La Policía detecta el traslado masivo y constante de menores musulmanes de origen magrebí y subsahariano de Cataluña a madrasas radicales situadas en sus países de origen. Los Servicios de Inteligencia han elaborado informes, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, en los que alertan de que está situación se está produciendo fundamentalmente en municipios de la provincia de Girona y afecta a "una cantidad ingente" de jóvenes empadronados en Cataluña.
La voz de alarma fue dada el pasado mes de mayo por trabajadores de los centros educativos y ha desembocado en una investigación policial en la que han prestado declaración algunos de ellos. Los profesores han desvelado la existencia de un creciente "absentismo en el tramo de la enseñanza obligatoria" que "viene motivado por el traslado temporal de los menores a madrasas situadas en diversos países de África".
Este extremo ha sido relatado a la Policía con todo lujo de detalles por parte de "profesionales del sector educativo y de servicios sociales" de diversos municipios gerundenses. Todos ellos han "confirmado" que "existe un contingente importante de menores de edad que son trasladados temporalmente para recibir enseñanzas sobre el Corán". Estos traslados, que se prolongan durante meses, provocan "serios problemas de readaptación escolar y social en algunos de los chicos tras haber superado sus estudios en sus países de origen".
"Pasividad de las autoridades catalanas"
Todo ello, coinciden los profesionales que han testificado, "con el beneplácito, orgullo y aprobación de sus progenitores". Los menores, añaden los investigadores, "regresan habiendo adquirido valores absolutamente incompatibles con los divulgados por las instituciones escolares españolas".
Pese a haber trasladado estas advertencias "a la comunidad educativa y a las autoridades catalanas competentes", aseguran los denunciantes que éstas "han mantenido una posición pasiva o silente ante esta realidad".
Además de contar con los testimonios de profesores, la Policía dispone, entre otros, del relato de "un joven gambiano de 17 años que ha vivido la experiencia referenciada en contra de su voluntad y que refiere haber sufrido torturas y trato vejatorio extremo". El motivo esgrimido por este joven estriba en haberse "negado a asumir los valores religiosos contra Occidente que le pretendieron inculcar en la madrasa de la que consiguió escapar y a la que había sido enviado por sus padres". Los gastos del desplazamiento, ha precisado a la Policía, fueron "sufragados por organizaciones vinculadas al islamismo radical".
Cambio en los signos externos
Los profesores y educadores sociales han "constatado" a su vez una "progresiva radicalización de los signos religiosos externos en menores de origen subsahariano, que sustituyen sus vestimentas típicas". Así, se ha advertido el creciente uso de "velo en las mujeres" y de la "barba" en el caso de los hombres.
La Policía explica en sus informes que la "población extranjera residente en Cataluña era de 1.089.214 personas a uno de enero de 2014". "Una cifra que representa el 14,5% de la población catalana" y que supone un "porcentaje superior al de España (10,7%)". Asimismo, añade que "en Cataluña viven personas de 162 nacionalidades diferentes, siendo la comunidad marroquí la más numerosa, con 226.818 personas censadas y equivale a la quinta parte del total (20,8%)". Tal y como refleja la Policía, "la población extranjera procedente de África ocupa el segundo lugar con un 28,2%". En cuanto a los municipios catalanes con mayor población extranjera, la Policía sitúa a Salt (40%), Guissona (49,1%) y Castelló d'Empúries (48%).