Las encuestas pronostican que Podemos tiene malas perspectivas para lograr una victoria el 20 de diciembre. En las últimas semanas Pablo Iglesias y sus colaboradores cercanos han empezado a vender una imagen de optimismo y esperanza. Sin embargo, a la pelea con sus adversarios políticos, el partido emergente tiene que sumar, justo a un mes de las elecciones, graves problemas internos que han estallado en la última semana. Los dos terremotos internos han sacudido al partido en Aragón y Andalucía.
Aunque cada caso tiene sus particularidades, en ambos problemas converge una misma cuestión: la elaboración de las listas electorales por parte del Consejo Ciudadano. En otras palabras, se trata de discrepancias intestinas entre parte de los militantes con la dirección de Podemos.
El caso de Aragón
En Aragón el epicentro del problema está en Huesca. El pasado jueves los integrantes del Círculo Ciudadano de Podemos en dicha provincia hicieron pública su dimisión de todos sus cargos y responsabilidades en la formación. Eso sí, mantendrán la militancia para denunciar ante la comisión de garantías al secretario general del partido en Aragón, Pablo Echenique.
Los miembros de este órgano político, con el secretario general de Podemos Huesca a la cabeza, Julián Castellor, criticaron la confección de las listas a las elecciones generales por la provincia altoaragonesa. Estos militantes de la formación emergente están radicalmente en contra de la decisión de la dirección regional de Podemos de favorecer una candidatura de confluencia con Ahora Alto Aragón en Común.
A su juicio, no se debería haber llegado a ese acuerdo porque no era el sentir mayoritario de las bases en Huesca. Y, por ello, los integrantes del círculo de la región remarcaron su intención de denunciar ante la comisión de garantías de la formación a Echenique y a todos los miembros de la Mesa Coordinadora de Aragón. Además, tras insistir en que las listas publicadas por la provincia de Huesca "no son las de Podemos", anunciaron que van a constituir en próximas fechas un nuevo movimiento político que se llamará Entabán. Por su parte, Pablo Echenique está volcado en hacer campaña y, por el momento, no ha entrado al trapo con este grupo crítico.
El caso de Andalucía
Si el caso de Aragón ha sido un problema para la dirección de Podemos, peor, mucho peor pinta la situación en Andalucía, donde las críticas cruzadas de unos y otros se han repetido en los últimos días. Los militantes andaluces y algunos de sus aliados, como los dirigentes del SAT Juan Manuel Sánchez Gordillo y Diego Cañamero -que se desvincularon de la lista a última hora-, han criticado sobre todo al secretario de organización de Podemos y número uno en la lista por Sevilla, Sergio Pascual, precisamente por su forma de elaborar las candidaturas.
Este jueves la principal dirigente de Podemos en Andalucía, le diputada autonómica Teresa Rodríguez, trató de minimizar el descontento de los militantes ante los "fichajes" que la dirección ha incluido entre sus candidatos y afirmó que internamente solo ha se ha producido una "discusión razonable". Un cierre de filas para el 20-D que parece pura apariencia a tenor de los hechos recientes.
Sergio Pascual contra Teresa Rodríguez
Porque lo cierto es que en Andalucía se ha discutido sobre las listas en varias provincias. Quizás el problema más sonado ha tenido lugar en Sevilla, donde la dirección colocó como número tres al catedrático de Derecho Javier Pérez Royo. Una decisión que no gustó a las bases. De hecho, finalmente este fichaje estrella decidió retirarse de las listas por unos "motivos personales" no especificados.
En dicha batalla subyace, de hecho, la ya vieja discrepancia entre el sector anticapitalista -génesis del partido- que representa Rodríguez y la dirección que lideran Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y su núcleo duro
Otra situación difícil se vivió en Córdoba, donde el ganador de las primarias, el profesor Antonio Manuel Rodríguez, tuvo que ceder el número uno de la candidatura a la sevillana Marta Domínguez, afín al citado secretario de Organización, Sergio Pascual. La pelea entre este último y las bases andaluzas que encabeza Teresa Rodríguez ha sido tan obvia como creciente, aunque ella en las últimas horas haya optado por templar los ánimos. En dicha batalla subyace, de hecho, la ya vieja discrepancia entre el sector anticapitalista -génesis del partido- que representa Rodríguez y la dirección que lideran Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y su núcleo duro.
Los fichajes, clave
El telón de fondo de todos estos problemas internos es triple: la política de alianzas de Podemos, la elaboración de sus candidaturas y, por encima de todo, la estrategia de fichajes que ha puesto en marcha el Consejo Ciudadano sin consultar previamente a sus bases. Esto último, el capítulo de las incorporaciones, condiciona las listas y los acuerdos y pone en solfa las primarias que celebró el partido meses atrás.
Los problemas acontecidos en Aragón y Andalucía son los últimos, pero no los únicos. El fichaje del general José Julio Rodríguez no gustó en algunos sectores del partido que se definen como antimilitaristas. Eso sí, se trata de grupos minoritarios. La dirección de Podemos cree que la mayoría de las bases y, sobre todo, de los votantes, sí respaldan la llegada del militar.
Tal y como suele decir el propio Pablo Iglesias, la estrategia de fichajes consiste en "incorporar a lo mejor de la sociedad civil". Además de la llegada del ex JEMAD -sin duda, la más impactante-, algunas incorporaciones llamativas han sido las de la jueza Victoria Rosell, la actriz Rosana Pastor, el filósofo Santiago Alba Rico y el magistrado Juan Pedro Yllanes Suárez, que iba a presidir el tribunal que juzgará a la infanta Cristina y a Iñaki Urdangarin. Han sido fichajes sonados, es innegable, y hasta han servido para retomar la iniciativa política, pero, como ocurre en los clubes de fútbol, los galácticos no siempre convencen a los aficionados. Las urnas dictarán sentencia.