En apariencia, Manuela Carmena es el sacrificio público hecho persona: la mujer que llegó a la política empujada por Pablo Iglesias, que lideró Ahora Podemos empujada por Esperanza Aguirre y que se aupó como alcaldesa de Madrid empujada por el PSOE. Carmena es la jueza jubilada que llegó a candidata sin tener ganas de hacerlo; la mujer que saltó al ruedo obligada por los corruptos de guante y moqueta. Y eso que arrancó su carrera en el Partido Comunista de 1977, hace más de treinta años. En los comicios de mayo el artificio funcionó. Ahora Madrid obtuvo el 31,9% de los votos y diez meses después, la imagen se mantiene. Ahora y según el libro de Maruja Torres, la alcaldesa está triste. Otro punto a favor del sacrificio, ese de tomar a regañadientes lo que todos ansían: el bastón de mando.
Carmena pidió 100 días para su gobierno y ya ha pasado más del doble. ¿Qué hay de verdad en sus promesas? ¿Fue su campaña un canto de sirenas? Y sobre todo ¿cumple Carmena con el nivel de exigencia, de control, de transparencia que ella misma impuso a sus adversarios? La alcaldesa hizo de su ética un programa y ahora es el votante quien pasa factura. Con Carmena siempre hay buenas intenciones. Pero a veces, no se acompañan con actos:
1.- La cuenta ilegal de los juzgados
Cuando Fernando Fernández Martín llegó al decanato de los Juzgados de Madrid en noviembre de 1996, se encontró con que su antecesora Manuela Carmena había abierto una cuenta ilegal. Pese a que la legislación estipula que todas las cuentas de los juzgados deben estar inscritas para su control en el Ministerio de Justicia, Manuela Carmena abrió en 1993 un depósito bancario sin pasar por el trámite administrativo. Allí, la entonces decana de los juzgados de Madrid ingresaba el dinero que el decanato recibía por las máquinas de café y refrescos de los juzgados. En la cuenta se ingresaba también el dinero obtenido por la venta del papel para reciclar. En total, en los tres años que estuvo operativa, la cuenta recibió ingresos por valor de 21,5 millones de pesetas (126.000 euros).
El depósito quedó bloqueado de forma inmediata cuando Carmena dejó el cargo. Además, el nuevo decano ordenó una investigación para analizar la procedencia y legalidad de los gastos. "Se detecta que algunos de ellos no están debidamente justificados", refleja el informe de auditoría realizado por funcionarios del decanato. Según el libro de contabilidad de la cuenta, abierta en el BBVA, la mayoría del dinero era destinado a sufragar gastos puntuales y comidas por parte del decanato. Los funcionarios investigaron también los pagos frecuentes a Manuel Cruz Bazales, un informático que trabajaba para el decanato como autónomo y dos ingresos importantes: el primero, remitido desde la propia administración, fue enviado en pago por un informe sobre legislación laboral relizado desde el decanato. El segundo, procedente del propio BBVA, fue justificado por el banco como una donación para que el decanato de Carmena realizara un documental sobre la Justicia. En esas fechas, el BBVA era la entidad que controlaba las cuentas de los distintos juzgados de Madrid, que atesoraban un saldo millonario.
Tras analizar la cuenta, el propio ministerio de Justicia con Margarita Mariscal de Gante a la cabeza- reconoció en sus informes que el depósito era ilegal al eludir todos los controles de intervención y fiscalización y al realizarse de forma discrecional autorizaciones de gastos. Pese a la irregularidad administrativa, la investigación no tuvo mayores consecuencias para Manuela Carmena.
2.- Las buenas intenciones por encima de la ley
Algún incidente ocurrido en esa etapa al frente del Decanato de los Juzgados de Madrid revela bien la filosofía de gestión de Manuela Carmena. Por las bravas y sin importar el formalismo legal, eso sí, a favor de una "buena causa".
La deteriorada situación del depósito de efectos judiciales, donde se acumulaban durante años las pruebas de los delitos que estaban siendo investigados por los Juzgados, llevó a Carmena a arramplar con muchos objetos discrecionalmente elegidos. Entre ellos se encontraba una partida de pantalones vaqueros Charro intervenida por la Guardia Civil en 1992 creyendo que eran falsos. No lo eran: los empresarios fueron juzgados y absueltos cuatro años después y, lógicamente, reclamaron sus pantalones. En el depósito sólo se encontraron 231 de las 703 prendas decomisadas. 55 pantalones se habían perdido y 417 habían sido entregados por el Decanato a las asociaciones "Madres contra la droga" y "Alucinos".
Se instruyó un expediente de responsabilidad patrimonial de la Administración en el que tanto el Consejo General del Poder Judicial como el Consejo de Estado informaron a favor de indemnizar a los empresarios en 6,1 millones de pesetas de la época (36.878,10 euros), precio de los pantalones no devueltos. La generosidad de Carmena la pagó el Estado. No hubo ninguna consecuencia para ella por disponer de efectos judiciales sin competencia legal y sin autorización de los jueces de instrucción y de lo penal encargados del proceso.
3.- Su papel como jueza penitenciaria
Antes de ser elegida decana de los Juzgados de Madrid, Carmena fue jueza de vigilancia penitenciaria, un destino que desempeñó durante cuatro años. Su lema: "hay que vaciar las cárceles". Casi lo consigue. Se caracterizó por dar permisos, terceros grados y libertades condicionales a presos condenados por graves delitos de terrorismo o de tráfico de drogas.
Funcionarios de prisiones recuerdan que eran sistemáticamente desautorizados por Carmena y sindicatos como UGT hicieron públicas denuncias de que la jueza de vigilancia penitenciaria daba permisos extraordinarios a internos clasificados como peligrosos, como el caso de un presunto narcotraficante del cartel de Medellín que luego se fugó. Pablo Sánchez Escobar, pariente del jefe del narcotráfico colombiano Pablo Escobar, abandonó la prisión de Carabanchel gracias a un permiso de salida concedido por Carmena sin el informe previo del equipo de observación del centro.
4.- Pagó a los bancos y no a los trabajadores
Eduardo Leira, además de pareja de Manuela Carmena, era un arquitecto de éxito hasta que llegó la crisis. Cuando las cosas empezaron a ir mal, su despacho de arquitectura -i3 Consultores- entró en quiebra. Meses después, la empresa se declaró insolvente y no pagó los atrasos -siete meses de nóminas y la indemnización- a varios trabajadores. Según una nota pública emitida por los trabajadores cuando la empresa les debía ya cinco mensualidades, Eduardo Leira ejecutó una separación de bienes con Manuela Carmena. La Justicia no advirtió nada ilegal en ello.
Sin embargo, la decisión contrasta con la ética predicada por Carmena, más si tenemos en cuenta que ella misma avaló con su propio dinero 800.000 euros de un crédito bancario para su marido. Ella mantiene que lo hizo para salvar la empresa "y a sus trabajadores". Sin embargo, la declaración de insolvencia de la compañía se realiza por los 128.000 euros adeudados a los empleados. Los bancos, por lo tanto, sí cobraron su dinero. En sus explicaciones públicas en plena campaña, la alcaldesa aseguró que tras la escasa fortuna de su marido en los negocios, la vida en su familia era austera: "Los que hablan de coches y casas, que vengan a mi casa y lo vean. Tenemos el mismo desde hace 20 años". Diez meses después en su declaración de bienes, la primer edil ha reconocido, por ejemplo, que tienen 430.000 euros invertidos en acciones.
5.- Indicios de tres presuntos delitos
El pasado 15 de diciembre, EL ESPAÑOL publicó en exclusiva que una jueza de Segovia aprecia indicios de delito contra Manuela Carmena y su marido. La investigación tiene que ver directamente con los negocios inmobiliarios del marido de la alcaldesa, y con una querella presentada por Manos Limpias en plena campaña electoral. El abogado del sindicato presentó su escrito en Segovia y la jueza, al apreciar indicios de delito, se inhibe en favor de los juzgados de Madrid.
Tras el comunicado hecho público por los trabajadores de i3 Consultores en Libertad Digital, Manos Limpias denunció a la alcaldesa por insolvencia punible, delito contra la Seguridad Social y contra los derechos de los trabajadores. La denuncia se basa en los testimonios de varios ex empleados, que relatan como eran contratados por el estudio de arquitectos como falsos autónomos. Además, la denuncia analiza la cesión de una finca que era propiedad de su esposo pero que en 2011 pasa a ser del pleno dominio de la actual alcaldesa de Madrid. Ahora, el caso pasará a reparto a los juzgados de Madrid, que serán los encargados de determinar si la investigación sigue o no adelante.
6.- 120.000 euros en efectivo sin origen conocido
Manuela Carmena pagó en efectivo 120.000 euros en 2003 para comprar una vivienda. Y todavía no ha dado explicaciones concretas de la procedencia del dinero. El pasado 2 de diciembre, todos los concejales del Ayuntamiento de Madrid hicieron público su patrimonio en la página web del ayuntamiento. Carmena reconoce en el documento poseer bienes por valor de 860.000 euros, pero la cifra en realidad es mucho mayor.
En el documento presentado por el Ayuntamiento, la responsable de Ahora Podemos reconoce tener 430.000 euros invertidos en distintas acciones por medio de Bankinter. Además, Carmena tiene dos viviendas en propiedad. Una de ellas está en Madrid y otra en el municipio segoviano de El Espinar. El valor catastral de los inmuebles -que es el recogido por el documento- es de 390.000 euros en total, y dista mucho del precio real de mercado. Solo su residencia en Madrid cuesta más de un millón de euros a precio de calle.
Es precisamente este adosado el que ha protagonizado uno de los puntos más oscuros de la alcaldesa. El pasado 10 de diciembre el portal Ok Diario publicó que la primer edil había pagado 60.000 euros en efectivo para ampliarlo, comprando el 33% de una vivienda en 2003 a la abogada Cristina Almeida. Pese a que el asunto era una cuestión personal de Carmena, la web del Ayuntamiento lanzó un desmentido. Y reconoció entonces que la alcaldesa había pagado en realidad 120.000 euros en efectivo para formalizar la compra del inmueble. El texto publicado por el Ayuntamiento se esfuerza en recordar que la operación es completamente legal según la normativa de la época, ya que la ley que prohíbe pagos en metálico superiores a los 2.500 euros se aprobó en 2012.
Tras la publicación de la noticia, la portavoz municipal Rita Maestre se apresuró a validar el origen del dinero. La concejala aseguró que Manuela Carmena utilizó sus ahorros para hacer frente a los pagos. Sin más datos. Sin una sola constancia documental de cómo la alcaldesa atesoraba esa cantidad en efectivo.
7.- Los desahucios
Al llegar a la Alcaldía de Madrid, Carmena se propuso pactar con los bancos la cesión temporal de viviendas para garantizar "soluciones habitacionales" a quienes han sido desahuciados de sus casas por falta de pago. Pero su actuación no siempre ha ido en la misma dirección. Veteranos jueces de Madrid que conocieron la etapa de la ahora alcaldesa en el Decanato de los Juzgados recuerdan que Manuela Carmena promovió la implantación de distintos servicios comunes, entre ellos uno que agilizó los embargos y y lanzamientos de personas desahuciadas.
8.- Versión Original: la web de los desmentidos
El 15 de julio de este año -cuando el gobierno de Manuela Carmena llevaba dos meses operativo tras una campaña plagada de promesas- el ayuntamiento decidió hacer público su nuevo proyecto, llamado Versión Original. El equipo de Carmena tuvo la idea de crear un portal de contrainformación; una web donde el ayuntamiento pudiera desmentir de forma oficial las informaciones que considerase erróneas. En teoría, el servicio nació con una intención constructiva; la de aportar una información de más calidad al ciudadano. En realidad, se convirtió en un muro de escarnio para periodistas críticos. El primer día, la web aportaba ya correcciones para ocho noticias distintas. Ninguno de los medios aludidos tuvo posibilidad de aportar su versión o rebatir los datos publicados por el ayuntamiento. De hecho, a día de hoy la web todavía no permite comentarios. Para el ayuntamiento, la única Versión Original es la de Manuela Carmena.
La puesta en marcha de la web supuso la oposición frontal de las asociaciones de periodistas. La presidenta de la Federación de Asociaciones de Prensa de España (FAPE), Elsa González, criticó públicamente la iniciativa al advertir en ella "un halo de censura". El PSOE madrileño, que apoyó la investidura de Carmena, solicitó un cambio en el portal para que citara únicamente a los medios de comunicación con noticias incorrectas, pero no a los periodistas. Desde entonces el nivel de información publicado en el portal ha disminuido de forma notable y ningún otro partido representado e el Ayuntamiento (PP, PSOE o Ciudadanos) han hecho uso de él para rectificar noticia alguna.
En sus dos últimas aclaraciones, Versión Original aporta datos sobre dos temas concretos. Dos cuestiones que nada tienen que ver con la marcha del ayuntamiento pero sí con la vida privada y los negocios de la actual alcaldesa: su declaración de bienes patrimoniales y la admisión a trámite de una querella que le afecta tanto a ella como a su marido por la quiebra de una constructora.
9.- Su divorcio con Podemos
Manuela Carmena fue la One Girl, la gran baza de Pablo Iglesias para destronar a Esperanza Aguirre y conseguir que Madrid fuera la principal alcaldía del cambio. Pero ahora, Carmena se desliga de Podemos cada vez que puede. La ruptura de la alcaldesa con el partido violeta se ha hecho completamente palpable en estas campaña electoral, cuando la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, viajó hasta Madrid para apoyar a Pablo Iglesias ante la falta de presencia de la propia Carmena.
Carmena reivindica una y otra vez su independencia de Podemos. Pero se vale de la formación para seguir en el cargo. Basta ver en su gobierno nombres como el de Rita Maestre, miembro de la ejecutiva estatal de Podemos y portavoz municipal. Lo de Carmena e Iglesias fue una simbiosis política. Una relación donde los dos unieron fuerzas para alcanzar un objetivo. Carmena ya alcanzó el suyo. Ahora, mientras Iglesias peleaba por conseguir el suyo, la alcaldesa del cambio se ha echado a un lado.