El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, mantuvieron un encuentro al término del partido que, en la noche del sábado, enfrentó en el Camp Nou a las selecciones de fútbol de Cataluña y País Vasco. En la reunión analizaron la situación en la que se encuentra el país tras las elecciones y han asegurado que los problemas del Estado "no sólo están vinculados a las mayorías necesarias para formar un Gobierno estable", sino también a esa ausencia de reconocimiento de la plurinacionalidad como quedó constado, señalaron, el pasado 20-D.
"Las últimas elecciones generales evidencian este pluralismo y deben de ser el punto y final a una forma de hacer basada en la imposición y la falta de diálogo", han indicado desde la Presidencia del Gobierno vasco en un comunicado.
"Gobernar debería ser antes que nada escuchar a aquellos a los que se pretende gobernar. No ha sido así y las consecuencias son visibles para todos", ha añadido.
Tras los comicios del pasado 20-D, existe la posibilidad -por primera vez en democracia- de que no gobierne el partido más votado. El PP, con 123 escaños, se ha quedado muy lejos de la mayoría absoluta fijada en 176 y no le bastará pactar con Ciudadanos, con 40 escaños, para poder gobernar.
Los resultados del pasado domingo podrían traducirse en un Congreso dividido en el que la elección del próximo presidente dependerá de la capacidad de negociación de los partidos y, ante la falta de mayorías absolutas, hipotéticamente el nacionalismo y el independentismo podrían jugar un papel bisagra y determinar el Gobierno, bien votando a favor bien con su abstención.
Oportunidad ante los "problemas estructurales"
En este contexto, Mas y Urkullu han hecho hincapié en su reunión del sábado en que estos resultados "deberían ser una oportunidad para dar cauce de solución a los graves problemas estructurales del Estado", y han alertado de que hay demasiadas "propuestas de vetos y líneas rojas en lugar de planteamiento de soluciones".
"No se percibe un verdadero diálogo con ánimo de llegar a acuerdos, ni un verdadero compromiso con esta cuestión, ni por parte de los principales partidos políticos, ni por parte de otros poderes del Estado", han afirmado desde el Gobierno vasco.
"El propio discurso de Navidad del rey Felipe VI evidenció esta falta de compromiso y altura de miras", han criticado.
Críticas a Felipe VI
En la línea de esta crítica contra la falta de reconocimiento del pluralismo en el país, Mas y Urkullu han indicado que el propio Estado "lejos de arbitrar cauces de expresión y solución a las demandas de reconocimiento de la diversidad", ha caminado en dirección contraria, dirigiéndose hacia la "uniformización y la recentralización".
"El ejemplo más sangrante de ello es el reparto injusto y arbitrario del esfuerzo de ajuste presupuestario, que ha descansado fundamentalmente sobre la sanidad, la educación, los servicios sociales y demás materias confiadas a los gobiernos autónomos, a los que por otro lado se ha dejado sin capacidad ni margen de decisión política", han indicado desde el Gobierno vasco.
En el contexto de la reunión, los dos dirigentes se han comprometido a compartir información e "iniciativa política" ante el nuevo tablero político y han reiterado "el respeto y la simpatía" por sus respectivos programas, "opciones democráticas y pacíficas avaladas por amplias mayorías democráticas tanto en el País Vasco como en Catalunya".
Asimismo, ambos han señalado la urgente necesidad de consolidar "la incipiente recuperación económica" afirmando que "la reducción del paro y la creación de puestos de trabajo es la mejor política social posible".