El hijo del ex embajador español en Venezuela ha cobrado al menos 3,8 millones de euros en comisiones de la petrolera estatal venezolana. PDVSA (Petróleos de Venezuela) ha instrumentado la mayor parte de los pagos a través de una sociedad pantalla panameña con cuenta en Suiza, una empresa a nombre de fiduciarios de la que Alejo Morodo ha reconocido su titularidad a este diario.
Según ha podido acreditar documentalmente EL ESPAÑOL, los pagos de PDVSA al hijo del diplomático socialista Raúl Morodo, que fue embajador de España en Venezuela bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, comenzaron poco después de que su padre abandonase el cargo, concretamente en agosto de 2008. A partir de esa fecha y hasta 2013 se sucedieron decenas de transferencias realizadas por supuestas labores de “asesoría jurídica”.
Buena parte de estos cobros fueron percibidos por Alejo Morodo a través de una sociedad instrumental panameña denominada Furnival Barristers Corporation, con domicilio en Plaza 2000 Building, 50 TH ST, con cuenta en el Credit Suisse de Ginebra con la siguiente numeración: CH 67048351435769620100. El resto los percibió a través de su bufete madrileño, Aequitas Abogados y Consultores Asociados, S.L.
El pagador, investigado por corrupción en EEUU
Por parte de la petrolera estatal las comisiones a Morodo fueron abonadas personalmente por el ex presidente de la entidad, Rafael Ramírez, investigado por las autoridades de Estados Unidos por corrupción. La Fiscalía americana le atribuye el cobro de sobornos y la utilización de sociedades corporativas de la empresa para blanquear dinero procedente del narcotráfico.
Esta investigación alcanzó recientemente al Banco de Madrid, radicado en Andorra, desembocando en su intervención. Y es que las autoridades americanas detectaron que otro ejecutivo de PDVSA, Rafael Jiménez, utilizó esta entidad financiera, conocida por haber albergado la fortuna oculta de la familia Pujol, para lavar fondos procedentes de la corrupción.
Las transferencias de PDVSA a Morodo van acompañadas del siguiente concepto: “Asesorías en el servicio de asesoramiento jurídico y gestión legal de documentación en materia de derecho mercantil, fiscal y contable en el Reino de España y Portugal a Petróleos de Venezuela y al Ministerio de Energía y Petróleos”. Y es que el mencionado Rafael Ramírez compaginó su puesto de presidente de la petrolera con la cartera de Energía y Petróleos del Gobierno de Hugo Chávez.
Actividades mercantiles sin identificar
Alejo Morodo ha reconocido en declaraciones a este periódico que los pagos que ha recibido por parte de PDVSA durante los últimos años “rondan los cuatro millones de euros”. No obstante, asegura que corresponden a servicios prestados por él a esta empresa “para implantarse en Europa”. Pese a la insistencia de este diario, no quiso concretar en qué consistieron los trabajos por los que cobró cuantías millonarias. “He realizado actividades mercantiles”, se limitó a precisar. En cuanto a la magnitud de sus honorarios, indicó que se deben “al volumen de las operaciones realizadas”.
Sin embargo, los datos no cuadra. La petrolera española no tiene actividad en España desde 2009, año en el que Morodo liquidó la filial abierta por PDVSA en nuestro país. Fuentes del sector patrolífero han confirmado además que la compañía estatal venezolana no tiene actividad ni intereses en suelo español desde hace años.
Este periódico requirió también a Morodo por la forma de cobro escogida, utilizando una cuenta en Suiza y una sociedad en Panamá. “Eso se hizo también por razones mercantiles, pero todas las operaciones están declaradas a Hacienda. Yo nunca haría nada ilegal o inmoral”. Según los documentos en poder de EL ESPAÑOL, lo que hacía Morodo era cobrar la mitad de sus honorarios con su sociedad en España y la otra mitad con la empresa abierta en Panamá. El mismo mes, giraba dos facturas con empresas distintas, pero por el mismo servicio.
Curiosamente algunas de las facturas giradas desde España llevan por concepto “asesorías realizadas en la República Bolivariana de Venezuela”, pese a que Morodo insiste en que los trabajos que realizó fueron siempre “en países europeos”. Asimismo, negó la participación de su padre en estas operaciones aunque confesó que “nunca ha vivido en Venezuela” y que conoció a los directivos de PDVSA “en uno de los viajes” que realizó a “visitar a su padre”.