La secretaria general del PSOE-A y presidenta andaluza, Susana Díaz, llega a la campaña electoral del 20D con los deberes hechos: desde hoy tiene los presupuestos andaluces bajo el brazo y es la primera en lograrlo. Y todo gracias al apoyo de Ciudadanos, que se lo ha puesto fácil. Poca discusión, ocho enmiendas por 17 millones incorporadas a unas cuentas diseñadas por el PSOE y que movilizarán 31.285 millones en 2016.
Lo más jugoso que ha sacado Ciudadanos a cambio es una rebaja de 2 puntos en el tramo autonómico del IRPF y poder colgarse electoralmente la etiqueta de garante de la estabilidad y de oposición útil. La misma que ya se colocó cuando facilitó la investidura de Díaz tras 80 días de bloqueo.
El único tropiezo del PSOE y Ciudadanos en este debate presupuestario ha sido una anécdota que ha acabado en una gran bronca: el voto de tres diputados por error del dictamen de la Consejería de Presidencia, que se quedará sin incorporar enmienda alguna. PP, Podemos e IU han pretendido que el debate quedara en suspenso argumentando “inseguridad jurídica” y entendiendo que suponía una “enmienda a la totalidad”. Esto último supondría la devolución de las cuentas y empezar toda la tramitación de nuevo.
El presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán, con el reglamento en la mano y su propia interpretación, lo ha impedido negando tal inseguridad e invitando a los tres partidos a recurrir a otras jurisdicciones si lo estiman oportuno.
El partido de Rivera no ha planteado problemas
Este último episodio de los presupuestos logra poner de acuerdo a PP, Podemos e IU en que Ciudadanos se ha sumado al rodillo del PSOE, al que sirve de “muletilla”, y que acaba en el apoyo a un proyecto “agotado, “continuista” o “ineficaz”, y que han demostrado desconocer en profundidad. Ni una sola de sus enmiendas ha sido aceptada (se presentaron 776) y para los tres partidos eso demuestra que la formación naranja se pliega ante los deseos electorales de Díaz. Los tres acusan a Ciudadanos de haberse convertido “en la oposición de la oposición”.
La estrategia de Susana Díaz de adelantar el debate final de los presupuestos le ha salido redonda. Lo que iba a pasar en un pleno a finales de diciembre, un oportuno adelanto le permitirá ahora hacer campaña rentabilizando su capacidad de diálogo y presidir un gobierno en minoría cómodo, del que no pueden presumir otros presidentes.
En otras comunidades, la ley de leyes está teniendo negociaciones muy reñidas y también están desvelando distintas estrategias. Porque mientras en Andalucía el partido de Albert Rivera no ha planteado problemas (parte del diseño de los presupuestos estaba recogido en el acuerdo de investidura), en la Comunidad de Madrid siguen peleando con el PP. Hasta 222 enmiendas han presentado, aunque el sí ya esté más cerca y se verá el 16 de diciembre. Este doble juego con PP y PSOE le sirve a Rivera para colocar a su formación en el centro y alejarse del estigma de ser una marca blanca del PP.
La combinación de PSOE con Podemos es más complicada. El presidente extremeño Guillermo Fernández Vara tendrá que tirar en 2016 con unos presupuestos prorrogados y heredados de su antecesor, el popular José Antonio Monago. Podemos no le ha brindado su apoyo y su enmienda a la totalidad ha entrado en el juego de la pinza del PP. En Aragón, Podemos está abriendo la mano al socialista Javier Lambán, pero aún quedan por delante dos meses de tramitación parlamentaria. Y en Asturias, su presidente Javier Fernández, está desorientado por la indefinición de los diputados morados.
Escenario de pactos
Desde esta experiencia andaluza, y a la vista de lo que les está pasando a otros presidentes socialistas, ante un escenario probable de alianzas postelectorales la combinación PSOE y Ciudadanos es una opción. Aunque el PSOE-A ahora haga intentos por desmarcarse, asegurando que socialistas y C’s son “como el agua y el aceite”, que los de Rivera son la derecha y que sólo se mezclan para acuerdos puntuales y “por los andaluces”.
Siguen así la directriz de Pedro Sánchez de poner en el punto de mira a Ciudadanos. El candidato socialista considera que tanto PP como C’s son “las dos derechas” y ve la amenaza de un pacto de ambas que deje de nuevo como presidente a Mariano Rajoy. Y si le toca analizar lo que ha pasado en Andalucía, lo reduce a que no había otra alternativa posible.
Sin embargo, en el PSOE-a, aunque ataquen a Ciudadanos, son mucho más contundentes con Podemos, a los que acusan de ir de la mano del PP en su pinza en Andalucía.