El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha convulsionado el inicio de la campaña electoral. La victoria del PP que pronostica el estudio ha desatado la euforia en el equipo de Mariano Rajoy, mientras que en el PSOE reina el abatimiento y la incredulidad. Nada está decidido, todo puede pasar en la campaña electoral.
En desastroso resultado socialista pilló al candidato en un mitin en Tomelloso (Ciudad Real), donde arremetió contra una encuesta que cree hecha a medida del PP. "Este Gobierno ha manipulado todo: la televisión, la Justicia, la Agencia Tributaria y hoy también las encuestas del CIS", criticó Sánchez. Patxi López, miembro de la Ejecutiva y candidato por Vizcaya, donde el PSOE perdería un escaño, aseguró por su parte que la encuesta es "curiosa". "En intención directa de voto más simpatía, gana el PSOE; en las preferencias de la ciudadanía, se apuesta por un gobierno del Partido Socialista y, cuando hay un 20% de indecisos, se hace una cocina", dijo. El PSOE no ha variado aún su estrategia, que se centra en atacar a la vez a Ciudadanos y PP. "La única alternativa posible a las derechas es el PSOE", según López.
La creencia de que la encuesta está cocinada para que le sea sabrosa al PP es una opinión extendida dentro del PSOE. Miembros de la Ejecutiva aseguran que el avance de Ciudadanos es irreal, especialmente en provincias más pequeñas, donde el PSOE y el PP son más fuertes. "Hace tres meses tuvimos unos resultados excelentes", dice un miembro de la Ejecutiva en referencia a las elecciones municipales y autonómicas. "Es imposible que ayer el 80% de su voto sea PP y hoy crezca solo a nuestra costa", argumenta. Otro dato clave para los socialistas es el alto número de indecisos, del 41,6%. "La interpretación da mucho voto oculto al PP", señala otra fuente cercana a la estrategia socialista.
Según los socialistas, el PP está primero, pero no se mueve en el 28% de los votos sino que puede contar con tres o cuatro puntos menos. El PSOE podría estar mejor de lo que dice la encuesta en Andalucía, donde el CIS pronostica un retroceso de entre dos y seis diputados, o en Madrid, donde el instituto público sólo da cinco de los 36 en juego a los socialistas. Sin embargo, el ascenso de Ciudadanos sí se asume con extrema preocupación en el equipo de Sánchez. El PSOE insiste en enmarcar en la derecha al partido de Albert Rivera, pero la estrategia no está funcionando, ya que el gran mordisco que nutre a Ciudadanos es en las carnes socialistas y no en las conservadoras. El frente antiderechas no hace efecto porque parte del electorado del PSOE se siente cómodo en Ciudadanos.
Un resultado así sería demoledor para el PSOE y una sentencia de muerte para su actual Ejecutiva. 77-89 diputados (de los 350 que hay en la cámara baja) supondría perder entre 21 y 23 de los que consiguió Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011, que ya era el peor de la Historia del PSOE. "Puede que sea muy difícil mover tanto en dos semanas", confiesa un candidato. "Sólo en Madrid, con Ángel Gabilondo tuvimos el 25% de los votos. Ahora estaríamos en el 14 con la lista que encabeza el secretario general. Ése es el balance de su gestión", asegura uno de los críticos con Sánchez. El sorpasso de Ciudadanos también es una posibilidad que ya nadie descarta en privado.
El viento sopla a favor de Rajoy
El Partido Popular confía en afianzar el apoyo entre su electorado desencantado y conseguir finalmente el 30% de los votos el 20-D, lo que se traduciría en 130 sillones del Parlamento. La encuesta del CIS adelanta que ya tienen el 28,6%, un resultado "óptimo pero no suficiente". La dirección nacional ha diseñado una campaña para que Mariano Rajoy se adentre en la España rural, donde venderá la estabilidad conseguida, el empleo que se empieza a crear y su experiencia como avales sólidos para reclamar el voto perdido por la dura travesía de la primera parte de la legislatura.
Los sondeos de consumo interno que el PP diseña diariamente da una horquilla de entre 26 y 28% de los votos, si bien confían en subir un punto cada semana de la campaña electoral. La intervención de Soraya Sáenz de Santamaría en el debate a cuatro con los demás líderes políticos es vista internamente como "una jugada maestra": la vicepresidenta es una oradora "excelente, muy trabajadora, mujer y con una experiencia consolidada en el Congreso, se los va a merendar", pronostica un alto cargo del partido.
El Partido Popular también cree que la campaña electoral beneficiará a Rajoy. Este miércoles se desvelaba el dato descendiente del paro y el Tribunal Constitucional ha tumbado "la desconexión" de los independentistas de España. "Dos puntos a favor del candidato-presidente del Gobierno que venderá como triunfos frente a la ambigüedad de sus contrincantes".
Desde el comité de campaña del PP hablan de Pedro Sánchez como "el rival de referencia" únicamente para justificar que Mariano Rajoy acuda únicamente a un cara a cara con el líder de la oposición. Sin embargo, las encuestas internas del partido conservador vaticinan también el desplome del PSOE, lo que se traduce en que el bipartidismo ha muerto y Ciudadanos se colocaría en una posición privilegiada si finalmente adelanta al partido de Pedro Sánchez en número de votos.
La estrategia electoral del PP ha dado un giro de 180 grados y el enemigo principal de aquí al 20-D es Albert Rivera. Este viernes, el PP colgará en su página web un comparador de programas para mostrar a sus electores "los peligros que corren si votan a un partido desconocido". El desembarco por los pueblos de España también responde a la necesidad de vender el mensaje de que el voto "útil es el del PP", ya que Rivera apuesta por eliminar las diputaciones y fusionar los municipios más pequeños. Sólo en los pueblos con menos de 5.000 habitantes, hay 15 millones de votantes donde los conservadores pretenden convencer a la mayoría. En Badajoz, por ejemplo, recordó que su partido apuesta por seguir extendiendo el AVE en contraposición a Rivera, que lleva tiempo diciendo que el mapa de alta velocidad en España es ya más que suficiente.
Mariano Rajoy ha accedido también a los consejos de sus asesores y el partido que su participación en programas de televisión mejorará la imagen del presidente. "Hay que enseñar a la persona que hay detrás del político, que debe reconocer errores como que en los tres primeros años de legislatura ha estado alejado de las cámaras".
El director de campaña, Jorge Moragas, ha destacado la importancia que se le va a dar a "empatizar" con los españoles, a quien Rajoy dejó un mensaje en el programa de Bertín Osborne: "Me encantaría hablar con cada uno de los 46 millones de ciudadanos que hay en España, pero es imposible".
Este sábado, responderá en directo las preguntas de unos cuantos ciudadanos elegidos aleatoriamente en La Sexta Noche y el último sábado de campaña se sentará por la tarde con María Teresa Campos para reconquistar el voto femenino, otra de las obsesiones del PP durante esta campaña. No faltarán paseos por las calles antes de los mítines, saludos a los paisanos, visitas a los belenes o jugadas de dominó. El candidato-amigo a la caza de ese 40% de votantes que aún no han decidido a quién van a depositar su confianza.