De un día para otro y sin avisar, Manuela Carmena hizo rugir a la grúa y percutir a los martillos. Sin dar noticia al resto de la oposición o la Dirección General de Patrimonio, comenzó a derribar vestigios del franquismo, o por lo menos los que su equipo de Gobierno consideró como tal.
La presión mediática y las insistentes preguntas al Ayuntamiento para que relatara la relación entre el asesinato de ocho frailes carmelitas y la exaltación del franquismo o la Guerra Civil provocaron la rectificación del equipo de Carmena, que asumió el error “interno” y ya ha vuelto a colocar la placa en el cementerio de Carabanchel, de donde había sido retirada.
Derribos sin avisar
Con la ley histórica en la mano y la titularidad de las placas y monumentos retirados -así justificó la inesperada actuación la delegada de Cultura del Ayuntamiento, Celia Mayer- retiraron el monolito en recuerdo del Alférez Provisional, la placa que honraba al falangista José García Vara y el reconocimiento a los frailes carmelitas fusilados.
También están por caer durante los próximos días otros tantos símbolos “franquistas”, entre ellos dos placas dedicadas a José Calvo Sotelo, diputado asesinado el 13 de julio de 1936, cuando el franquismo todavía no existía, ni tampoco había empezado la Guerra Civil. Preguntada por el próximo rugido de la grúa, Mayer se limitó a acotar los derribos entre mañana y el mes de abril.
Sorpresas en la lista de derribos de Carmena
La lista de derribos de Carmena fue anunciada en el pleno del pasado 22 de diciembre, pero no consensuada con la oposición, ya que la aplicación de la Ley de Memoria Histórica compete, se justificaba Mayer, al equipo de Gobierno del Ayuntamiento.
Tras la retirada del monolito del Alférez, la placa de los carmelitas y el reconocimiento al falangista José García Vara, se procederá a hacer lo propio con la lápida a los Caídos de la plaza del Duque de Pastrana, el monumento a los Mártires de la Sacramental del cementerio de San Isidro, la señal que honra a los hermanos Falcó y Álvarez de Toledo y… la inscripción que reza 'Calvo Sotelo' bajo la imponente estatua de Plaza de Castilla.
El diputado de Renovación Española asesinado todavía en la República y los carmelitas fusilados por sus creencias religiosas no sólo no ejercieron la violencia o la represión, sino que la sufrieron, lo que ha suscitado una batería de preguntas que así respondía la delegada de Cultura de Manuela Carmena mientras parte de su equipo decidía en una reunión la recolocación de la placa en honor a los frailes fusilados.
Balones fuera de Mayer
La delegada de Cultura recibió a los medios en la bóveda de cristal del Palacio de Cibeles. Rodeada de cámaras y micrófonos respondió a las preguntas de los periodistas, que le pidieron explicaciones por la fortuita retirada de estos monumentos.
¿En base a qué criterios se retiran la placa de los carmelitas fusilados y la de José Calvo Sotelo?
El criterio es el que marca la ley. Ahora mismo no tengo aquí el articulado, pero lo tenéis en internet. En concreto, lo que explicamos en el pleno es que se retiraría aquello que tuviera que ver con los responsables de la violencia durante la Guerra Civil y la dictadura. La ley, además, especifica otros muchos puntos por los cuales hemos identificado estos vestigios.
¿Cuál es el vestigio franquista de Calvo Sotelo? Cuando le asesinaron no había empezado el franquismo, ni siquiera la Guerra Civil. ¿Y de los Carmelitas?
Todo se encuentra justificado por una serie de informaciones técnicas que tenemos en el área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid. En función de eso hemos tomado estas decisiones, todas ellas de acuerdo a la legislación.
Pero, ¿cuáles son esas informaciones técnicas de las que habla?
Son varias.
¿Cuáles son las principales?
Hay varios monumentos que han sido retirados porque, como decía, el principal articulo de la ley tiene que ver con la represión y la violencia en la dictadura.
Calvo Sotelo no estaba cuando empezó la dictadura.
La ley, además de este título, recoge otras muchas aplicaciones que tienen que ver con el martirio y con un montón de cosas más que justifican la retirada de este vestigio.
¿Qué placas de Calvo Sotelo se van a retirar?
Se borrará la inscripción que está en el monumento de Plaza de Castilla.
También se dijo que se borraría otra placa de la zona de Velázquez.
Creo que está habiendo, de verdad, informaciones muy interesadas respecto a los vestigios. Bajo mi punto de vista, tiene un interés político muy claro. Valencia está intervenida, Esperanza Aguirre tiene que declarar en dos semanas por la Púnica y la Gürtel. Hay informaciones muy interesadas y que no se ajustan a lo que hemos dicho desde el equipo de Gobierno municipal.
“No es la placa en sí, es el marco”
Ante la vaguedad de las respuestas, una portavoz del Ayuntamiento explicó que no se trata tanto del contenido de la placa o monumento que se retira, sino “el marco” en el que se construyó, que podría suponer una exaltación de la dictadura.
Los carmelitas, ¿franquistas?
El 27 de julio de 1936, la Guardia de Asalto ordenó el desalojo del convento carmelita de El Carmen, en Castellón. Muchos de los frailes detenidos trataron de escapar en su traslado hacia Madrid, pero fueron fusilados. Ocho de los detenidos, todos ellos jóvenes de entre 18 y 22 años, fueron encarcelados en un asilo del Paseo de las Delicias. La noche del 18 de agosto del 36 fueron llevados a la tapia del cementerio de Carabanchel, donde se les fusiló.
Allí, una placa gris de letras negra rezaba: “A la memoria de los siervos de Dios fusilados en este lugar”. Pero en ningún sitio se leía “caídos por España” o algún vestigio que pudiera ser considerado franquista. Estos ocho frailes carmelitas fueron beatificados en Tarragona en 2013.
José Calvo Sotelo, ni guerra ni dictadura
Este diputado de Renovación Española encarnó el liderazgo de la oposición a la segunda República. Monárquico empedernido, fue secuestrado en su casa el 13 de julio de 1936 por un comando del que formaron parte algunos miembros de las fuerzas de seguridad. En su traslado, fue asesinado de un tiro en la nuca.
Cuando Calvo Sotelo falleció, la Guerra Civil no había empezado y Franco ni siquiera se había sumado al golpe de Estado que preparaba el general Mola.