Emiliano García-Page, el presidente de Castilla-La Mancha, lo tiene claro. Los cuatro partidos con más posibilidades en las elecciones generales guardan sus cartas sobre los pactos que, salvo sorpresa, serán necesarios para la formación de un nuevo Gobierno. Para Page no hay duda. "Me entendería bastante mejor con Rivera", y eso es algo que comparten "el 90% de los ciudadanos", ha dicho en un desayuno informativo este miércoles. "Lo que veo difícil son dos muletas", ha dicho en referencia a Podemos.
Según Page, Podemos, partido gracias al que él gobierna en su región, está en claro descenso y Pedro Sánchez va a ser el próximo presidente del Gobierno. Es su "apuesta personal", pero por si acaso avisa ya de que él cree que el actual líder del PSOE debería seguir siéndolo si no llega a la Moncloa. "Si el resultado no es el que esperamos nadie debe ponerse nervioso. Un valor en la política es la constancia", ha advertido.
A día de hoy, pocos en el PSOE se jugarían mucho en una apuesta por la victoria de Sánchez. Sin embargo, en las filas socialistas nadie duda de que el partido se juega entre su líder y Rajoy y recuerdan que la campaña electoral aún no ha pasado, así que por si acaso la mayoría nada y guarda la ropa.
Para Page, no es tan importante el número de escaños como que salgan las cuentas. Según ha recordado, en la época de la geometría variable de José Luis Rodríguez Zapatero, el PSOE estaba más preocupado "por tres votos de ERC" de lo que podría estarlo en caso de necesitar muchos más pero ser capaces de fraguar un pacto sólido.
Preguntado por la autocrítica, Page evita hablar de la crisis económica, de la reforma de la Constitución o de Cataluña. "Yo no tengo del todo claro qué errores hemos cometido. Y ese es nuestro principal problema", ha dicho ante más de un asistente atónito.
En cualquier caso, para el presidente autonómico, uno de los barones mejor valorados dentro del partido, lo que se necesita no es una revolución o una "tábula rasa" con la política de los últimos años. Tampoco Podemos o Ciudadanos la buscan, según él. "No hay revolución a la vista. Todos quieren ser diputados", ha ironizado.