, el día de los atentados. El Centro Nacional de Inteligencia, las fuerzas de Seguridad del Estado y la Fiscalía española están a disposición de las autoridades francesas para estrechar la colaboración y perseguir a los que perpetraron los atentados del 13-N.
A un mes de las elecciones del 20-D donde Mariano Rajoy se juega su futuro, alinearse con Francia en un ataque frontal contra los yihadistas podría pasarle una factura que el PP no se puede ni se quiere permitir. En la cumbre del G-20 que se ha celebrado este fin de semana en Turquía, el jefe del Ejecutivo ha explicado que requerirá un acuerdo de toda la comunicación internacional, “que todavía no se ha producido” para dar el paso al frente contra el ISIS. “No hay que decir cosas por decir, hay que tener en cuenta la opinión de los aliados y coordinarse con ellos”.
El presidente del Gobierno pidió “no hacer grandes debates públicos” sobre la posibilidad de que España se implique o no en el ataque. “Hay que ser eficaces y serios. Las cosas se piensan y se toman decisiones”. La opinión de Mariano Rajoy es radicalmente opuesta a la que mantiene el presidente francés, que en su intervención pública reconoció que su intención es “erradicar el terrorismo para que la civilización humana siga enriqueciéndose. La República va a destruir el terrorismo”.
Tras la reunión del G-20, donde no se alcanzó ningún acuerdo global sobre qué estrategia mantener con Siria, Mariano Rajoy ha calificado que es “muy difícil de explicar” e insiste en que debe ser la primera prioridad, ya que los dos principales problemas del momento, el terrorismo y el movimiento de refugiados, no se pueden obviar. El jefe del Ejecutivo se ha refugiado en que “no tiene sentido comentar la lucha antiterrorista” para zanjar la polémica y avisar de que España continuará trabajando en busca de un consenso global en la lucha antiterrorista.