El 24 de enero de 1977, un comando de extrema derecha irrumpió en un despacho de abogados laboralistas. Fue en el 55 de la calle Atocha. Luis Javier Benavides, Francisco Javier Sauquillo, Enrique Valdevira, Serafín Holgado y Ángel Rodríguez Leal murieron acribillados a balazos. Miguel Sarabia, Alejandro Ruiz Huerta, Luis Ramos y Dolores González fueron heridos de gravedad.
En 2003 varias personas de bronce quedarían abrazadas para siempre en una escultura situada en la plazuela de Antón Martín. Este homenaje a los abogados laboralistas es la reconstrucción de un cuadro de Genovés. Aquella estampa estaba el 24 de enero de 1977 en la pared del despacho de los abogados. Fue salpicada de sangre.
Treinta y nueve años después, Jorge e Isabel Martínez Reverte han vuelto a homenajear a los abogados laboralistas. Esta vez en forma de libro: 'La matanza de Atocha' (La Esfera de los Libros, 2015).
En la presentación, acompañaron a los autores Alejandro Ruiz Huerta -superviviente de aquel día-, Paca Sauquillo -hermana de uno de los asesinados-, y Manuela Carmena -que ese día no estuvo en el despacho por un cambio de última hora-.
La emoción de Ruiz Huerta
Alejandro Ruiz Huerta se emocionó en su intervención. Los aplausos cubrieron el silencio que forzaron sus lágrimas. "Para mí no fue una desgracia estar allí, fue un honor. La matanza de Atocha es el ADN de la democracia".
Un bolígrafo que llevaba en el cuello hizo de milagroso escudo y salvó la vida de Alejandro, que con los ojos todavía acuosos dijo: "Recordémosles plenos de entusiasmo, con esa maravillosa energía".
El mejor aval al trabajo de los Martínez Reverte llegó por boca de Ruiz Huerta que, habiendo estado allí, dijo que firmaría la reconstrucción de los hechos escrita en el libro.
La reunión que salvó a Manuela Carmena
Esa mañana, Manuela Carmena tenía una reunión en aquel despacho, pero un fax de última hora le informó de un cambio de sitio. La alcaldesa recordó emocionada cómo, días después, una cadena humana de obreros decidió protegerlos voluntariamente, "desde la puerta de la calle hasta la puerta del despacho".
La alcaldesa, con una sonrisa, se disculpó y dijo no haber leído el libro: "No me ha dado tiempo. Ha sido mi culpa. No me he organizado bien. Siempre leo un rato en el metro, pero se me ha olvidado meter el libro en la bolsa". De todos modos, dijo Carmena, "he hablado con muchos que lo han hecho y me han dicho que está muy muy bien".
La alcaldesa de Madrid pidió a los asistentes al homenaje que recuerden en vida, y no en muerte, a sus compañeros asesinados aquel día. Además, lanzó un mensaje para los jóvenes de hoy: "Es esencial que se den cuenta de que luchar por cambiar el mundo puede producir felicidad".
Huele a cine
Paca Sauquillo es hermana de uno de los asesinados y cuñada de Dolores González, herida de gravedad aquel día. Agradeció el trabajo de los escritores y aseguró haber leído su trabajo con rapidez e intensidad: "Es que es cinematográfico... En cualquier caso, gracias por este homenaje. Lo habéis escrito con mucho cariño".