“Cuando García Márquez tuvo que matar a Aureliano Buendía, el protagonista de Cien años de soledad, el autor lloró durante horas por dicho asesinato. No hubo nacimiento, muerte o aflicción en su literatura que no le preocupara hasta lo más profundo de su ser y él inspiraba esa misma pasión a sus lectores”. No es habitual que un directivo elija a García Márquez para alentar a unos estudiantes sobre la necesidad de trabajar con la misma intensidad con la que escribía el autor colombiano.
Pablo Isla no es un ejecutivo al uso. Quizás por eso apeló a la emoción en su discurso ante los graduados del MBA del IESE de 2014. No es un directivo al uso porque sus apariciones públicas son contadas, pese a encabezar la primera empresa española por valor en bolsa. Sólo comparece ante la prensa una vez al año, coincidiendo con la presentación de resultados anuales de Inditex. No da entrevistas. Sus intervenciones en conferencias pueden contarse con los dedos de una mano y asume que hablar en público no es su prioridad.
“Siempre me da un poco de vergüenza hablar de Inditex, te pones a hablar de nuestro modelo, de cómo haces las cosas...”, reconocía este otoño ante la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE). En ella, desgranó, con detalle, cómo es el modelo de negocio de la empresa dueña de Zara, Berschka o Pull & Bear. “No nos prodigamos mucho en apariciones públicas”, asumió.
Una década al frente del ‘imperio’ gallego
Isla llegó al grupo de Arteixo en junio de 2005. Casi nadie esperaba que la empresa dueña de Zara se fuera a pescar en la tabacalera Altadis al sucesor de su fundador, Amancio Ortega. Él fue el recambio de José María Castellano como consejero delegado del grupo y en su haber pesó, sobre todo, su experiencia en la logística, uno de los porqués del éxito de Inditex. Llegó a La Coruña por la intermediación de una firma de cazatalentos.
Isla, casado y con tres hijos, nació en Madrid en 1964. Su educación pasó por lo privado y por lo público. Por el colegio Nuestra Señora del Recuerdo, los jesuitas (donde también estudiaron, por ejemplo, Rodrigo Rato y Alberto Ruíz-Gallardón), y por la Universidad Complutense de Madrid, donde estudió Derecho. Un año después de acabar la carrera aprobó las oposiciones a abogado del Estado. Ejerció como tal hasta que, en 1992, fue nombrado director de los Servicios Jurídicos del Banco Popular, donde estuvo cuatro años.
De la banca, al sector público y viceversa. En 1996 fue nombrado director general de Patrimonio del Estado pero sólo dos años después volvió al Popular. Allí permaneció hasta el cambio de milenio. En el año 2000 fue nombrado presidente de Altadis. Sustituyó en el cargo a César Alierta a quien, en cierto modo, sigue ligado. Isla forma parte del consejo de administración de la operadora de telecomunicaciones y, en más de una ocasión, su nombre ha sonado como su sucesor en la presidencia.
También estuvo en la quiniela para encabezar Bankia. Incluso se le ha llegado a colocar en política. “Me veréis toda la vida en el grupo Inditex”, aseguró hace cinco años a los medios de comunicación tras una presentación de resultados del grupo gallego. Entonces, los rumores sobre su futuro estaban más caldeados. Ésa fue una de las pocas ocasiones en las que habló de sí mismo. A la presidencia de la textil llegó en enero de 2011. “Ahora es el momento”, justificó Amancio Ortega.
Discreta curiosidad
“Curioso, inteligente, trabajador, discreto...”. Así definen a Isla empleados de la multinacional. Esta Navidad, por ejemplo, se ha tomado un respiro, pero no ha desconectado del email, aseguran. Pese a su diferente carácter, encajó con Ortega. Y encajó en Galicia, aunque sigue siendo madridista. Prueba de su integración es que era uno de los habituales de Casa Platas (en Aranga) y de su lacón con grelos.
Desde su llegada al imperio textil hace diez años, la multinacional española no ha cambiado en su planteamiento empresarial, pero sí de dimensión. En el último año antes de su llegada, Inditex facturaba 5.670 millones de euros, en el año fiscal que aún no ha terminado (concluirá el 31 de enero de 2016) dejará atrás los 20.000 millones. En 2004 tenía cerca de 2.250 tiendas, hoy está a punto de alcanzar las 7.000 y supera los 140.000 empleados en todo el mundo.
Hoy tenemos 500 tiendas en China y 10.000 empleados, hace 10 años nos hubiera parecido ciencia ficción
Uno de los motivos que explican este crecimiento hay que buscarlo en Asia. En concreto en China. Inditex abrió su primera tienda en el gigante asiático en 2006, en Shanghai. “A las empresas nos afecta la globalización porque aparecen oportunidades impensables. Hoy tenemos 500 tiendas en China y 10.000 empleados, hace 10 años nos hubiera parecido ciencia ficción”, reconoció el propio Isla. “Tienen gusto por la moda y una clase media incrementándose. Es imposible verle el límite”.
No es habitual que Inditex hable de su propio negocio, más allá de las informaciones de resultados que, obligatoriamente, tiene que realizar en cada trimestre. Sin embargo, en su intervención antes los directivos de CEDE habló con detalle de cómo funciona la multinacional. De cómo abrió su primera tienda en La Coruña en 1975 y, en 1989 ya estaba en Nueva York y en París. “Si quiero estar entre los mejores, tengo que ir a dónde están, porque en este mercado no hay barreras”, justificó.
Y explicó la gran diferencia de Inditex frente a sus rivales: su capacidad de reacción a mitad de temporada. Mientras otras grandes textiles planifican una colección de verano y otra de invierno y tiran de ellas, Inditex cambia el paso en función de los gustos y preferencias de los clientes. “Todas las semanas llega algo nuevo a una tienda”, explicó. En concreto, cada tienda recibe dos envíos. “Uno, entre lunes y martes, para que el jueves esté en tienda; y otro entre el jueves y el viernes para que esté en tienda el lunes por la mañana”.
Su apuesta por el comercio electrónico
Cuando Isla llegó a Inditex le precedía su experiencia en Altadis. Allí también estaba al frente de Logista, la filial dedicada a la actividad de recoger, empaquetar y enviar. Sabía cómo funcionaba la pieza esencial de cualquier negocio de comercio (también el electrónico) y donde se gana o pierde la batalla por la rentabilidad.
Dos años después de su aterrizaje, en 2007, Inditex comenzó a vender en la red a través de Zara Home. El inicio fue a través de una filial con sede en Irlanda (ITX Fashion) y en 2009 creó su primera filial (Fashion Forwarders Logistic) especializada en los envíos internacionales para las marcas del grupo. Esta sociedad factura 368 millones en servicios al propio grupo y se erige en una de las llaves de las economías de escala que han permitido al grupo español ganar dinero con su actividad online.
Su escaparate en web (y aplicación) es el más visitado de sus casi 7.000 tiendas, por delante de las mejores calles del mundo. Sólo Zara.com atesora 22 millones de usuarios mensuales, según la estimacion Similarweb. Para el grupo es una tienda más, básicamente porque el tráfico se mueve entre lo físico y lo online, según explican desde el grupo. La compra de una prenda en la red, permite su recogida y devolución en tienda, y visitarla conlleva volver a comprar. Suma y sigue.
Por eso, la red es el motor del negocio de la compañía. En opinión del banco de inversión Citigroup, “Inditex es uno de los pocos y verdaderos beneficiados del rápido trasvase del modelo físico a digital que se está produciendo”. A cierre de año, la matriz de Stradivarius y Oysho vende online en casi una treintena de países (con tiendas físicas está en 88), el último paso lo dio en diciembre, cuando empezó a vender online en Australia, su primer movimiento digital en el hemisferio Sur.
También la red le permite alianzas que no concibiría en el mundo físico, como vender a través de otro operador. En la red está presente en Tmall, el centro comercial online de Alibaba. También participa en el '11 del 11' (el 'Día de los Solteros') de la plataforma china, el gran mercadillo virtual exprés. Ese día rompe los registros y, durante esas 24 horas, la empresa de Jack Ma registra una actividad comercial equivalente a todos los ingresos anuales de la empresa española.
¿Cuánto vende Inditex en la Red?
Inditex no da cifras desagregadas de forma voluntaria, aunque sí da pistas a través de los registros mercantiles de España e Irlanda, donde depositan sus cuentas las filiales Fashion Retail -que contabiliza las ventas en el mercado europeo occidental- e ITX Fashion, la sociedad a través de la que comienza a operar ‘online’ en 2007 y que ahora recoge los ingresos en EEUU, Canadá y Japón.
Entre ambas registraron el pasado ejercicio unas ventas conjuntas de 831 millones de euros al cierre de su último año fiscal (hasta 31 de enero de 2015), sin contar aún todo lo que vende en Asia-Pacífico, Rusia y Europa del Este, Sudáfrica o Latinoamérica. Por eso, fuentes del sector, estiman que su facturación digital anual está entre 1.200 y 1.500 millones, cifra que crece más de un 20% cada año.
Tras tres años de actividad oficial en España -en 2011, el negocio online se mudó de Dublín a Arteixo- es la principal tienda española en la red. Según las proyecciones que se manejan en el sector a partir de los datos de la CNMC, el comercio electrónico en España moverá cerca de 20.000 millones de euros al término de 2015. De ellos, el negocio de la moda es el 5,4%.
“Durante los últimos cuatro años, casi todo el crecimiento del mercado de la moda procede del canal online”, explica Citi. Este banco de inversión estima además que la empresa española tiene margen para ser rentable en internet, al contrario que rivales como Primark, al que su estrategia de precios no le permite ganar dinero si sale a vender a la Red.
Con todo, bajo la dirección de Isla -que el pasado año cobró casi 8 millones de euros- durante una década, el valor en bolsa de la empresa ha pasado de 17.000 a más de 100.000 millones de euros; se han más que triplicado las ventas, los beneficios y el número de tiendas. Este año, además, Isla ha sido nombrado el tercer mejor directivo del mundo, según Harvard, por detrás de Lars Rebien Sorensen, presidente de la farmacéutica danesa Novo Nordisk; y del ya expresidente de la tecnológica Cisco Systems, John Chambers.
Su próximo objetivo en Inditex está dentro de los probadores. La compañía ha empezado a testar en un Zara de San Sebastián la colocación de pantallas. Desde ellas, los clientes podrán pedir prendas, ver qué combina con lo que están probando o consultar a un personal shopper. Es el ejemplo de la integración de lo virtual y lo real.