El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco acaba de acordar el ingreso en prisión de los tres presuntos terroristas yihadistas detenidos el pasado sábado en Barcelona y Granollers por un presunto delito de colaboración con organización terrorista a través de redes sociales y otro de enaltecimiento del terrorismo.
Uno de los arrestados trabajaba de camarero en un bar judío en Barcelona. Junto a los otros dos, se dedicaban a captar y adoctrinar principalmente mujeres para enviarlas a Siria. Según fuentes jurídicas, el magistrado les considerada "corresponsales" del Estado Islámico en España. Informáticamente tenían contactos en Siria, según se desprende de la investigación.
Enaltecimiento del terrorismo
El instructor considera que los tres tenían una labor de enaltecimiento y difusión de contenidos yihadistas, vídeo, banderas del Estado Islámico y comentarios favorables a la incorporación de la organización terrorista.
En el caso de la joven de 24 años detenida, ya intentó viajar a Siria en diciembre de 2014 a través de Turquía. Tras su fallido, ya tenía previsto salir de España hacia Afganistán con un hombre árabe con quien previamente se iba a casar en Italia. Según se desprende de la investigación, la anterior pareja de la chica ya se habría incorporado al Estado Islámico.
Su papel era hablar con mujeres a través de foros abiertos de redes sociales. Cuando veía que alguna de ellas estaba más sensibilizada a la "causa" la llevaba a un foro privado para trabajr en su radicalización mientras que ella misma se iba radicalizando cada vez más en posturas yihadistas
Ideario extremista
Los dos hombres, de 32 y 42 años, ambos camareros y naturales de Tánger (Marruecos), compartían vivienda en Barcelona, desde donde se dedicaban a "difundir el ideario extremista de Daesh y a captar adeptos para enviarlos a zonas de conflicto", a través de redes sociales.
La mujer, natural de Granollers e hija de padres marroquíes nacionalizados españoles, habría experimentado un proceso de radicalización por el que, según los investigadores, habría llegado a "compartir completamente la estrategia de los grupos terroristas extremistas a los que pretendía unirse en un inminente desplazamiento".
La operación, desarrollada por la Guardia Civil, analizó la intensa labor de radicalización de mujeres que se llevaba a cabo en varias plataformas de mensajería instantánea y detectó que la joven participaba en algunos de estos grupos. Fruto de ese adoctrinamiento extremista, habría tomado la decisión de desplazarse a zonas de combate.