A Tomás Caballero, que acababa de montar en su coche, lo asaltaron los terroristas en la puerta de su casa: uno de sus hijos se precipitó a la calle en aquella mañana de mayo de 1998 y trasladó a su padre al hospital, donde fallecería horas después. El subteniente Francisco Casanova también fue asaltado por los etarras, en agosto de 2000, cuando regresaba en coche a su casa: su mujer y uno de sus hijos, de 11 años, corrieron a socorrer al militar, ya muerto. En Madrid, en marzo de 1992, explotó un coche bomba que acabó con la vida de Juan José Carrasco, hijo de un efectivo de las Fuerzas Armadas. Ninguna de estas historias se contó en la comisión celebrada en el Parlamento de Navarra en la que las madres de los autores de estos crímenes hablaron sobre la dispersión de presos.
La comparecencia tuvo lugar el 9 de diciembre. Miembros de la organización Etxerat, que reivindica el acercamiento de los presos de ETA a sus lugares de origen, comparecieron en la Comisión de Relaciones Ciudadanas e Institucionales de la Cámara foral, presidida por Tere Sáez, de Podemos. Allí encontraron el apoyo de los partidos que componen Gobierno en la Comunidad: Geroa Bai, EH Bildu e Izquierda-Ezkerra (IE). En el acto participaron, entre otros, Manuela Martín, madre del terrorista Iñaki Etxeberria -miembro del comando Madrid-, y Maite Laborda, madre de Ibai y Mikel Ayensa -este último, condenado por los asesinatos de Caballero y Casanova-.
Bakartxo Ruiz, portavoz de EH Bildu, dio la bienvenida a los miembros de la organización Etxerat. Patricia Vélez López de Zubiria, portavoz del grupo, arrancó el acto denunciando los “27 años de dispersión sistemática” a la que se han visto sometidos los presos de ETA. Jaione Karrera, abogada, explicó los motivos por los que consideran que esta política vulnera los derechos fundamentales. Poco después llegaron las intervenciones de las madres de los terroristas encarcelados.
“Mis hijas y yo llevamos catorce años recorriendo miles de kilómetros”, explicó Maite Laborda Garmendia, madre de Ibai y Mikel Ayensa Laborda. Los dos terroristas, formados en la kale borroka navarra, se integraron en el comando Ekaitza, desarticulado en 2002. Mikel Ayensa fue condenado por los asesinatos de Tomás Caballero y Francisco Casanova, entre otros crímenes. La madre de los dos etarras expuso el “sufrimiento” al que ella y sus hijas se ven expuestas al recorrer “miles de kilómetros” para visitar a sus hijos.
Manuela Martín Santiago intervino después de Maite Laborda. La mujer explicó las dificultades económicas y físicas que para ella y su marido -“dos personas con muchos años”- supone viajar a la cárcel de Topas, en Salamanca. Allí está recluso su hijo Iñaki Etxeberria. Como en el caso anterior, tampoco se especificó el historial delictivo del terrorista, miembro del comando Madrid. Etxeberria, conocido con el sobrenombre de Mortadelo, fue condenado por la Audiencia Nacional a 457 años de prisión por un atentado perpetrado con coche bomba en la plaza de la Cruz Verde, en Madrid, en el que murieron cuatro militares y un telegrafista civil, y a otros 30 por el asesinato de Juan José Carrasco, hijo de un efectivo de las Fuerzas Armadas.
“En ninguna de las intervenciones se dedicó una sola palabra al motivo por el que los terroristas están en la carcel”, lamenta María Caballero, concejal de UPN en Pamplona e hija de Tomás Caballero; una afirmación que han repetido otras víctimas del terrorismo en la Comunidad Foral. “Sólo se escuchaba el drama de que están muy lejos -prosigue-, los kilómetros que recorren, gente que no les pueden ver, la de niños que no pueden ver a sus padres… Entiendo que las familias sufran, lo que tiene que ser terrible, pero la responsabilidad de su sufrimiento y del nuestro tiene que estar en su casa”.
María Caballero lamenta que Geroa Bai -que preside la Comunidad foral con el apoyo de EH Bildu e I-E, y el beneplácito de Podemos-, así como estas tres fuerzas políticas, “empaticen prioritariamente el dolor de los padres [de los etarras] de los que nos han causado el daño”: “Me parece clave que los cuatro partidos lleven a la institución que nos representa a todos y de forma prioritaria -era de sus primeras comparecencias en una comisión nueva- a los familiares de los que han asesinado a vecinos navarros, amenazado, extorsionado”.
Tere Sáez, miembro de Podemos y presidenta de la sesión, se despidió de los miembros de la organización de Etxerat: "Esta comisión la tendrán abierta siempre para todo lo que tenga que ver con Derechos Humanos".