Las fuerzas del Estado Islámico en Irak. Los envites de Al Shabaab en Somalia. El enjambre yihadista de Mali. El terrorismo internacional golpea la vida de millones de personas en escenarios no tan distantes, africanos o de Oriente Medio -también en el Mediterráneo-, y mil efectivos españoles tratan de frenar sus zarpazos: diez misiones internacionales contra las diferentes formas en las que se manifiesta el terror.
Desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) siempre se ha defendido la participación en estas misiones, con el objetivo de contener la amenaza terrorista en origen y evitar que el riesgo pueda ser mayor y más grave. Además, se ha considerado que el mejor valor para hacer frente al enemigo es la inteligencia, y no tanto un despliegue real de gran magnitud. Por eso, en la mayoría de los escenarios, la aportación de las Fuerzas Armadas pasa por el adiestramiento de las tropas locales y el asesoramiento en las esferas militares.
África subsahariana, el polvorín yihadista
La impunidad con la que los yihadistas operan en buena parte de Mali quedó reflejada el 20 de noviembre de 2015, cuando un grupo de terroristas asaltó un hotel de la capital, Bamako, y se llevó la vida de una veintena de personas. A la zona norte del país apenas llegan las estructuras gubernamentales y mucho menos la autoridad; es allí donde el terror opera con libertad. Francia, por las relaciones históricas que ha mantenido sobre Mali, es quien lidera la lucha contra estos grupos, que en su mayoría han jurado fidelidad a Al Qaeda. España colabora en esta operación con 117 soldados que forman, entre Bamako y Koulikoro, al Ejército maliense.
Además, otros 57 efectivos pertenecientes a un destacamento aéreo permanecen desplegados en Senegal, con el fin de ofrecer apoyo logístico a la misión de Mali. Estos últimos soldados no deben confundirse con los otros 43 que están repartidos entre Senegal y Cabo Verde, que asesoran a las fuerzas locales en materia de Defensa.
El escenario de República Centroafricana tiene matices diferentes a los anteriores: no son los grupos yihadistas los que causan estragos, sino las milicias Seleka (de corte musulmán) y Anti-balaka (cristianas), enfrentadas entre sí en un conflicto de poder. Los 22 militares españoles presentes en el país, encargados del asesoramiento al Ejército local y de la protección de la misión de la UE de la que forman parte, sufrieron un tiroteo de las milicias en noviembre de 2015. Ninguno de ellos resultó herido. En Gabón, además, hay otro destacamento aéreo compuesto por 46 militares que prestan apoyo a los franceses, desplegados también en República Centroafricana.
El mapa africano lo completan los 12 militares españoles que en Somalia, uno de los países más inestables del mundo, adiestran a las tropas. El terrorismo de Al Shabaab -grupo fiel a Al Qaeda- primero, y la piratería, después, dinamitan la frágil seguridad que se respira en la región.
La lucha contra el Estado Islámico
El Estado Islámico -o Daesh-, aunque sin ser la organización con mayor actividad terrorista, sí ha copado el protagonismo en la escena internacional por su maquinaria de propaganda y los atentados perpetrados en suelo europeo. Una de las regiones en las que está extendiendo su pretendido Califato, además de Siria, es Irak. Allí están destinados 301 soldados españoles que adiestran a las tropas de élite iraquíes. La misión se enmarca en el operativo que la coalición internacional -compuesta por más de 60 países y bajo el liderazgo de Estados Unidos- mantiene sobre el terreno.
En Turquía, que al otro lado de su frontera se encuentra con el conflicto sirio, es otro de los escenarios en los que participan las Fuerzas Armadas: 129 militares sostienen una batería Patriot frente a la amenaza de un ataque con misiles balísticos.
Tráfico de personas en el Mediterráneo
La fragata Canarias rescató este lunes a 119 personas que viajaban a la deriva en el Mediterráneo. La embarcación, de 15 metros de eslora, sobrecargada y con riesgo de hundimiento, trataba de llegar a costas europeas, huyendo de la inestabilidad de sus países, muchas veces propiciadas por el terrorismo. En total, 258 soldados españoles luchan contra el tráfico de seres humanos y a prevenir su muerte en el mar.
Además de la fragata Canarias, en el Mediterráneo está desplegada la Blas de Lezo. “España colabora regularmente con Active Endeavour, aportando unidades militares, centros en tierra y medios civiles para supervisar el tráfico marítimo”, detallan desde Defensa. El objetivo: que el terrorismo no se extienda a través del mar.