La Policía Nacional detuvo este miércoles a 9 personas en una operación contra una red presuntamente vinculada al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que se ha llevado a cabo simultáneamente en Madrid, Valencia y Bilbao. De los 9 detenidos, 8 son de nacionalidad española, pertenecientes al colectivo Reconstrucción Comunista. El otro es turco y haría de "enlace directo" con el PKK, considerado organización terrorista. Además de los detenidos, se están citando antiguos miembros del partido por su presunta implicación en el envío de combatientes a Siria y Turquía.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, durante el registro en la sede de Reconstrucción Comunista, en la calle Diego Machado de Madrid, se encontró material para fabricar explosivos como nitrato potásico, azúcar y pólvora, así como un arsenal de armas entre el que se encontraban pistolas de aire comprimido, cuchillos, machetes, hachas, katanas, sprays, navajas, palos, escudos... La Policía está analizando además todo el material informático y documental intervenido en los registros que se llevaron a cabo también en los domicilios de los detenidos, donde se hallaron varias armas blancas.
La intervención, denominada 'Operación Valle', es la continuación de la investigación judicial dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco a raíz de la detención de Pablo D. O. y Álvaro F. R., los dos brigadistas españoles que lucharon durante seis meses en Rojava (Siria) contra "el fascismo del Estado Islámico" y se definían como "marxistas-leninistas consecuentes". Aunque en libertad, están imputados por un delito de integración en organización terrorista.
La Policía tiene constancia de que el Comité Central del partido les envió para apoyar a sus "camaradas turcos y kurdos y la clase obrera" que sufre la represión "ya sea del estado fascista turco, el estado fascista iraní, el sirio, o el iraquí". El Ministerio del Interior apunta que los detenidos, en colaboración con otros individuos en otros países de Europa, forman parte de la estructura armada de la organización terrorista encargada de colaborar y facilitar la integración de individuos en ella. Habrían facilitado la infraestructura necesaria para que otros "camaradas" viajasen al extranjero y se integraran en las filas de las Unidades de Protección Popular (YPG) -brazo armado del PKK-, donde recibían adiestramiento en el uso de armas y explosivos en campos de entrenamiento.
Odiados por otros grupos de extrema izquierda
Según fuentes policiales consultadas por este diario, Reconstrucción Comunista es un partido legal que adoctrina en el estalinismo. Sus miembros siempre van armados y son despreciados por otros grupos de extrema izquierda por su excesiva radicalidad, considerado incluso una especie de secta, como ha sido denunciado en las redes sociales.
Entre los detenidos figura el máximo responsable, el secretario general de Reconstrucción Comunista, Roberto Vaquero. Es experto en artes marciales e imparte clases al resto de miembros del colectivo. Su hermano también está citado como investigado.