Tres años han transcurrido desde que cinco jóvenes murieron por una avalancha humana durante una fiesta de Halloween celebrada en el recinto municipal de Madrid Arena, en la Casa de Campo. Hoy ha arrancado el juicio con la declaración del principal acusado de la causa, Miguel Ángel Flores, el promotor de la fiesta. Durante su interrogatorio ha reconocido que encargó 17.500 entradas para su venta, 7.000 más del aforo fijado por Madridec, la empresa municipal que gestiona el pabellón.
Flores, acusado de cinco delitos de homicidio imprudente por los que se enfrentan a una petición fiscal de cuatro años de cárcel, ha intentado justificar la sobreventa de tickets. Explicó que cuando encargó las entradas, Madritec todavía no había fijado el número de aforo. Una vez que lo estableció en 10.620 personas, dos días antes del evento, Flores ordenó la paralización de la venta.
Los datos aportados por la Policía científica durante la instrucción son bien distintos. Los investigadores cifraron en 23.000 personas, los asistentes a la fiesta y señalan precisamente a ese sobrepaso de aforo como una de las causas de la avalancha en la que murieron cinco chicas.
Además, en otro momento de su interrogatorio ha reconocido que ha hecho más de 30 eventos en el Madrid Arena y los aforos que le concedían en líneas generales eran de entre 9.000 y 10.000 personas, lo que no cuadra con la cantidad de entradas encargadas. "Es una locura lo que se dice de que se vendieran 22.000 entradas porque no caben en el recinto. En mi vida...", estaba declarando Flores antes de que le cortara la presidenta del tribunal que está enjuiciando el caso en la Audiencia Provincial de Madrid.
Flores ha desmentido estos datos. También ha negado que a partir de las tres de la mañana, minutos antes de que comenzaron las mino avalanchas, desde la organización se dejara pasar a personas sin ningún control. Según ha señalado al tribunal, a él lo que le interesa como organizador es vender entradas, no dejar entrar a la gente gratis.
Flores ha culpado al Ayuntamiento de Madrid por todas las deficiencias del recinto. La seguridad privada, era responsabilidad del consistorio; y fue Madridec -empresa pública- quien engañó con la licencia municipal del recinto. Éste tendría que haber sectorizado las plantas -es decir, cerrarlas para que la gente no pueda moverse entre las plantas y sólo pudieran acceder a la zona de donde han comprado el ticket-. “He realizado mas de 30 eventos allí y nunca ha pasado nada. Nunca Madridec me ha dicho que tenga que sectorizar las plantas. Esto lo sé ahora, que ha pasado la tragedia. Por lo visto, se estaba haciendo mal y a mi me lo estaban haciendo hacer mal”, espetó.
“Es de locos”
La fiscal presente en el juicio, le ha explicado cual era la razón de que sólo hubiera una entrada y no varias, lo que habría permitido más agilidad en la entrada y salida del recinto. “En esto sí quiero mojarme. En otros eventos se ha hecho idénticamente igual. No se porqué Madridec lo hace así o lo deja de hacer. No se cual es la causa de una tragedia que jamas tuvo que haber pasado. Que entrara todo el mundo por una misma entrada, por el anfiteatro, es de locos. Lo normal es que hubiese habido varias entradas”, indicó.
El acusado ha narrado aque aquella noche del 1 de noviembre de 2012, él se encontraba en la zona VIP junto a su pareja y unos amigos, cuando, sobre las 3:30 de la madrugada, le llamaron para pedirle que bajara a enfermería. “Fui a enfermería y me encontré a las dos pobres niñas dentro. Desde entonces no me moví de ahí”, ha indicado.
“Me llamó Simón -el médico que contrató y que se encuentra también acusado- y me dijo se me han ido. Yo me descompuse. Me puse a un lado. Yo no sabía lo que había pasado. No sabía el incidente. En ese momento hay una tercera y una cuarta niña. Luego me hablaron de unas bengalas y de una avalancha. En ese momento lo primero que pensé es que vendrían los medios y tendría que responder y tendría que estar al pie del cañón. Si hubiese querido esconder las urnas -donde se guardaban las entradas- lo hubiese hecho en cualquier momento. Además, en el video se ve que esa no es mi actitud”, destacó.
Durante la instrucción, la Policía determinó que una de las causas por las que se crearon cuatro pequeñas avalanchas y que no pudieran salir de la sala, es que varios vomitorios estaban cerrados. A preguntas de la fiscal, el acusado sostuvo que desconocía que los puntos de salida estuvieran cerrados y deslizo que había la posibilidad de que la puerta estuviera cerrada pero no con llave, y fuera “producto del pánico” lo que que impidió a la gente poder abrirlas.