Carteles con su cara, orador destacado en los principales mítines y entrevistas en los medios. Aunque no se presente a las elecciones generales, Artur Mas está en campaña. Después de unos días en París en la cumbre contra el cambio climático, el president en funciones ha vuelto a una campaña electoral diseñada para consolidar su liderazgo al frente de la nueva marca de CDC, Democràcia i Llibertat (DiL).
DiL intenta proyectarse como la principal garantía de éxito del proceso soberanista sin entrar en ninguna batalla dialéctica con ERC. El partido ha confeccionado una campaña para que se luzca Artur Mas, que aparece como principal valedor del candidato Francesc Homs -"es mi mano derecha", explica en los actos- y se reserva la intervención principal en los mítines. El president, además, se prodiga en entrevistas en las que aprovecha para defender su gestión al frente de la Generalitat.
"Sin nosotros el proceso soberanista no es posible y lo saben muy bien", advirtió el president el martes en Vilanova i la Geltrú, recién aterrizado de París. Según Mas, su formación representa el "carril central del soberanismo" y la garantía de que el independentismo no "vaya a la deriva". Mas explicó a los presentes que votar a su formación "es lo que más molesta en Madrid" como ejemplo de la importancia que tiene su partido en el soberanismo.
Pero no solo se trata de apuntalar la nueva marca. Mas también busca afianzar su liderazgo al frente del soberanismo en el momento en que más se cuestiona su figura. La campaña de DiL busca mostrar a Mas como el artífice de la consulta del 9-N y de las elecciones plebiscitarias del 27-S. "Si hemos de ir a votar es por la persona que ha facilitado lo que parecía imposible y que ha sido muy maltratada: Artur Mas" decía el pasado 5 de diciembre en Reus Ferran Bel, su cabeza de lista por Tarragona.
Las elecciones en marzo
De los tres actores que negocian la investidura de un Govern en Cataluña, CDC sabe que seguramente sería la formación más castigada en el caso de unas nuevas elecciones en marzo. La coalición con ERC difícilmente se repetiría y la formación de Junqueras, sin apenas trapos sucios de corrupción, podría superar holgadamente a la candidatura de Mas.
Ante este escenario, los negociadores de CDC se esfuerzan en pactar las medidas sociales que deberían acompañar la propuesta de investir a Mas. Miembros del partido muestran en privado su preocupación ante la posibilidad de que las bases de la CUP opten por no investir a Mas y se repitan elecciones. Saben que los nuevos comicios supondrían un descalabro para la formación, pero Artur Mas en público trata de quitarle hierro a esa posibilidad para trasladar la presión a la CUP. "Saldremos de esta, hemos salido de peores. Espero que a través de mi investidura y si no a través de nuevas elecciones", afirmó el martes. "Lo que no haremos es jugarnos el futuro porque durante unos meses ha habido dificultades coyunturales", dijo en referencia a la formación anticapitalista.
El liderazgo de Artur Mas, de momento, no se cuestiona internamente. Las personas que tienen apoyo suficiente para sucederle no han hecho ningún movimiento ante un presidente que controla el partido y que aún tiene tirón en una parte del electorado catalán. Unos malos resultados en marzo, no obstante, acelerarían la renovación en la formación y Josep Rull, Jordi Turull o Lluís Corominas podrían intentar hacerse con el control.
Lucha contra la irrelevancia
Los partidos soberanistas luchan durante estos días contra la irrelevancia en una campaña en la que muchos de sus votantes se decantan por partidos con proyección nacional. El hastío soberanista se percibe y tanto a ERC como a DiL les está siendo difícil llenar los actos. Ni siquiera la presencia del propio Mas consiguió que DiL llenara el pasado martes su acto en el municipio de Vilanova i la Geltrú, que se quedó a medio aforo.
El bloqueo en las negociaciones dos meses después de los comicios y la hipermovilización del votante soberanista durante los últimos años podrían ser algunas de las causas que están llevando a los independentistas a tener poco apoyo. "No nos podemos engañar, notamos el cansancio de la gente, cuesta que venga a los actos", explicaba el miércoles el portavoz de ERC en una entrevista en la radio La Xarxa.
La imposibilidad de marcar la agenda durante la campaña hace que, de momento, los partidos soberanistas se hayan quedado fuera de ella. El votante catalán parece decantarse por un voto útil para desbancar a Rajoy o para Podemos, la única formación que defiende un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Las cosas cambian tanto de una elección a otra que la formación de Iglesias podría quedar primera en Cataluña después de haber sido cuarta en las autonómicas.