Según fuentes políticas de la más alta solvencia, existe un intento, con una fórmula hasta ahora inédita, de hallar una mayoría de gobierno que permita superar el atasco creado con los resultados del 20-D.
Consistiría en formar un Ejecutivo monocolor del PP con el apoyo externo de Ciudadanos, así como del PNV y de los ocho diputados de la desaparecida CDC. Las fuentes consultadas no integran en esta fórmula al diputado regionalista canario. Una finalidad decisiva es la voluntad de parar el paso a Podemos y la admisión de que un pacto con el PSOE resulta prácticamente imposible.
Una de las fuentes afirma: “Estaríamos encantados de que el PSOE fuese más socialdemócrata y estuviese en nuestro lugar, o a nuestro lado. Pero comprendemos las dificultades que le afectan”.
Según un protagonista del intento, las nuevas Cortes "están formadas por dos bloques antagónicos, prácticamente idénticos, de menos del 50% de los diputados. Dos bloques que no pueden pactar entre sí, aunque lo deseasen. Por ello, hay que buscar soluciones inicialmente impensables, recuperando visiones centradas en el bien común”.
La operación requiere la desaparición política de Artur Mas y un cambio de rumbo del pujolismo. Esto sí que está en marcha. Cuenta con el apoyo de quienes continúan siendo muy próximos a Jordi Pujol.
El apoyo de Ciudadanos sería una garantía del fin del secesionismo. Una compensación para catalanes y vascos consistiría en una ponderada reforma constitucional y la mejora del tratamiento fiscal de Cataluña. Rajoy lo intentó, junto con el blindaje legal del catalán, pero Mas ni quiso escucharle.
177 diputados
La base aritmética de la operación son los 123 diputados del PP, los 40 de Ciudadanos, los 8 de la ex CDC y los 6 del PNv. Suman 177, que fácilmente podrían pasar a 178 con el diputado canario. Para la mayoría se requieren 176 escaños.
Ignoro el origen de la operación. Pero tengo una idea de su ambicioso alcance. Conozco algo de la implicación catalana por parte de sectores hoy muy contrarios a Mas que están empezando a articularse. Tengo presunciones respecto del interés por parte de intereses económicos.
La operación pasa por liquidar políticamente a Mas, que en las últimas 48 horas ha vuelto a lo lograr la cuadratura del círculo, elogiando muy enfática y públicamente la franquicia catalana de Podemos y criticando a la CUP, organización que se suicidaría si aceptase la candidatura de Mas. En todo caso, Mas es, de siempre, un marxista, pero de seguir a Groucho Marx en aquello de “estos son mis principios, pero si no te gustan tengo otros”.
En todo caso, hay muchos flecos, muchos de ellos importantes. ¿Qué pasaría con las imputaciones de la familia Pujol, suponiendo que el expresidente esté en el ajo? Podría no estarlo, pero cuesta imaginarlo. Según las fuentes consultadas, Ciudadanos reclama una gran severidad contra la corrupción y Rajoy lo acepta. También afirman que ven muy difícil el protagonismo de Rajoy. Reconocen que deberá haber transparencia en cualquier diálogo y participación de muchos interlocutores.
Miedo a Podemos
Dentro de una CDC en vías de desaparición ya está organizado y en marcha un abandono del secesionismo y, en especial, la liquidación política de Mas. Pero el miedo a Podemos también pesa, y mucho.
El proyecto está encima de las mesas más importantes. Pero seguro que no es el único porque, entre otros motivos, es un asunto de interés europeo. En este ámbito las tonterías secesionistas nunca despertaron el más mínimo interés.
Habrá que esperar. Poner algo sobre un papel es más fácil que hacerlo asumir por una pluralidad de actores. Muchos de ellos son supervivientes de combates que nunca debieron existir.